«RIN; SE NCT» #3

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Taeyong abrió la puerta del estudio con mala cara. Sabía que era Rin de nuevo, lo presentía.

Y sí, era Rin, pero acompañada de Seulgi y Wendy como si fueran sus guardaespaldas. Taeyong hizo un gesto de cansancio, y la menor puso una sonrisa que dejaba en claro que si no era por las buenas, iba a ser por las malas.

- Taeyong - empezó Seulgi.- ¿Por qué Jangmi-ah ha venido a nosotras quejándose de ti?

- Unnie, él no quiere ayudarme.

Mató con la mirada a la china. Lo que menos quería en esos momentos era ser reprendido por la mayor.

- ¿En qué no quiere ayudarte, Jangmi-ah?- preguntó Wendy con voz tierna a la menor.

- A componer, él dice que no quiere enseñarme - le señaló.

Ambas le miraron, y Seulgi alzó las cejas, dejando en claro que si no consentía a la chica, le iba a matar.

- Agh, pasa, Rin.

- ¡Llámanos si se porta mal otra vez Jagmi-ah, adiós!- ambas se fueron, y Rin sonrió con maldad, tirándose en el sofá que había ahí, y mirándole con las cejas alzadas.

- ¿Por dónde empezamos, oppa?

- Eres terrible.

- Oremos.

...

Rin esperó a que Taeyong terminara de leer lo que había compuesto tras tanto tiempo de trabajo, y le miró dudosa cuando la volvió a entregar en papel.

- ¿Cómo se llama?- señaló el papel, extendiéndola un lápiz.- Le falta un título, y toda obra de arte necesita un título.

Jangmi sonrió como nunca, y se estiró para abrazarle por unos cortos segundos, con los ojos brillantes. Eufórica, esa era la palabra para definirla en esos momentos.

- Se me había olvidado el título - tomó el lápiz, pensando un par de segundos y dando un repaso rápido a la letra antes de escribir, en grande, una única palabra.

"Stronger; NCT DREAM"

- ¿Y esta traición?- señaló donde ponía el nombre del grupo.- Te la compro.

- No está a la venta - sonrió, atenta al papel.- ¿Ves esta frase? Me imaginé a Chenle cantándola, no a Taeil oppa o a Jaehyun oppa.

Él sonrió, mirando como parecía maravillada con su propia creación, y se arrepintió de no haberla ayudado antes, porque había valido la pena cada minuto de frustración, regaños y papeles desechados, con tal solo verla sonreír así a un papel.