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— Años que no entraba aquí – dramatizó Rin, llevando a LeAn enganchada a una pierna, al bebé Park dormido en sus brazos, y tras ella una fila de niños y niñas de diferentes edades en fila india, dados de la mano y el primero, el cual era Shaiming, sujeto al dobladillo de su camiseta. Varios trainee al pasar la miraban raro, aunque otros sí parecían reconocerla como Rin de NCT, y hacían inclinaciones saludando, y diciendo que había sido su modelo a seguir para convertirse en idol–. Niños Nakamoto, os estoy escuchando.

— Imposible – escuchó de nuevo a Haruta, el mayor–. La tía Rosie es una bruja.

— Seguro tiene oído ultrasomizo – se metió también una de las mellizas Na.

— Sí, papi dice que la tía Rosie tiene poderes – apoyó el hijo de Mark, con voz algo baja.

— ¿Mark dice eso?– preguntó, vigilando que todos los niños entraran al ascensor contándolos. Parecía una profesora de guardería, sinceramente–. Vuestros padres hablan muy mal de mí, eh – rió, mientras LeAn se desenganchaba de su pierna y se iba junto a la niña mayor de Johnny–. Okay, somos muchos, pero no incumplimos con los límites de peso, ¿vale? Nada de saltar.

— Vale, tía Rosie/mami.

Entró, apretando el botón del piso de las salas de prácticas, y miró con admiración por unos segundos la carita de Jiyong, el primer bebé de Jisung y Yeji. Una preciosidad, desde luego.

— Mami – escuchó, y tuvo que buscar la cabeza de Meiying o Shaiming–. Mami, detrás de Luwoo– dijo, y el niño se apartó, dejando ver a Meiying. Era irónico que el hijo de Lucas, aún siendo adoptado, fuera tan alto, y que, irónicamente, tuviera una nariz idéntica a Jungwoo. Ciertamente nadie se esperaba que de un día para otro Jungwoo y Lucas anunciaran que estaban juntos, fue una sorpresa demasiado grande, incluso para Rin–. ¿Y papi?

— Trabajando, cielo – notó a otro niño engancharse a su pierna, esta vez la pequeña cosita de ojos grandes que tenía Taeyong como hijo–. Jangwol, bebé, me da miedo tirar a Jiyong, no os engancheis así.

Nada, porque ahora se unió también uno de los tres bichos salvajes de Jaehyun. Suspiró, resignada, y cuando las puertas se abrieron, les pidió que volvieran a hacer la fila, aunque las mellizas estuvieran discutiendo de nuevo, además de Luwoo y Jack Suh metiéndose con la altura del pobre Honghui, hijo de Xiaojun. Eran un desastre, tener a más de veinte niños algo traviesos y burlones a su cargo para que llegaran con sus padres era una catástrofe. Al menos había algunos que respetaban su estado de nervios por los gritos y cambios de idiomas y se estaban tranquilitos, pero luego había un círculo formado por los hijos de Johnny, Jaehyun, Jeno, Hendery, Lucas y Jungwoo que apenas la dejaban vivir, aprovechando que algunos podían hacer cambios de idiomas para molestar a cualquier persona en cualquier momento. Suerte que sus hijos no estaban ahí, por ahora.

— ¡Papi, papi!

— ¡Mami!

— ¡Papá, papá!

Los treinta niños salieron corriendo hacia las veinticuatro personas tiradas en la sala de prácticas, listos para hacer el último VLive antes de ir a Role Entertainment. Sabían que NCTzen no estaba del todo conforme con la noticia de que la mayoría dejarían SM para ir a la agencia creada por Chenle y con algo de ayuda de Zhange Company, la empresa heredada de Rin, pero ellos sabían que estarían bien ahí, y sentían que ya habían aguantado lo suficiente en SM.

— ¿Qué tal de niñera?– se burló Jisung, estirando los brazos para coger a su bebé. Sonaba tan extraño, un bebé cogiendo a otro bebé–. ¿Jiyong ha llorado mucho?

— Es un angelito – negó, mirando el desastre frente a ella de niños jugando y corriendo con libertad de un lado a otro–. Míralas, otra vez discutiendo – señaló a las mellizas Na, mientras que Jaemin trataba de que dejaran de pelear–. Menos mal que mis bichos son tranquilitos.

«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora