«RIN; SE NCT» #3

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Quarantine time

Rin se tiró en el sofá, haciendo que Lucas cayera, empujando a su vez a Xiaojun. Soltó una risa, conectando su móvil a la televisión de ese departamento en el que estarían quince días, y dejando que What's Wrong With Secretary Kim? comenzara, quitando el programa donde aparecían Momoland.

— Ahora vamos a ver esto.

Ninguno se quejó, y los tres se sentaron alrededor de la chica, con caramelos y mantas. En un momento, ella se quedó dormida, y hubo una pelea entre Ten y Xiaojun para ver quién iba a hacer de almohada, aunque Rin se terminó tirando encima de Yukhei, también dormido.

....

— ¡Dejun-gege!

— ¿Qué?– preguntó de vuelta, haciendo la cama–. ¿Qué pasa, Rosie? ¡Rosie! ¡¿Qué pasa?!

Dejun murmuró una maldición por lo bajo, dejando su tarea a medio hacer y yendo a la cocina dónde ella estaba cocinando la comida, pero se la encontró como si nada, tal vez olvidando que le había llamado.

— Ya que estás aquí, ¿puedes abrirme ese tarro? Tengo las manos húmedas y no puedo.

Dejun rodó los ojos, y abrió el tarro, volviendo al cuarto para terminar de hacer la cama, encontrándose a Lucas ahí buscando una sudadera.

— ¡Lucas-gege!

— ¿Sí, Rosie?

Dejun soltó una risa cuando la misma escena se repitió, y Lucas tuvo que alcanzarle la sal a la chica de un estante alto. El siguiente en ser molestado fue Ten, a quién obligó a poner la mesa.

....

— Me aburro – dijo Lucas, tirado en el suelo–. ¡Rosie!

— ¿Qué?

La chica, sentada junto a Ten viendo vídeos de gatos, miró de mala manera al más alto, el cual llevaba gritando que se aburría una hora. Xiaojun entró al saloncito, con cara de sueño y sin entender nada. Rin se puso en pie, cogió un cojín y comenzó a golpear a Lucas con fuerza.

— ¡Para, para!

— ¡Has despertado a Dejun-gege, paga por tal pecado, demonio chillón!

Ten grabó la situación, mientras Xiaojun bostezaba y volvía a la habitación para seguir durmiendo.

....

— ¿Sabéis qué?– preguntó Ten, mirando su vaso–. A Taeyong le gusta Rosie.

La chica, quién bebía de su vaso con tranquilidad, miró sobresaltada al tailandés, al igual que Lucas. Dejun, por otro lado, asintió, confirmando las palabras del chico. ¿Acaso eran los únicos que no lo sabían?

— ¿Qué?– balbuceó–. ¿Tú cómo sabes eso, Ten?

— Oh, vamos – habló Xiaojun–. Además de que escuché a Taeyong contárselo a Ten, es obvio.

— ¿Obvio? Yo no lo noto – negó Lucas, aún sorprendido.

Ten y Dejun rieron.

— Vamos, la trata como si fuera un ángel, siempre mira más por ella que por él mismo, está constantemente buscando excusas para tocarla o estar con ella, además de cómo la mira. ¡La mira con tanta admiración!

— No deberíais haberme contado eso – regañó la chica, bebiendo para ocultar una sonrisa–. Es algo que Taeyong debería decirme, no vosotros.

— Pero ahora las cosas son más fáciles. O le rechazas, o le aceptas – dijo con obviedad Ten–. Claro, que a muchos no les gustará que le aceptes – se rellenó el vaso con más soju–. Como a Donghyuk.