«RIN; SE NCT» #3

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La mesa estera estaba en silencio, algo extremadamente raro, teniendo en cuenta que tanto 127 como Dream estaban juntos. Cenaban tranquilos, saboreando lo que la madre de Rin, la cual estuvo el día anterior llenando sus neveras de comida casera, les había preparado.

— Bueno...– carraspeó Jungwoo.– ¿Qué tal estáis?

Mark casi se atraganta al ahogar una risa, y Rin le dió un buen golpe en la espalda. Chenle tenía las orejas rojas, y Taeil parecía esconder su rostro para ocultar que se estaba riendo como un imbécil.

— ¿Ha pasado algo en la casa Dream, chicos?– cuestionó Jaehyun, quién estaba atento a las caras de los dos menores, y como miraban a Mark y Rin, quienes se habían sentado juntos.– ¿Algo que debamos saber?

— ¡No sé nada!– gritó Chenle, alzando las manos. Jisung hizo gestos para que se callara, llamando la atención de todos, mientras Mark se tapaba la cara sintiendo vergüenza de ellos, y Rin se arrepentía de no haberles noqueado y haberles dicho que todo lo habían soñado. Mark se negó porque decía que era de locos, que confiaba en que no dirían nada. Ahí estaba su confianza, ahí.

— Aquí pasa algo – dedujo Johnny.

— Eres el último en enterarte – respondió Donghyuk robando comida del plato de Jeno.– Llevan raros desde ayer, cuando volvieron a casa antes.

— Suponemos que pasó algo – dijo Jeno, ajeno al robo.– Sabemos que no han hecho nada ellos dos, porque Rin también estaba en casa y...

Se detuvo de golpe. Jeno miró con expresión de asco a Rin, y luego a Chenle y Jisung.

— ¡No es eso, malpensado!– gritó Rin, tirándole un trozo de pan.– Yo no los veo raros, será la pubertad.

— Claro que no es la pubertad, Rin, porque tú también estás rara, y Mark parece sospechoso también – Doyoung les señaló con los palillos, sin lucir realmente amenazante.

— ¿Raro?– se señaló a sí mismo Mark.– Son alucinaciones tuyas, hyung.

— Alucinaciones conjuntas, entonces – intervino Taeyong.– Chenle, Jisung, sí decís que pasa, prometo que estáis protegidos de la maldad de vuestra noona y mañana os llevo a comer donde queráis.

Ambos se miraron, y después miraron a Rin, quién alzó una ceja diciéndoles indirectamente que si llegaban a decir algo, ni Taeyong podría protegerles. Miraron después a Mark, quién miró de reojo a Rin y negó disimuladamente. Se volvieron a mirar, y ambos hablaron a la vez.

— Pasó algo en casa.

— Soy leal a noona.

Chenle y Jisung se volvieron a mirar, y Chenle lanzó un zape al menor en la frente.

— ¡Jisung-ah!– todos miraron a Rin, quién sonreía de manera terrorífica. Ni los hoyuelos quitaban el miedo que daba.– Ya puedes esconderte bien como digas algo.

— ¡Rin, no le amenaces!– regañó Jaemin.– Tú tranquilo, Jisung, somos diecisiete para protegerte.

— Bueno, Chenle y yo nos fuimos antes – empezó a hablar, evitando mirar a Rin, quién se había apoyado completamente en el respaldo tapándose la cara y lanzando un ruido lastimero.– Y llegamos a casa. Vimos unos zapatos en la puerta que no eran nuestros, y la chaqueta de Mark hyung en el sofá, por lo que nos dimos cuenta de que él estaba en la casa, aunque no le veíamos ni por el salón ni en la cocina. Nos asustamos cuando escuchamos ruidos del baño, y cuando entramos, los vimos – señaló.

— ¿Cómo que los visteis?– preguntó Jaehyun con cara de horror.– ¿Qué hacían?

— Bueno...