«RIN; SE NCT» #3

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— ¿Acaso no les da vergüenza? Están creando un lío enorme solo por explotarme hasta el último momento... No, oppa, no te culpes, deja de decir estupideces... Supongo que tendré que hacerlo, y volver a desaparecer como si nada... Ya...

Toda la linea china más Ten observaban atentamente a la chica hablar en un rápido coreano de un lado para otro, de manera bastante alterada. Estaban algo tranquilos sabiendo que en esa zona del aeropuerto no había fans, por lo que podían dejarla caminar de un lado a otro sin temer que una ola sorpresa de fanáticas la arrastrara y la agobiada e hiriera, pero esa preocupación nunca se iba.

Rin colgó tras un rato, y fue a sentarse entre Dejun y Sicheng, suspirando.

— ¿Estás bien?– preguntó Sicheng, dudoso.

— Planean que aparezca en el concierto de NCT127 y Dream – murmuró, con un toque de cabreo–. Me niego, si ya han anunciando mi salida de esas dos sub-unidades, no le veo el sentido a hacerme aparecer de la nada. Haré el concierto de WAYV y punto, no hay vuelta atrás con las decisiones ya tomadas.

Rin sintió la mano de Xiaojun sobre su pierna, y sonrió ligeramente, tratando de relajarse a sí misma, porque lo último que quería era responder mal a cualquiera de sus chicos, ya que más tarde se arrepentiría profundamente.

— El mánager Goo ha sido ascendido, ¿no?– preguntó Yang, asomando su cabeza por detrás del hombro de Lucas–. Habla con él, tal vez puede lograr algo.

— Mirad, si YangYang piensa – bromeó Ten, dándole un codazo amistoso, aunque el golpe que fue devuelto no parecía tan amigable–. Te ayudaremos con eso, aunque recuerda lo de los quince días y eso.

Rin rodó los ojos de nuevo, y asintió, acomodando inconscientemente su mascarilla. Toda la situación sobre el virus era una mierda, era consciente, y que al llegar a Corea tuvieran que estar quince días en cuarentena era lo más lógico que había oído en mucho tiempo. Claro, que tener a ocho en una misma casa no era muy productivo a la hora de cuidarse, por lo que los dividieron en parejas gracias al piedra, papel o tijera.

— ¿No se pueden cambiar las parejas?– preguntó YangYang, fingiendo mirar de mala manera a Kun–. Mentira, Kun-ge, eres el mejor.

— Pelota – picó Hendery–. Yo estoy bien con mi pareja – zarandeó a Sicheng–. Aunque creo que el más contento es Lucas – bromeó.

— ¿Yo?– se señaló–. ¿Yo por qué? Si mi pareja es Ten hyung.

— ¿Qué?– preguntó Kun, girándose con confusión–. Lucas, se supone que tú ibas con Rosie, y Ten con Dejun.

— Hicimos otro juego juntos – respondió de inmediato Xiaojun–. Ahora yo me quedo con Rosie y él con Ten-ge.

— ¿Por qué esto me da tan mala espina?– preguntó KunHang, mirando la cara frustrada del líder.

— Porque ya volvemos a Corea – se levantó la chica de un salto, agarrando a su compañero de asiento del brazo para obligarle a ir más rápido–. Vamos, Win-gege, camina rápido, ¡Corea nos espera!

— Está emocionada porque va a pasar dos semanas a solas con Dejun – susurró YangYang a Ten. El segundo soltó una risa, siguiendo al par de chicos que ya subía al avión tras pasar unos controles.

...

— El mánager acaba de decir que juntemos dos grupos para así estar cuatro juntos – comentó Kun, leyendo algo en su móvil–. Bien, entonces Dejun, Ten, Lucas y Rosie juntos, y YangYang, KunHang, Sicheng y yo por otro lado. Adiós a la diversión, Xiaojun – bromeó el líder, entrando a unos controles.

El gesto frustrado de Xiaojun hizo reír a Lucas y YangYang, creando un pequeño escándalo cuando algunos empszaron a elevar el tono de voz y se unían a las risas.

¿Y Rosie? Rosalind estaba demasiado ocupada hablando por teléfono a unos metros como para enterarse de algo más con que al final serían cuatro juntos.