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— Eres un jodido mierdas, ¿lo sabías?

Haechan entrecerró los ojos, viéndola acercarse a él con rabia, soltando la primera frase en aquella discusión.

— Soy tu mayor, trátame con respeto – señaló, como en un siseo rabioso. Rin lanzó una risa sarcástica.

— Te trataré con respeto en el momento que desmuestres merecerlo, Lee – chasqueó la lengua–. Tuve que enterarme a través de Johnny de las gilipolleces que estás haciendo.

— ¿Acaso ahora estás con Johnny también?– bufó.

Rin rodó los ojos, decidiendo no responder a tal estupidez por parte del chico. ¿Tenía serrín en la cabeza, en vez de cerebro? Cada día la sorprendían más.

— ¿Quién te crees, Lee Donghyuck?– dijo, con voz dura–. Os digo que tengo novio, y de repente las pocas neuronas funcionales que parecías tener, dan cortocircuito, y te pones a controlar la vida de los chicos por un ataque de rabia de niño pequeño. Bien, tengo curiosidad en qué piensas, si es que lo haces.

— ¡Trátame con respeto, Jangmi!– gritó.

Rin cogió aire, notando el enfado apoderarse de ella. No debía descontrolarse en aquella discusión, porque todo podría acabar muy mal para todo NCT.

— Ni se te ocurra volver a alzarme la voz, ¿me has oído?– le señaló, recibiendo un fuerte manotazo en su mano–. Bien, cambió la frase. Vuelve a pasarte de la ralla y no me importaría dejar a NCT sin un imbécil menos.

— ¿Ahora te crees que puedes venir a darme órdenes?– la señaló igual que ella había hecho antes, pero dándola un pequeño empujoncito en el hombro, logrando que diera un paso atrás por el movimiento–. Para mí no eres nada, eres simplemente una estúpida que prefirió irse a zorrear con un idol más famoso para ganar fama.

Rin se pasó el pelo hacia atrás, apartando la mano de Haechan, la cual la empujaba del hombro. Llevaba contando mentalmente desde que le vio en la puerta del salón, y ya iba por el número ciento veinte.

— Si yo soy una estúpida, ¿qué se supone que eres tú? ¿El genio de NCT? ¿Una genialidad hecha hombre? Simplemente eres un jodido mierdas que no soporta la idea de que una mujer pase de él. ¿Te creías que por ser atractivo iba a caer a tus pies?– le empujó de la misma manera qué el había hecho–. A ti lo que te pasa es que te duele el hecho de que yo haya preferido a otro, que en ningún momento hubieras tenido una oportunidad conmigo, porque, sinceramente Lee, hasta Chenle hubiera tenido más puntos a su favor que tú.

— ¡CALLATE!– la empujó con fuerza–. ¡Eres lo peor que le pudo pasar a NCT! ¡No te mereces nada!

— ¡¿Y tú si?!– gritó de vuelta.– ¡Siempre he estado ahí para ti, Haechan, siempre!– bufó sonoramente–. ¿Así es como me pagáis tantos años de amistad? ¡Yo sería capaz de dejarlo todo por vosotros, pero no sois capaces ni de aceptar que soy feliz con alguien más fuera del grupo!– bajó un poco el tono de voz, y dio un golpecito en el suelo con el pie–. Yo no pedí que vosotros tuvierais sentimientos por mí, y no elegí enamorarme de Jun, Haechan.

— Siempre has sido una imbécil con nosotros – reclamó él–. ¡Nos decías cosas crueles, como que no sabíamos alcanzar notas altas, o que parecíamos patos mareados al bailar canciones nuevas! ¡Eras fría, cruel!

— ¡Y gracias a mí estás aquí, pedazo de imbécil!– reclamó igual–. ¡Cada vez que os decía que no podríais alcanzar una nota, lo hacíais para callarme, y lo lograbais! Si yo os mencionaba cualquier cosa negativa, trabajabais duro para hacer que me callara, cuando en realidad lo único que buscaba era que fuerais los mejores, que, aunque fuera para molestarme a mi, mejorarais como artistas.

— ¡No es excusa!– gritó de nuevo. Rin se alteró ligeramente, sintiendo que discutir con Haechan era algo estúpido, porque lo único que hacía era gritar y reclamar–. ¿Sabes cuántas veces me sentí inferior?

— Y ahora eres un jodido egocéntrico que ni se inmuta por malos comentarios – replicó–. Os hice mejores personas e increíbles artistas, y no puedes negarme eso.

Haechan bufó, mirando alrededor inquieto. Rin se alejó un par de pasos, notando que él ya parecía haber soltado parte de la rabia, y haciendo crujir su cuello, tenso al igual que sus articulaciones. Ahora, en vez de gritos y reclamos, había un silencio tenso. Lee Donghyuck odiaba que le llevaran la contraria cuando él creía tener razón en algo, y odiaba que le hicieran quedar sin palabras y le destrozaran cualquier argumento.

— Nos ilusionaste – murmuró, ya más relajado–. Nos ilusionaste pensando que tendríamos una oportunidad contigo.

— Nunca lo hice a propósito, nunca busqué eso – negó con la cabeza–. Admito que una vez creí sentir algo por Xiaojun – suspiró, apoyándose en el respaldo del sofá–. Y en el pre-debut me atraía Taeyong, pero jamás he sentido esa clase de sentimientos por vosotros. Lo único que siento es haberos llegado a ilusionar, como tú dices.

— Y-Yo... – carraspeó, mirando a otro lado y pestañeando rápido–. Se me hace complicado procesar que ya no tengo la más mínima oportunidad contigo.

— Pero no por eso debías prohibir a los chicos verme o contactarme, o tratarme como una mierda – dijo, su cabreo yéndose poco a poco, viendo al mayor pasarse las manos temblorosas por los ojos. No se sentía culpable de haberle hecho llorar, porque por su culpa el resto de los Dream habrían creído cualquier locura que él les habría dicho bajo los efectos de la rabia, y tanto ella como sus chicos lo habían pasado mal. Si hacer llorar a Haechan hacía que el resto de los Dream pudieran volver con ella, era capaz de golpearle–. Te has comportado mal, como un completo imbécil, y admito que he llegado a sentir tanta rabia por ti que creía que podría odiarte.

— Lo entiendo – asintió–. Yo también me odio a mí mismo ahora.

Rin no dijo nada, y volvió suspirar.

— Tan imbéciles todos – susurró, habiéndose quitado un peso de encima al ya haber aclarado algunas cosas con Haechan–. Hey, Lee.

— ¿S-Sí, Rosie?

Se levantó del respaldo del sofá donde estaba apoyada, y se acercó, dándole un golpe en la cabeza.

— Esto es lo mínimo que debería hacerte por estúpido.

...

— Me da miedo, ya no se escuchan gritos – murmuró Yugyeom, con las manos atadas al igual que el resto de la línea 97–. Hyung, ¿y si Rin ha matado a Haechan y ahora va a esconder las pruebas?

El pequeño grupo maniatado comenzó a murmurar asintiendo a la teoría del líder de la expedición "Ayudar a Rin a entrar a la casa". Jackson miró con pánico a Johnny, pero él negó.

— Hey, Jackson hyung – llamó Bam–. ¿Puedes aflojarme la corbata? Me duele.

— Aish, yo a tu edad no me quejaba tanto – murmuró en queja, aflojando la corbata que antes tenía como bandana, y ahora servía como cuerda para tener atados al grupo de amigos, los cuales habían comenzado a disparar sin piedad dardos de Nerf cuando los Dream salieron de la casa sin Rin o Haechan.

La puerta volvió a abrirse, revelando a Rin flotandose las manos, y tras ella un Haechan cabizbajo que se sorbía los mocos.

— ¡Noona! ¡Noona!

Ante los gritos de Chenle y Jisung animando a la chica, todos comenzaron a gritar lo mismo.

Rin analizó el panorama, se encogió de hombros, e hizo una reverencia exagerada.

«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora