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-Veo que no eres tan inteligente.-Suelta de pronto cuando pasa su espada de sorpresa por mi garganta, segundos antes, cayendo del suelo abruptamente y giro hasta quedar en el otro extremo del bar, viendo que deje muy lejos mi gorro, jadeando con suma sorpresa, ¿Qué diablos, quiere matarme?

Sigo sin comprender la paranolla de matarme. Pero en su mirada esta la clara sed de sangre, sin piedad, sin importarle quién soy en realidad.

-¿Qué, por qué? Dijiste que no creías en las cosas de la iglesia.

-¿Sabes diferenciar religión con verdad?-Eleva su espada lo suficiente, para chocar con la mía, retrocediendo levemente y chillo por su fuerza brutal, luchar a fuerza con él, es mi derrota y no se me ocurre nada más. ¿De qué esta hablando, entonces si es creyente?-Sé lo que eres, ¿Por qué diablos cambiaría de opinión con eso? Después de todo, si tan sólo expongo tu identidad, todos buscarán tu muerte.

Mi corazón se hunde ante la idea, parece que Philippe sabe lo que soy y por qué lo soy, no parece chistar sobre un tema tan serio y por primera vez me trata igual, igual a él, sin diferencias por mi complejo desde que nací, sabiendo de sobra esa realidad.

-¿Qué es lo qué soy mi Lord? ¿Por qué anhelan tanto mi muerte?

Frunce su ceño confuso por mi comentario, he buscado las respuestas muchas veces, pero los únicos lugares donde podía acceder a esa información es en las iglesias, siendo lugares muy riesgosos, considerando mi búsqueda, si Matías sabe de mi existencia, ellos también.

Preguntarle a las personas, era otro incentivo de temor, la sola idea de exponerme me causaba terror, ignorante al caso de mis cambios físicos y mi transformación, es la única información que poseo. Pero no desistí, logre leer libros, todos los que pude que abandonaron, pero nada, es cómo si la información sobre mí, no existiera.

Ni siquiera en la librería de Philippe.

-¡No lo matarás!-De pronto aparece Garret empuñando una espada, tirando de esta a la espalda de Philippe y este reacciona rápido, girando lo suficiente para detener el impacto con su espada, sin esperar el giro de Garret con su pierna, haciendo a Philippe caer directo al suelo, llevándose con él todas las sillas y mesas, tomando de mi mano y jala de mí, dando una patada a la mesa, cayendo de esta encima del cuerpo de Philippe.

Corriendo ambos a la salida y tomo de mi saco, siendo mi único protector, tapando mi cabeza, jadeando impactada, siendo guiada por Garret, quién salvo mi vida.

-¡Te encontraré Asher!-Logro oír la voz de Philippe a lo lejos, sobresaltando mi piel, exhalando e inhalando aire con demasía, aún impactada.











-No es correcto que haga esto, pero no te confundas, lo que he hecho porque me salvaste la vida Asher.-Suelta de pronto, cuando nos detenemos en medio del inmenso bosque, bastante lejos del pueblo, ¿Por qué no sería correcto, acaso también...él desea mi muerte?-Será mejor que huyas, si Philippe ha dicho que te buscará, no se anda de bromas.

Se gira, con la mirada tensa y la mandíbula apretada, a dirección de pueblo y no mido mis palabras cuando las suelto.

-¿Mi Lord es quién te estafo?

Traga duro.

-Ese no es asunto tuyo.-Arremata abruptamente, girando sobre su eje.-¿Le servías a él aún sabiendo que te podía matar, eres estúpido?

-¡No me hables de esa forma!-Me sobresalto, enfurecida por su comportamiento y palabras hirientes, simplemente me he preocupado por él, por su vida y ni siquiera me agradece, sino me dice que huya del pueblo, dejando todo, ¿Qué todo? Apenas lo que cargo ahora mismo.-No puedes volver Garret, te matará.

Su mirada se relaja y suspira, insertando la espada en la tierra.

-No soy ningún miedoso, ni de su Lord, ni de nadie.-Añade muy seguro de sí mismo sin flaquear y fuerza una sonrisa, embelleciendo su rostro y darme un ligero suspiro, sin embargo mi preocupación sigue latente.-Pero Asher, corres un grave peligro.

-Sé que muchos desean mi muerte y quizás hasta tú Garret, pero jamás decidí nacer con esto sabes,-Me sincero, sabiendo que después de todo, huiré y no lo volveré a ver nunca más.-Perdí a mis padres delante de mis ojos, a mi primer amor, juro matarme y ni siquiera entiendo mi existencia o lo que corre en mis venas.

Frunce su ceño y me observa, atento y sin expresión alguna, pero veo que no planea irse, sin antes contestarme, sospechando que quizás él tenga idea de algo. Dudando en su mente si ayudarme o no, debe imaginar que soy el enemigo, pero también conoce el sentido común y nada de esto es correcto.

-Cada cien años, nace la maldición, cabellos blancos y cada extremidad, tan puros pero su sola existencia es la desdicha del mundo, el resurgir del mal latente.-Sisea como si contará un cuento de fantasía, que me es imposible de creer, pero tiene todo sentido cuando entiendo que soy yo.-por eso, al mismo momento de nacer, es estricta su inmediata muerte, en tu caso no fue así. Al desobedecer, se condena a muerte a toda la familia y conocidos por colaborar.

Jadeo, recordando que así fue la muerte de mis padres, sabiendo que si no era Matías, iba a ser todo aquel al saber la verdad.

-¿Por qué, por qué sería el resurgir del mal? No comprendo nada.

-No eres humano Asher, ¿En serio crees que lo eres?-Mi corazón late con fuerza y un zumbido leve me aturde en segundos al oír eso, confusa.-Puede ser por eso, hace muchos siglos se le permitió a alguien cómo tu vivir, pudiendo comunicarse con el más haya y con sus poderes, ayudar al mal a reinar, sobre los humanos, sobre todo ser viviente, pudiendo matarla a tiempo antes que fuera demasiado tarde.

-¿Qué, oh por dios, cómo pudo ser posible?

-Se dice que eres como la salvación del mal y que por eso mismo debes morir.

-¿Tu qué crees Garret?

Baja su mirada y se gira, no sino antes decirme unas palabras, antes de regresar por donde vino.

-Si fueras el resurgir del mal, no me hubieras salvado la vida.










El Vil Origen del Vínculo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora