«RIN; SE NCT» #3

𝟛𝟠

TY LEADER

>Rin-ah

>Rosalind

>Rosie

>Jangmi

me.

tell me<

TY LEADER

>¿puedes acompañarme esta tarde a un sitio?

>Por fis?

me.

gracias a Dios<

me has salvado de tener que acompañar a Jackson a acompañar a yugyeom a hacerse un maldito tatuaje<

voy a casa 127 y vamos juntos<

Taeyong dejó el teléfono a un lado, riendo. Irónica la situación. No quería acompañar a Jackson a acompañar a Yugyeom a hacerse un tatuaje, y le iba a acompañar a él.

— ¡Oppa, suelta!– se asomó a la puerta, y se tranquilizó cuando solo era Rin estando en el hombro de Johnny como un saco de patatas.– ¡TAEYONG OPPA!

— Johnny, la vas a dejar tonta – rió Donghyuk sentado en el sofá mirando la situación con una sonrisa maliciosa.

— ¿Se puede dejar a alguien peor de lo que está?– dijo Doyoung, algo distraído en su móvil, pero sonriendo de la misma manera que Donghyuk al decir eso.

— John – llamó Rin.– Suéltame.

— No, estoy haciendo ejercicio – dijo, comenzando a hacer sentadillas con ella a cuestas aún. Taeil parecía estar al borde de un perrengue, por la manera en la que estiraba los brazos para tratar de bajar a Rin de ahí sin matarla en el proceso.– Soy fuerte, eh.

— Y estúpido – dijo ella, notablemente más tranquila. Tal vez fuera porque ahora estaba entretenida en ver la serie que veía Donghyuk.– Pero no más que NamDo, ¡bésala, idiota!– gritó a la televisión.

Taeyong sonrió negando con la cabeza, y salió completamente de la habitación para unirse al panorama. Se dejó caer al lado de Donghyuk, viendo la televisión tratando de averiguar qué estaba pasando en la serie. Ni la más mínima idea, aunque ambos maknaes de 127 parecían estar atentos a la pantalla, como si su felicidad dependiera de ese episodio.

— ¿Prefieres a NamDo o a Holo?– preguntó Haechan, mirando a Rin. Johnny seguía haciendo sentadillas, por lo que estaba como en un balancín.– Yo a Holo.

— NamDo, es genial, es perfecto para Soyeon – señaló la pantalla.– Holo jamás podrá estar junto a ella.

— ¡No digas eso!– gritó, tirándola una palomita que atrapó al aire y comió.– Yo tengo fe.

— Ni con toda la fe del mundo podrán estar juntos – siguió molestando.– ¿Johnny oppa?

— ¿Sí, hobbit?– detuvo su ejercicio.

— ¿Puedes bajarme?

— No.

— Te voy a apretar el culo.