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— ¡Felicidades a NCTGG!– gritó Jaehyun, quién era justamente el MC del show. Rin sonrió aceptando las flores y el trofeo, mientras escuchaba a las hermanas Park abrazarse llorando tras ella y a AKY acercarse a su lado aguantando las lágrimas también.

Viendo que su líder no estaba en condiciones de hablar, fue ella quién tomó el micrófono, y se le pasó a Akari, a quién escuchó decir una vez que su sueño era hablar en unos premios. Ella sonrió emocionada ante el gesto de la menor, y comenzó a dar un discurso improvisado agradeciendo.

Rin sonrió ampliamente mirando el trofeo en sus manos. Diablos, estaba orgullosa.

— Felicidades, sunbaenim – felicitó Yuqi, las cuales también estaban nominadas para ganar.– Habéis trabajado duro.

— Vosotras también os mereciais el premio – dijo, con completa sinceridad.– Me encanta vuestra nueva canción, es genial.

— ¡A nosotras también!– dijeron Yuqi y Soyeon a la vez. Rin las sonrió, y comenzaron una conversación casual.

...

Rin quitó sus zapatos, y se tiró en medio del suelo, sintiendo sus pies adoloridos. Ahora recordaba por qué odiaba las galas de premios. Mucho tiempo de pie saludando a gente y fingiendo estar sonriendo constantemente.

— Levántate del suelo – Yuta apareció de la nada, y la empezó a dar toques con el pie en su costado.– Vamos, china estúpida.

— Maldito japonés de mierda – se quejó, rodando para quedar boca abajo.– Me duelen los pies.

— ¿No te vas a la casa Gee?– preguntó él, ignorando sus quejas e insultos.– ¿Y con los Dreamies?

— Me apetecía verte la fea cara – bromeó.– A Dream los vi anoche, hoy quería estar con vosotros, cero bromas. Aunque tú estés en el pack y me estés dando patadas.

Rodó de nuevo, quedando cerca del sofá.

— Mírate – rió, siguiéndola como un bobo.– Rodando como una croqueta.

— ¿Qué significa esa palabra?– preguntó, sentándose con la espalda apoyada en el sofá.– Esa que has dicho.

— ¿Cuál?– se sentó en el sofá, dándola un pique con el pie en el brazo.– ¿Croqueta?

— ¡Sí, esa!– señaló, alzando un poco el tono de voz.

— Pues, eh...– pensó.– No sé decirlo en chino.

— ¿En inglés?– preguntó, mirándole atentamente.

— Tampoco – dijo avergonzado. Rin soltó una carcajada. Se veían lamentables.– Felicidades por haber ganado – dijo, bajándose del sofá para sentarse a su lado.– Habéis estado geniales.

— Gracias – agradeció, deshaciendo su trenza y desabrochando su chaqueta.– Ha sido genial ganar.

— Te veías preciosa.

— Gra- ¿qué?

Se giró de golpe para mirarle, pero él parecía estar más atento a la goma de pelo que había dejado caer al suelo. Restó importancia. Taeyong y Donghyuk siempre la decían también que era linda, y Johnny la halagaba constantemente si conjuntaba bien la ropa.

— Me gusta mucho la canción – sonrió. Ella le miró atentamente.– Amor adolescente, y lo sentirse menos para esa persona... ¿Has estado enamorada, Lind?

— Cuando era joven, en mis tiempos mozos – rió, contagiando a su compañero, quién al fin la miró a los ojos.– Cuanto tenía... ¿Quince? Me enamoré como una tonta de un chico. No era demasiado expresiva y era hasta hiriente cada vez que abría la boca, pero ahí me imaginas, yendo tras él de manera disimulada para pasar tiempo juntos. Las dichosas mariposas cada vez que él reía, cuando me sonreía, e incluso cuando se acercaba a mí. Me sentía tonta, e incluso algo fea en comparación. Me pregunté muchas veces si alguien como él podría estar con una chica como yo – hizo una pausa, dejando las manos sobre sus rodillas.– Me sentía inferior. Hasta que le dije mis sentimientos. Menudo error más grande.

— ¿Te rechazó?

— Más bien, me humilló – se encogió de hombros, si borrar la sonrisa.– Me enfadé, y le golpeé – ambos rieron suave.– Me encargué de dejar un lindo puñetazo en su mejilla, y le grité delante de todos que era un imbécil. Creo que el humillado terminó siendo él, porque una chica bajita y aparentemente tímida le había dado una lección.

— Esa es mi chica – rió, pinchandola los costados para hacerla costillas. Rin soltó una fuerte carcajada, dándole un manotazo, el cual no sirvió de nada.– ¿Tienes cosquillas, Rosie?– preguntó inocente, volviendo a pincharla los costados, generando más carcajadas.

— ¡P-para!– gritó, subiéndose al sofá y poniéndose en pose de lucha, con los puños en alto pero con una sonrisa.– ¡Detente, Nakamoto, o morirás!

— Esto es la guerra, Zhang – se puso en pie, yendo hacia ella y volviendo a las cosquillas, manteniéndola apresada con sus piernas sobre sus caderas, con una mano sujetando las suyas para evitar que le golpeara, mientras con la otra atacaba los puntos donde más cosquillas había. Ella se removía en el sofá soltando carcajadas contagiosas y chillidos, haciendo que él también riera con fuerza.– ¡Pon algo de resistencia, Rosie!

— ¡T-Te v-voy a-!– otra carcajada evitó que terminara la frase.– ¡Ya, ya, me rindo!

— ¿Ya te rindes?– preguntó, dejando de hacerla cosquillas en los costados y mirándola desde su posición, sin soltarla las manos.– Vamos, Rosie, te creía más fuerte.

— Jamás me había reído así – confesó, jadeando por haber reído tanto.– ¡Me duele hasta el estómago!– exclamó con alegría.– Es una sensación genial.

— ¿De verdad nunca te habías reído tanto?– preguntó él, curioso.– ¿Nunca has reído hasta llorar como ahora?– preguntó, limpiando con su mano libre las lágrimas al borde de ser derramadas. Rosie se perdió en ese movimiento tan natural del japonés.– ¿Nunca has reído hasta que te ha dolido el abdomen?– preguntó ahora, llevando su mano a su cintura e inclinándose un poco hacia delante.

— Nunca – murmuró ella.

Él se inclinó un poco más hacia delante, justo cuando la puerta se abrió de golpe y varios de los chicos entraron de golpe, llevando un pastel y unas sonrisas que se borraron de inmediato al ver la situación del salón.

— ¡En el sofá no, hyung, Rosie!– gritó Mark.

— ¡Es menor, es menor!– gritó por otro lado Taeil.

De un segundo a otro, Yuta estaba en un sofá diferente, y ella sentada de manera casual entre Taeyong y Taeil. El último murmuraba cosas como que iba a demandar a Yuta por tocar a una bebé, y Taeyong no apartaba la mirada del extranjero. Tal vez quería leer sus pensamientos, porque llevaba así cinco minutos.

— Habíamos traído pastel – dijo Jungwoo, levantando el paquete.– Es de chocolate.

— ¿Tiene nata?– preguntó Rin, interesada en el dulce.– ¿Y dulces encima?

— Lo de la nata sí, pero no había con chuches encima – dijo, encogiéndose de hombros.– ¡Oh, es verdad!– se levantó de golpe, dejando el pastel en la mesita.– ¡Felicidades por ganar, Rin!– empujó ligeramente a sus guardaespaldas personales, y la abrazó, sacudiendola.

— ¡Felicidades, Rosie!

Todos comenzaron a gritar felicitándola, y pronto se olvidaron de la situación anterior, incluso ella se olvidó de ello mientras daba pastel a Johnny como si fuera un bebé, y sentía a Haechan tirar de su brazo para que hiciera lo mismo con él. Todos parecieron olvidarse, menos Taeyong, quién aún miraba de reojo al japonés, y Yuta, el cual escuchaba a Mark hablar, aunque miraba a Rin junto a los chicos.

 Todos parecieron olvidarse, menos Taeyong, quién aún miraba de reojo al japonés, y Yuta, el cual escuchaba a Mark hablar, aunque miraba a Rin junto a los chicos

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«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora