«RIN; SE NCT» #3

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Rin masticó con tranquilidad su chicle, haciendo una pompa, y desplazando el dedo por la pantalla, esperando a que los estúpidos se aparecieran en la sala de ensayos.

— ¡ROSIE!

Rin guardó el móvil. Ahí estaban, sus idiotas favoritos, haciendo el ridículo por la agencia al llegar corriendo. Por un momento, mientras veía a Jungwoo tropezar con Jeno, y este con Haechan, sintió la llamada nostalgia, recordando discusiones, tardes de risas, abrazos y veces en las que habían llegado a hacerse daño por jugar a las peleas.

— Lo siento, chicos – sonrió con tristeza–. Este es mi último comeback con NCT Dream.

Donghyuk fue el primero en abrazarla, siendo correspondido de inmediato, mientras veía por encima de su hombro a Jeno limpiarse los ojos de manera disimulada, y a Jaemin darle una ligera palmadita en la espalda. Chenle, su chino favorito, ¿dónde estaba ese histérico?

— Noona – puchereó.

Se soltó de Haechan para ir con Chenle, y él la abrazó elevándola ligeramente del suelo, comenzando a murmurarla cosas en chino.

— Ya sé que nunca hemos estado separados, Lele, pero no pasa nada, aún tengo algunas cosas aquí en Corea – le susurró despacio, dejándole un beso sobre la frente, acariciándole el pelo oscuro–. Eres mi favorito en NCT Dream, pero no se lo digas a Jisung.

Él soltó una risa sin ganas, y Rin se vio atrapada entre Jeno y Renjun, quienes comenzaron a hablar rápido sobre que si no volvía a Corea o los dejaba desatendidos eran capaces de traerla de vuelta ilegalmente. Asintió a todo entre pequeñas risas, más cuando Jaemin y Jisung se unieron al círculo, y el último dijo que ella debía ser su compañera de la primera borrachera.

Se giró entonces a mirar a 127, y quiso llorar al mirarlos con esas caritas de pena. No quería irse a China, no quería, a pesar de tener ahí a WAYV. Quería quedarse con sus chicos, quería seguir discutiendo con Yuta, seguir recibiendo consejos de Taeil, seguir componiendo con Taeyong a altas horas en su estudio, seguir peleando con Haechan de broma, seguir con ellos.

— N-No quiero irme – la tembló el labio inferior, y Doyoung se giró, sin poder mirarla–. ¿Por qué no mentí sobre mi nacionalidad?– se quejó, secándose las mejillas.

Miró a los catorce chicos frente a ella, y de nuevo se arrepintió.

— Ven – abrió los brazos Yuta. Ella, sin dudar, le abrazó, escuchando un comentario bromista de Johnny diciendo que al fin se llevaban bien de nuevo, aunque eso solo hizo el ambiente un poco más triste–. Rosie-chan, quédate, por favor.

— Ojalá pudiera – se sujetó con más fuerza–. Ojalá.

Yuta la dejó un beso sobre la frente, similar al que ella le había dado a Chenle, y eso fue la manilla girada para que el grifo de lágrimas de Rin se abriera, comenzando a llorar.

— Ven aquí, Rosie – llamó Taeyong. Yuta la soltó para que el líder pudiera abrazarla–. No te vas para siempre, ¿v-vale?– ella lloró con más fuerza–. Sé que nos vas a extrañar, n-nosotros a ti el triple, créeme.

El mánager Goo entró en ese momento, y cambió su semblante enojado a uno más suave al ver la situación. Él estaba en desacuerdo con la decisión de mandar a Rin con WAYV, pero él no tenía un cargo tan importante como para ponerse en contra.