90

3.8K 276 82
                                    

— ¿Jagi?

La risa de Rin llenó el baño, y Jun sonrió, encontrando a la chica sentada al lado del lavabo, mirando sus manos, y sus uñas pintadas malamente al haber sido el insistente de Jackson el que se las había pintado. Se sentó a su lado, en silencio, pero aún sonriendo tras haberla hecho reír de manera tan natural y espontánea.

— Juegas sucio – dijo, negando con la cabeza. Rin recordaba la primera vez que él la dijo así.

La casa Seventeen se había convertido en su segundo hogar de inmediato, y los trece chicos estaban acostumbrados a que la china apareciera sin avisar, hasta quedándose noches ahí, cocinando con ayuda de Mingyu, y ayudando a Woozi a componer, al igual que corrigiendo algunas cosas en los ensayos, ya que a Dino le gustaba que su amiga viera las coreografías y diera su opinión. Uno de esos días, Seungkwan comentó que Jun y ella eran unos sosos porque no se decían apodos cariñosos, y, preso del pánico por tal vez estar comportándose mal o estar siendo un mal novio, Jun la gritó desde el otro lado de la mesa que le pasara agua, añadiendo al final un forzoso jagi.

¿Por qué has huido?

Porque me da rabia – suspiró, apoyando su cabeza sobre el hombro del chico–. Me da rabia que se crea que puede venir como si nada, idear un estúpido plan y pensar que todo entre nosotros está perfectamente. Él me dió la espalda, confiaba en él y me dió la espalda completamente porque yo era feliz.

— Tal vez deberías escucharle.

Suspiró, y ambos quedaron en silencio. Jun era alguien parlanchín y espontáneo, pero sabía cuándo no estaba de humor para bromas o hablar, algo que apreciaba demasiado, haciéndola ver de nuevo lo increíble que era él. La puerta del baño se abrió, y Rin miró fijamente al recién llegado, sin decir nada ni haciendo el gesto de levantarse del suelo.

— ¿Podemos hablar, Rosie?

Habla con él – pidió Jun, levantándose y ayudándola a ella, tirando de su mano–. Estaré cerca.

— Gracias.

Asintió, y la envió una última sonrisa antes de rodear al chico y salir del baño de mujeres. Rin hizo un gesto, y ambos salieron de ahí, sabiendo que era un mal lugar para tener una conversación seria, por lo que fueron al salón de reuniones vacío de al lado de la cafetería. Ambos iban en silencio, por lo que el ambiente entre ambos era aún más tenso.

— Empieza con tu guión memorizado con una disculpa barata – dijo con tono frío, sentándose en una silla de ahí, viendo al contrario imitarla y ponerse frente a ella–. Me muero de ganas de escucharlo.

— Sé que no merezco siquiera estar aquí hablando contigo – dijo él, encogido ligeramente sobre sí mismo–. Pero... Diablos, Rosie, ¿puedes no mirarme así, por favor? Haces que me sienta como una mierda.

— Al parecer captas bien mensajes no verbales, prosigue.

El chico negó con la cabeza, recordando a la adolescente que lanzaba comentarios feroces de un lado a otro, y la cual hizo llorar un par de veces a los menores. Carraspeó la garganta, volviendo a recordar las palabras que había pensado para decir a la chica.

— Te quiero, te quiero tanto... Me sentí terrible cuando nos dijiste sobre tu relación con Jun, y de inmediato comencé a sentirme horrible, pagándolo contigo – se rascó la nuca, incómodo–. Yo... No sé realmente como es que he logrado abrir los ojos y darme cuenta que he sido un completo idiota, pero aquí estoy, a punto de arrodillarme frente a ti para suplicarte que pienses en perdonarme. Rosie...

Se levantó de la silla, arrodillándose como había dicho que haría, dejando a la chica algo sorprendida por unos segundos, pero volviendo a poner cara de póker.

— ¿Eres consciente de cómo me siento?– dijo, mirándole casi que con indiferencia–. Mis amigos, en los que tanto he confiado por años, dándome la espalda de una manera terrible solo porque me di la oportunidad de ser feliz junto a alguien – suspiró–. Cada vez que alguno de vosotros me decía algo sobre chicas que habíais conocido o me pedíais consejo para conquistarlas, yo jamás os di la espalda, y os cubría para salir con ellas. ¡Llegué a recibir reprimendas de la agencia por ayudarnos! ¿Y vosotros cómo me lo pagais? Dándome la espalda, dejándome tirada, obligando a alguien a quien considero mi hermano a no volver a hablar conmigo – reclamó –. No, Lee Taeyong, no te perdono, porque sería una fácil si lo hiciera, pero admiro que hayas tenido los huevos suficientes como para venir aquí, ser rechazado y humillado.

Se levantó, y salió de ahí, dejándole tirado en el suelo con lágrimas en los ojos.

...

— Nos vamos – dijo Rin, cogiendo el bolso con sus cosas, y mirando de manera suplicante a Jun, el cual asintió y se levantó de inmediato–. Muchas gracias, chicos, pero necesito tiempo para pensar las cosas.

— ¿Taeyong...?

— Sala de reuniones del fondo del pasillo – indicó, dejando que Jun la colocara la gorra–. Os llamaré si acepto el plan, aunque os aviso que tal vez nunca recibiréis mi llamada confirmando.

— Terminarás aceptando – se encogió de hombros Johnny–. Estoy seguro que terminarás haciéndolo por Chenle o Jisung.

— Te equivocas – negó–. Porque mañana mismo iré a patear a Haechan por tratar de controlar a mis chicos.

Salió de ahí acompañada del chino, dejando a los otros tres boquiabiertos y asustados por una pelea entre Haechan y Rin.

— Veinte por que gana Rin.

— ¡Lucas!

— ¡Lucas!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora