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— Odio esto, ¿por qué estamos aquí? La última vez que vine con Taeyong me encontré a Jackson y me montó el drama porque no quise ir con él.

Yuta soltó una risa, esperando a que Jeongtae, el hermano de Yeongi, encargado de los piercings, apareciera. Había oído de Taeyong que eran muy agradables y buenos en su trabajo, por lo que no dudó en pedir una cita y arrastrar a Rin con él, también por haber oído que llevaba una estrecha relación con ambos hermanos a cargo del local. Claro, que ella se creía que iba a hacerse un tatuaje, no un piercing en el ombligo. Tal vez haría que la diera un infarto.

— ¿Tan bien te llevas con Jackson?

Ella asintió, sacando el móvil del bolsillo y dándole una mirada de disculpa antes de comenzar a responder los mensajes que llegaban masivamente. Algo dentro de él quería inclinarse levemente y ver quién era la persona que mandaba tantos mensajes a su maknae y la hacía aguantarse la risa, pero, ante todo, privacidad y educación.

— Es Sowon, mira – le enseñó la pantalla, enseñando que Dream y GG estaban juntos y jugando al Uno. En una de las fotos que la chica había mandado, aparecía Akari al fondo tirando del pelo a Jisung.

Yuta soltó una risa, ambos viendo las fotos, cuando la puerta del local se abrió de nuevo, revelando que alguien entraba, y ambos rápido se taparon con las mascarillas. Diablos, Jeongtae le había dicho que estaba a salvo de fans y rumores ese día.

— ¿Rin y Yuta?

Rin se quitó lo que cubría la cara, guardó el móvil, y miró a las personas que acababan de entrar como si quisiera tirarse por una ventana.

— Oh, debe ser una broma – se quejó, tirando a Jackson su gorra–. Deja de seguirme, Wang.

— Algo me decía que debía venir hoy aquí – soltó una risa. Yugyeom y JungKook rieron también, un paso detrás del chino.

— ¿Yugyeom oppa, más tatuajes?– preguntó alzando una ceja en su dirección, ignorando a Jackson–. Vas a parecer una pizarra, no sé ni cómo no te da miedo.

— ¡Está vez no soy yo, Rosie!– alzó las manos en defensa, y señaló al maknae de BTS–. Es JungKook, él si va a parecer una pizarra.

— Oh, sunbaenim, el terrible Yugyeom te ha arrastrado a su mundo – sonrió, dejando atrás la postura severa hacia los chicos de GOT7. Yuta, Jackson y Yugyeom se miraron con la boca abierta, ¿eso era un coqueteo de parte de Rin?

— ¡Chicos!– justo apareció Jeongtae–. Vaya, se acumula el ganado, tengo aquí una gala de premios entera – bromeó, sonriendo. Rin se preguntó si dolería sonreír con ese piercing en el labio. Luego se percató de que era un pensamiento estúpido, y miró a Yuta–. Yuta, ya está todo listo.

— ¿Rosie puede entrar?– preguntó, poniéndose en pie, haciendo chirriar la silla. Rin rodó los ojos. Las veces que había dicho a Yeongi que cambiara las sillas.

— Claro, aquí estamos en confianza – se encogió de hombros–. Rosie, es para hoy.

— ¿Dónde te vas a hacer el piercing, japonés loco?– preguntó mientras se levantaba, y Yeongi aparecía, seguramente para llamar a JungKook para hacerse los tatuajes. Esto parecía más un local de idols que de gente normal–. Yah, no me mires así y responde.

— Ahora lo verás, impaciente – la dió un golpecito en la frente, y entró con ella a la habitación con una pequeña camilla–. Una pregunta antes, ¿te da miedo la sangre?

— No, ¿por qué? No me digas que va a ser en la lengua, porque me da yuyu – fingió un escalofrío–. Yah, Jeongtae oppa, no pongas esa cara.

«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora