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— ¿Qué harás hoy, Rin?– preguntó Akira, emocionada–. ¿También hablarás con tus padres? ¿Están en Corea?

— Mi madre vive no muy lejos, pero está trabajando – suspiró, apoyada sobre su codo. Por un día libre que les daban para estar con sus padres, y ella no podía hacer como el resto. ¡Ni si quiera podía visitar su tumba! Estaba al borde de estallar de rabia, frustración y tristeza–. Me quedaré en la agencia, tengo que aprovechar que esté vacía para hacer gallos al ensayar sin vergüenza.

— ¿Y tú padre?

Sowon, la cual pasaba lista para salir con su hermana a un día familiar, la pisó el pie con fuerza, y tal vez ella tenía el cerebro en el pie, ya que pareció recordar algo, y soltó una risa nerviosa antes de correr en busca de Mark, ya que iban a conocerse ambas familias. Negó mirándola correr. No podía enfadarse por algo tan bobo como un despiste, era estúpido, y Akira era tan mona que era imposible guardarla rencores por nada.

— ¿Qué harás hoy, linda?– preguntó Taeil, acariciando su cabeza como a los perros–. ¿Quieres venir a almorzar con los Moon?

— Ha rechazado mi oferta, la de Haechan, Jaehyun, Jungwoo y hasta Chenle – murmuró Taeyong, pasando con una gorra ya puesta–. Rosie, vente, mi familia está encantada de que vengas con nosotros.

— Es el día del padre, hay que pasarlo en familia, y yo no pinto nada ahí de acoplada – negó, firme–. Recordad la crema solar, gorras, y beber agua, ¿vale?

— Sí, mamá – llegó Haechan, colocándose a su lado–. ¿De verdad no quieres conocer a tu suegra?

— Largo antes de que te golpee, Donghyuck – sonrió. Él soltó una risita, y la dejó un rápido beso en la mejilla antes de acercarse a Johnny, quién conduciría para dejarlos a cada uno en un sitio, y después se iría aprovechando que sus padres estaban también en Corea–. ¡Pasaoslo bien, y que la madre de Taeyong se acuerde de darle al líder mis galletas!

— Nunca se olvida, parece que te quiere más a mi que a ti – puchereo–. Nos tenemos que ir ya, aún estás a tiempo de venir con nosotros – insistió.

— Estaré con los extranjeros que no pasarán el día en videochat, pesado – los fue empujando, sacándolos a la calle–. No quiero que me llaméis a no ser que sea una emergencia, estaré bien.

— Pe-.

Rin cortó a Doyoung cerrando la puerta de golpe, y se estiró, mirando la casa vacía con un suspiro a punto de salir. Hasta Yuta tenía día ocupado al igual que varios de WAYV, esto era terrible.

Salió para después entrar de inmediato a la casa WAYV, donde al menos sí había movimiento. Algunos como Xiaojun y Lucas eran tan afortunados de poder ver a sus familias, pero ella, a pesar de tener a su madre cerca, sabía que estaba llena de reuniones tras asumir el cargo de presidenta de la empresa tras la muerte de su padre, y cuando lograra hacerla hueco estaría agotada. Y ni de broma iba a hacer a su madre cenar con ella pudiendo descansar y ponerse al día en cualquier otro momento.

— Hey, ¿y esa cara de culo mojado?

Miró con confusión a Ten, pero él parecía muy tranquilo tirado en el sofá en simples boxers y con dos gatos encima. ¿Qué tenía en la cabeza? ¿Serrín, helio, monos? Prefería no preguntar.

— Tapate, desvergonzado – espetó WinWin, tirándole una camiseta a la cara, justo antes de desaparecer de nuevo como si nada.

— ¡Nos vamos! – gritaron Lucas y Xiaojun al mismo tiempo, saliendo sin decir nada más. Genial, dos menos del saco, ¿de quién se iba a librar ahora? Miró directamente a Hendery cuando apareció completamente vestido con YangYang tras él.

«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora