*21*

5 0 0
                                    

-¿Quién soy?-Responde sin gracia, un poco molesto por sacar este tema cuando claramente le dije ante algo sobre mis padres, claro, si se trata de mí y mis padres, tiene curiosidad. ¿Acaso yo también podré sacar algo de él?-Soy lo que ves Sasha Stein y estoy parado aquí, frente a ti.

-No me refiero a eso Blake,-La respiración se me dificulta cuando acecha mi espacio de improviso, tornando su mirada más intensa y frívola, cómo si sus ojos pudieran atravesar mi alma. Mi pensamientos, temiendo por segundos si ha leído mi mente.-quiero saber con quién compartiré el resto de mis días.

Mis mejillas se contornan de un fuerte carmesí al soltar esas palabras tan bochornosas, pero decirle la verdad al que quizás podría ser el lobo de la historia, sería cavar mi propia tumba y no lo miro conveniente, debe existir otra forma de averiguarlo y vine corriendo, sin un plan en específico.

Su mirada que es como las olas que impactan contra la roca, tan profunda que si te quedas mirando fijamente puedes perderte en la inmensidad de la oscuridad y la penumbra. Que no revelan nada, sino frialdad, desconfianza y temor. 

-No parecías curiosa al respecto, conforme mis propuestas...-Se separa de mí, liberando mi poco espacio personal, regresando el aire a mis pulmones con serenidad. Caminando por lo largo del salón repleto de muebles de última categoría y jarrones, adornos de la mejor plata.-es más, ni siquiera hago este tipo de propuestas a cualquier dama.

El también me lo aclaro, es más, parecía ser la única quien no sabía de su gran acción, pareciendo tan sospechosa, que me cuesta confiar, quiero imaginar que todo es parte de mi cabeza, sin embargo me es imposible, ¿Quién eres y qué realmente quieres?

Toma de un cigarrillo y lo enciende sin dificultad, posando este entre sus labios e inhala la sustancia, expulsando de ella sin dificultad de su boca.

-¿No es normal que una futura dama desee saber qué clase de persona será su futuro esposo?-Cuestionó con cierta obviedad, negándome a decir la verdadera razón.-Con quien pasaré el resto de mis días.

-Señorita Stein, eso no explica porqué ha venido a estas horas y con esas ropas, es más, se negó a que diera su identidad.-Despeina su cabello negro entre sus dedos largos  y blancos, fijando sus ojos espesos de pestañas en mí, sin expresión alguna.-¿A venido con tanta aflicción por un tema que podría ir conociendo con el pasar del tiempo?

Tenso mi mandíbula, es cierto, ¿Cómo explicarle eso?

No, no, debo recordar mi objetivo principal, no pedirle explicaciones, debo dar un argumento valido para él y así descubrir la verdad, ya que no veo que se sienta voluntario del todo a cooperar con mis dudas.

-Bien,-Me rindo, acomodando la capucha de nuevo a mi cuerpo, sintiendo el frío colarse por mi cuerpo, apretando más este entre mis extremidades. Volviendo blancos mis nudillos por la fuerza ejercida.-mi madre se ha enterado por mi descuides que nos casaremos, prohibiéndome volverte a ver.

-¿Qué?-Suspira, desviando su mirada tenso, rascando su nuca con suprema rapidez, caminando de un lado a otro intranquilo, no parece gustarle la noticia y al parecer no sabe como reaccionar ante eso, pensativo.-¿Cómo tú, ellos?-Me mira abruptamente con la expresión acalorada de enojo.-¿Tienes una idea de lo que acabas de hacer?

-...-Niego levemente sin entender a lo que se refiere.

-Nadie de mi familia sabe que nos casaremos.-Suelta cada palabra con furia.-Es cuestión de tiempo para que tu padre lo sepa y después el resto de mi familia, planeaba hacer esto con tiempo, poco a poco para que nos aceptarán.

Retrocedo tragando duro.

Sintiendo mis piernas flaquear en cualquier momento, pensando que su familia ya estaban enterados de todo, es más, me siento estúpida por asumir tales cosas, poniendo en riesgo lo que tanto he querido, sólo por unas inútiles sospechas.

Mi pecho se entristece con gran dolor, percibiendo el nudo atorarse por mi garganta y las punzadas en mis parpados, deplorandome por arruinar todo, es más, destruir hasta lo poco que quiero y realmente deseo, poniendo en riesgo mi única oportunidad de casarme.

-Puede ser que ni siquiera nos casemos...-Se detiene abruptamente cuando percibe mis lágrimas, rodeando mis mejillas sin pudor, cayendo hasta el suelo y saliendo más, dando el primer gemido cuando me pongo de cuclillas y escondo el rostro entre mis piernas.

Todo se vuelve oscuro a mi perspectiva, esta vez, sintiendo de verdad la negatividad, la nula opción de salir de esta, suelo afrontar las consecuencias o huir de ellas, pero siempre teniendo una salida, en cambio esta vez, no existe la salida y lo poco que he tenido, lo he destruido. 

Logro oír sus pasos caminar levemente hasta acercarse a mí, escuchando su leve quejido al sentarse sobre el suelo duro y frío, posando su espalda en la puerta, al lado mío y suspirando cansando.

-Quería darte tiempo con estas lecciones y quizás te has sentido presionada con la información que necesito,-Jadeo sin imaginar que lo sabe, sabe lo que me perturba, ¿Cómo él?-ya que no conoces absolutamente quién soy y el porqué alguien cómo yo sería tan amable, sin intenciones siendo rico.

Elevo mi cara para mirar sus iris azuladas, para nada apartadas de mi vista, sintiendo mis mejillas calentarse por su guapura sin disimulo y lo que tanto me atrae son sus ojos destallantes de deseo, ida por segundos bajando mi mirada a sus labios entre abiertos y carnosos.

-Tengo miedo,-Confieso dejando rodar otra lágrima, expuesta totalmente, mis emociones dominando mi mente y mi corazón.-nadie se ha preocupado tanto por mí y pensando en mi prioridad antes que la suya, me es inevitable dudar.

-¿Quieres conocer la verdadera razón?-Su voz se torna ronca y picarona. 

Mi corazón late con frenesí y con nervios cuando se acerca, de un momento su rostro se encuentra lo suficiente cerca para sentir su respiración sobre mis labios y su aroma varonil traspasar mi poros, mandando leves corrientes de electricidad por mi cuerpo.

-Yo...yo-Mi rostro arde ante su cercanía incapaz de apartarlo, pero ¿Por qué, de alguna manera esta situación me gusta? Confusa por tanta emoción dentro de mí, que si fuera cualquier otro hombre lo golpearía por su atrevimiento al acercarse tanto, sin embargo con Matías, me siento diferente...-no lo sé.

-Necesito saber si su intención es momentánea, si permitirían que te casarás ya que siguen en tu tutela.-Tiene sentido, tiene todo el maldito sentido del mundo sus palabras. Asintiendo a sus palabras, negando ante las sospechas ridículas de antes.-Porque desde el primer momento me intrigaste.

-¿Intrigar?

Sonríe de lado, ladeando una sonrisa juguetona. 

-Eres diferente Sasha Stein y tengo curiosidad que tan lejos puedes llegar,-Baja su mirada a mis labios y mi pecho sube y baja con presión, confusa por su atención hacia ellos.-mis padres asumen que las mujeres sumisas y devotas son las mejores, pero a mi me aburren.

Se aparta, recostando su espalda de la puerta.

-¿Aburren?

-Me gusto tu personalidad y actitud, tienes fama de ser testadura y rebelde, fuiste la primer mujer en retarme.-Sisea sonriente, sintiéndome muy halaga a comparación de las palabras ofensivas que suelen darme por ser extraña, en vez de diferente.-Para un Blake esas características de una mujer son inaceptables y no te sientas mal si el matrimonio no se llega a hacer.

Es comprensible, quizás él es de buen corazón y conociendo su mal temperamento, imagine que no le agradaría, pero resulto siendo todo lo contrario.

Me siento terriblemente mal por juzgarlo.

-Lo lamento.-Suelto.

-¿Por qué?

-Por desconfiar, tu única acción ha sido ser muy amable y no te he agradecido, en vez de ello he desconfiado, tirando a la borda mi única oportunidad de soñar.

-Yo también hubiera desconfiado con tales propuestas.-Reímos ambos, sintiendo el ambiente a gusto nuevamente.-Haré lo que este en mis manos Stein, pero lo único que puede frenar esto es que tu padre no se enteré de la situación.

-¿Por qué mi padre?

-Resulta que no estamos en muy buenos términos y lo correcto es que lo haya propuesto de primero con tu padre y luego contigo, después de aceptar.

Eso significa que regrese esta misma noche. 

El Vil Origen del Vínculo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora