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Before

— No, Yuta, yo llevo la cena – insistió Rin, caminando a un lado del chino con la capucha y el cubrebocas puesto, llevando en la otra mano una bolsa–. No, no es comida japonesa, os voy a llevar tteokbokki porque a mí no me gusta la sopa miso. ¿Sushi? Estaba cerrado, y hoy no me apetece pescado... Te voy a colgar por pesado, Nakamoto... ¿Qué no me atrevo? Hoy no cenas – colgó, guardando el móvil de nuevo y mirando al chico a su lado–. Siento eso, hoy me tocaba a mí cocinar para 127.

— ¿No te gusta la sopa miso?– preguntó, curioso. Ella negó.

— Nunca me ha gustado, tal vez los condimentos o... Realmente no tengo ni idea, solo sé que no me gusta – rió.

Jun acompañó su risa, aunque se le veía nervioso, algo más que otros días, en sus citas nocturnas para que, si Dispatch los atrapaba, se viera real. Claro, SM y Pledis encantadas de que eso pasara más pronto que tarde, pero, de lo que Rin estaba segura, es que no les haría gracias que las citas falsas se hubieran convertido en salidas de dos jóvenes que querían conocerse. Rin jamás habría creído que terminaría gustandola alguien apenas semanas de haberle conocido, y ahí estaba, caminando junto a Jun.

— Esto... Rosie – llamó, deteniéndose, haciendo que ella se detuviera también, mirándole confundida–. Necesito que me mires diez segundos a los ojos.

Ella frunció el ceño entre divertida y confundida, pero avanzó un paso y le miró como él había pedido. Aún si él tenía el cubrebocas subido, podía ver que sonreía.

— Ya van diez segundos, ¿qué pasa?

— Listo entonces – sonrió aún más–. Si alguien me mira fijamente a los ojos por diez segundos, puedo hacer que se enamore de mí – se subió un poco la gorra, mostrando un poco más su rostro–. Ahora tú podrás corresponderme, porque te he enamorado.

Como respuesta, Rin rio, pero no negó nada.

...

— Están enfadados, Rosie – dijo el mánager Goo, mucho más serio de lo normal. Rin suspiró, y se apoyó en el respaldo de la silla.

— ¿Crees que no lo sé?– preguntó con ironía–. Estoy preocupada por lo nos puedan hacer, pero... Diablos, no tengo ni la más remota idea de en qué estaba pensando en aceptar decirle al CEO que la relación era real.

El mánager la miró con comprensión. A diferencia de otros muchos mánagers, él comprendía a los idols, y trataba de apoyarnos y ayudarnos en lo máximo posible, desde cubrir salidas a escondidas, comprarles algunas comidas a escondidas, y reducirles horas de extensas y duras prácticas. Todos adoraban a Goo, era como un ángel caído del cielo, y no sabía que haría sin él.

— Solo, por favor, sé cuidadosa, Rosie. No dejes que la agencia logre sancionarte si cometes cualquier error, y sé feliz con ese chico, ¿vale? No hables de más en los VLive, no subas el tono con los del staff, y ensaya duro, pero sin sobrepasarte.

— Mánager Goo, no sé porque me da la sensación de que a la agencia no la viene bien que yo tenga pareja.

— No es una sensación, Rosie, y es lo que me da más miedo.

...

— Hey, Coups oppa – canturreó Rin, alzando la bolsa de paquetes de ramen al microondas. El líder rió, dejándola pasar, y sujetó la bolsa mientras ella se quitaba las zapatillas y se ponía unas que Jun había comprado especial y específicamente para ella.

«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora