«RIN; SE NCT» #3

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Ya saben, lean al final plox

— Me aburro – suspiró por tercera vez desde que todos se habían ido. Rin rodó los ojos, empujando su cabeza, la cual había apoyado en su hombro–. Trata bien a tu oppa, Rosie.

— Me pesaba el hombro – se deslizó para quedarse tirada en el suelo–. Que calor de mierda.

— Aburridos, con calor – volvió a suspirar, pero soltando una pequeña risita–. ¿Hacemos una piscina casera?– bromeó.

— Sabes que soy capaz, no me des ideas – rió desde el suelo–. Qian Kun, me gusta tu apellido.

— Rosalind Zhang... Espera, ¿por qué tu apellido está atrás? – se incorporó confundido del sofá, tumbandose también en el suelo, mirándola atentamente–. ¿No debería ser Zhang Rosalind?

— ¿Quieres ver mi DNI para ver qué mi apellido está atrás? Ni yo sé por qué, pero queda cool – se encogió de hombros–. Kun Qian... No, suena terrible.

— Definitivamente – soltó una risita suave, y quedaron en silencio, uno mirando al techo con una ligera sonrisa, y el otro mirando al contrario. No era un silencio incómodo, había pocos silencios incómodos con cualquiera de NCT, y esto era un claro ejemplo. Se sentía cómoda, por lo que no tenía la necesidad de decir nada, al igual que el chico a su lado.

Rin rodó, quedando tumbada a su lado en el suelo frío, y le abrazó como si fuera un peluche.

— ¿Has hablado ya con tus padres? – preguntó.

— Sí, ¿y tú con tu madre?– ella negó–. ¿Trabajando?– hizo un ruido afirmativo–. Hey, tenemos la casa y la agencia para nosotros, ¿quieres hacer algo? No tenemos por qué estar aburridos.

— Estoy cómoda, no te muevas– negó. Kun rodó hacia un lado, soltandose, y Rin se quejó, mirándole con el ceño fruncido.

—Tengo hambre, vamos a cocinar juntos – animó–. Y luego... ¿Vamos a dar un paseo? El otro día vi un parque genial, y no suele ir mucha gente – Rin se levantó, y asintió.

— Comemos, vamos al parque, y... ¿Luego cenamos en casa?– Kun asintió con una sonrisa, tomándola de la muñeca para ir a la cocina.

— Lávate las manos mientras yo saco las cosas de la nevera – dijo con emoción, sonriendo tanto que sus hoyuelos estaban perfectamente a la vista, y su flequillo azul se agitaba por lo rápido que se movía por la cocina–. Siempre he querido cocinar contigo, los dos juntos, y sin Yang o Xuxi molestando.

Rosie cerró el grifo tras lavarse las manos, y se quedó mirándole atentamente mientras parloteaba cosas que quería hacer con ella sin los chillones del grupo, o simplemente a solas. Era una ternura, eso sin duda alguna.

— ¿Por qué me miras así, Rosie? – se detuvo de golpe–. ¿Te estoy molestando? Ya dejo de hablar, es solo que estoy algo emocionado y...

— Me gusta escucharte, Kun-gege – le sonrió–. Eres lindo.

Rin cogió el apio, y sacó un cuchillo del cajón para empezar a trocearlo, viendo que por los ingredientes que había sacado el líder, planeaba cocinar Chow Mein, un plato que ella dijo hacía bastante tiempo que su padre solía preparar para esas fechas. Sonrió nostálgica, mirando los trozos ya picados, y suspiró, escuchando a Kun volver a hablar entre balbuceos mientras se lavaba las manos.

— Y-Y pues, en ese parque...

— Kun-gege, ¿cómo te acordabas?– preguntó, mirándole. Él la miró con confusión, y las mejillas algo rojas–. Lo del Chow Mein y mi padre. Sé que quieres prepararlo por eso.