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— No quiero irme.

— No quiero que se vaya.

— Si se va ella, me voy yo.

El mánager de WayV sujetó a Lucas antes de que él también se uniera a la protesta para que Rin no se fuera, y el mánager que la había acompañado a ella trató de tirar de Yangyang para que se desenganchara de su pierna.

— Yangyang, no te puedes ir – regañó el mánager,logrando desengancharle y poniéndole al lado de Hendery, quién también había sufrido un desengancho.

— Pero no volveremos a ver a Rosie en mucho tiempo, no es justo – se quejó el más pequeño.

Fue ignorado olímpicamente. La mirada de ambos mánagers fue a Xiaojun, quién también estaba enganchado a ella, aunque él de una manera más segura. Rosie soltó una carcajada cuando él negó en cuanto le miraron.

— Jun, vamos, deja de actuar como niño – Rin casi siente pena por el mánager que entró nuevo hace poco, porque la había tocado acompañarla a China gracias a su gran manejo del idioma, y ahora estaba probando sus estudios en una discusión en chino con una panda de chinos cabezotas.– ¡Rin, no te rías!

— Mánager Goo, por favor...– hizo un pequeño puchero, y Xiaojun la imitó, terminando con todo WayV haciendo pucheros al mánager.

— Seré sincero, chicos – dijo él, quitándose la gorra en gesto de derrota.– Si por mi fuera, dejaría a Rin aquí unos cuantos días más, pero en Corea ya están exigiendo que vuelva, y ponen como excusa la cercanía de unos premios. Trataré de hacer que Rin vuelva a China con vosotros, pero lo veo complicado, más sí llegan a saber que se negaba a irse. En cinco minutos en la furgoneta, por favor, tenemos que ir al aeropuerto.

Él se marchó, saliendo junto al mánager de WayV, y todos miraron de inmediato a Rin.

— Haré lo imposible por volver – dijo de manera firme–. En cuanto tenga vacaciones o días libres, tomaré el primer vuelo.

Todos se unieron en un abrazo grupal, con Xiaojun en la misma posición al estar ya abrazado a ella por la espalda a manera de protesta para no dejarla tomar el vuelo.

Te voy a extrañar como un idiota, Rosie – murmuró Yangyang en inglés.

Os llamaré tanto que vas a arrepentirte de esas palabras.

Lo dudo – intervino Ten, apretándola las mejillas.– Ten un buen vuelo.

Cuídate, Chitaprrr.

Tras despedirse de todos, Rin subió a la furgoneta junto a Xiaojun, quién pidió permiso para acompañarla al aeropuerto, teniendo como condición de que no saldría, para evitar rumores. Rin comenzaba a odiar esa palabra. Rumores, rumores.

— No quiero que te vayas, Rosie – dijo él, ahora en vez de abrazado a ella, tomando su mano y apoyándose en su hombro.– Te necesito.

— Ojalá pudieras venir conmigo, o yo quedarme contigo – le susurró, sabiendo que ambos mánagers estaban escuchando todo cual cotillas.

La furgoneta aparcó, y los mánagers avisaron que estarían fuera comprobando la seguridad para hacer un plan para llegar sin que Rin fuera asaltada por fans.

Rin soltó una lagrimilla, y le abrazó. No sabía que era esa sensación de querer quedarse ahí para siempre, pero la gustaba. Se sentía algo mal por sus chicos en Corea, pero había conseguido un lazo tan estrecho con la sub-unidad extranjera, que estaba logrando querer debutar en WAYV cuanto antes.

— Se me hace raro, si me hubieras hecho eso hace unos meses te habría dado un golpe – dijo ella, sintiendo a Xiaojun dejarla un besito tímido en la mejilla.– Debo bajarme ya.

— Lo sé, déjame abrazarte un poquito más.

El mánager Goo golpeó la ventanilla como si estuviera llamando a una puerta, y ella frunció el ceño, separándose del abrazo y tomando su mochila del suelo de la furgoneta negra.

— Atento al móvil, os llamaré en el avión, cuando llegue a Corea, y cuando llegue a la casa, ¿vale?– dijo, colgándose la mochila en un hombro.– Y-Yo... Te quiero.

— Yo también, Rosie, mucho.

Ella sonrió, y le dejó un beso en la mejilla antes de salir de la furgoneta.

No quería volver a Corea.

...

— ¡Bienvenida, Rin!– 127 gritó cuando la vio entrar, y se abalanzaron a rodearla.

— Hola, chicos – saludó, tirando la mochila a un lado sin el mínimo de cuidado, y quitándose las zapatillas.– Ay, mi espalda.

— Ni que estuvieras vieja como Taeil hyung – bromeó Donghyuk.

Una melodía pegadiza sonó por la sala, y Rin sacó el móvil del bolsillo de inmediato.

¡Xiao! Sí, he llegado perfectamente a casa... No, no he tenido problemas ni estoy mareada...

Ella siguió hablando mientras iba a la cocina, dejando a los chicos con mala cara.

— ¿Acaba de ignorarnos?– preguntó Doyoung, mirándola pasearse por la cocina mientras hablaba en chino y sonreía.

— Acaba de ignorarnos – confirmó Jungwoo, mirándola también.

— Ni nos ha saludado en condiciones – se quejó Johnny.– Soy su maldito chófer y ni me abraza o me pregunta si estoy bien.

— Y otra vez está hablando con él – bufó Yuta, cruzado de brazos.– Como si no hubiera estado con él durante dos semanas enteras, y se acabaran de ver hace un par de horas.

— ¿Y si son pareja?– insinuó Jaehyun. Todos le miraron.– Pensadlo, pasa horas enteras hablando con él todos los días, no dudó en irse a China, y cuando están juntos parece una garrapata con él.

— Tiene sentido – señaló Mark.– ¡Xiaojun y Rin son novios!

— Nah, yo no creo eso – negó Jungwoo. Ahora todos le miraron a él.– Digo, Rin ya nos lo habría dicho, y Xiaojun a WayV, y Lucas habría venido con el chisme.

— ¿Y si se quiere ir a WAYV?– preguntó de manera paranoica Taeyong.– ¡Tal vez los prefiera a ellos!

Los pasos de Rin se escucharon volver, y la paranoia se detuvo para mirarla.

— Venid aquí, retrasados – abrió los brazos. Todos se miraron, dudosos.– ¿Vais a desaprovechar que yo quiera abrazaros?

— Ni loco – gritó Jungwoo abrazándola con fuerza, alzandola en el aire un poco.

Uno a uno la abrazaron con fuerza, y casi acaba en el suelo cuando Taeyong se abalanzó. Sabía que era porque pensaba que ella se marcharía a la sub-unidad extranjera y los abandonaría, por eso no se quejó y le devolvió el abrazo con la misma fuerza.

Yuta quedó de piedra cuando todos la abrazaron menos él. ¿Debía hacerlo también? ¿Estaría bien abrazarla? ¿Y si ella no quería?

— Japoneses raros – murmuró su voz, y le abrazó.– También te he echado de menos, no podía discutir con YangYang sin que acabara yendo a Ten para regañarme.

Él sonrió mirando directamente a Jaehyun, sin creerselo, y él hizo gestos desesperados para que la devolviera el abrazo también.

— Yo también, Jungwoo llora si le llamo idiota.

— ¡Mentira!

Jaehyun alzó los pulgares cuando le vio abrazarla como una persona normal, y no tieso como un palo sin saber qué hacer.

Todos la habían hechado de menos, sin duda.

«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora