«RIN; SE NCT» #3

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— Estate quieto o te pego — amenazó, tirando un poco del cuello de su camisa.

— Estoy algo nervioso – dijo, quedándose al fin quieto y dejando a Rin que anudara su pajarita bien, además de colocarle el cuello de la camisa y de la chaqueta. Él sabía perfectamente hacerlo,claro que sí, pero no iba a arruinarla la ilusión.

— No mientas – sonrió–. Estás muriendo de los nervios, oppa.

— Bueno, sí – rió–. ¿No deberías estar con la novia?

Rin negó, viendo la puerta abrirse por el reflejo del espejo, dejando ver a Haechan y Mark, ambos vestidos también con traje y sonrientes. El menor fue de inmediato a abrazar a la chica, mientras que Mark se acercó, palmeando su espalda.

— No puedo creerme aún que te cases – dijo Rin, con voz melancólica–. Oh, Taeil oppa, y nosotros que pensábamos que morirías solo.

Haechan rió fuerte, chocando puños con ella, y Mark giró la cabeza para que Taeil, con gesto ofendido, no le viera reír. La puerta se volvió a abrir, ahora revelando a todos los chicos NCT, los cuales comenzaron a felicitarle, lanzar bromas y un par de lágrimas que fueron perfecto motivo de risas para varios.

— ¿Unas últimas palabras?– preguntó con algo de burla Johnny, abrazándole por los hombros.

— Rosie, ¿me arreglas la pajarita otra vez?– pidió tímido y nervioso.

— Ay, Taeil oppa – rió, haciendo lo pedido, aunque después abrazándole–. Sed felices, por favor, muy felices.

— Claro que sí, mi mocosa favorita.

— ¡Aww!– chillaron todos.

Taeil se dió prisa en salir ya hacia el altar, donde esperaría a Sowon llegar con ese precioso vestido blanco que tantos dolores de cabeza les había dado hasta que le escogió, y siendo seguido por Johnny, el padrino de la boda. Rin hizo pucheros inconscientemente cuando la hermana de Taeil, un encanto de chica, se acercó al americano. Genial, ella la caía bien, y ahora Johnny iba a ser también robado por otra chica

— Los siguientes sois vosotros – canturreó con broma Yuta hacia Mark y Akira, sentados juntos en las sillas ya. Ambos se sonrojaron, aunque no negaron nada.

— ¿Rosie?– llamó Haechan, empujando con la cadera a Jungwoo, el cual tenía intenciones de sentarse a su lado, y le quitó el sitio–. ¿Te he dicho ya que estás tan preciosa que pareces irreal?

— Unas veinte veces, pero gracias otra vez – comentó con una sonrisita, viendo a Taeil mover las manos nervioso, a la espera de Sowon–. Mírale, que monada, está sudando de los nervios.

— Debe ser bonito estar a punto de casarte con el amor de tu vida – murmuró, mirándola de reojo–. ¿Aún recuerdas la boda del mánager Goo?

— Oh, Dios, casi lloro yo también – asintió–. Aunque no estoy segura si las lágrimas eran por lo bonito del discurso o el pisotón del mini-Goo.

Haechan rió, aunque cuando la música comenzó a sonar y las puertas se abrieron, se calló de golpe,aunque con la ayuda de un pellizco de Jungwoo, resentido por haber sido apartado tan brutalmente.

— Oh, Dios – balbuceó Rin, tapándose la boca con las manos–. Está preciosa, esa es mi amiga, mírala, ¿no está preciosa?–Haechan asintió, viendo a Sowon llegar al altar junto a Taeil, y recibió un apretón en la mano cuando Taeil comenzó a llorar, y una oleada de Aww se esparcieron por los invitados–. Ay Taeil – susurró con voz ahogada. Haechan la miró, y sonrió cuando la notó al borde del llanto también–. Mírale, oh, la quiere tanto... Ay, que Sowon llora también, ay mi unnie llorona...