-Señorita Sasha Stein,-Me nombra educadamente, regresando mi vista consternada hacia él, todavía sin saber qué hacer con su cuerpo.-me disculpo por mis palabras ofensivas, sin embargo también pienso que merezco una disculpa de parte suya.
Bufo negando con mi cabeza.
¿Una disculpa, de mí?
En cambio él suelta un leve suspiro, masajeando sus dedos liberando estrés por mi respuesta, que claramente no le agrada ni un poco mi respuesta, esta escrito por toda su cara.
-No hago nada sin que me provoquen y suelo tener paciencia, sólo que hoy no ha sido un buen día para mí y sus últimas palabras me molestaron más de lo que suelo reaccionar.-Siseo tan rápido como termino y me sobresalto al sentir su mano con guante negro de cuero, apartar el cabello negro enredado de mi frente, verificando cada detalle de mi rostro y chillo del dolor cuando su guante roza mi labio herido.
No puedo descifrar su expresión en este mismo instante, es tan serio, frío, pero sus dedos son delicados, con amabilidad que traspasa su calidez. Envolviendo con mi frialdad, considerando nuestras personalidades contrarias, tanto que ni la amistad sería posible.
-¿Quién ha sido el malnacido para atreverse a tocar a una niña?-Su tono denota enojo, que logra intimidarme un poco, tragando duro.
Eres hombre muerto Carlo, agradece que no soy traidora. Me debes una y muy grande.
Aparto su palma me mi rostro, incómoda por su inspección minuciosa, la cual no le he permitido, ni consultado, sin agregar que no deberíamos estar aquí escondidos y mucho menos él en mi casa todavía.
Carraspeo, aclarando mi garganta.
-Yo empece la pelea.-Suelto, sintiendo mis mejillas ruborizarse por mi confesión, nada apta para una futura dama. En cambio él ladea una sonrisa burlona, viendo por primera vez, no la decepción de un caballero por mis modales.-Justo por mis problemas, estoy arrematando con todos.
Pongo mi mano en mi frente, notando que le he dicho también que me he comportado así con él debido a mis problemas. Debiéndole una disculpa, sin embargo no quiero, no me nace y pienso que lo que hice es justo, a comparación de las barbaridades que él dijo de mí.
-¿Qué le trae tanto augurio a una niña que apenas empieza a vivir?
No esta tomando en serio mis palabras, lo puedo notar por su semblante de pocos amigos y el interés nulo, sólo tiene curiosidad para luego reírse de mí, demostrando su tosca sonrisa burlona, posando sus manos en sus caderas, sobre su saco negro también de cuero fino.
-¿Por qué debería comentarle los problemas que no le conciernen caballero?-Sonríe notando unos hoyuelos en sus mejillas, acomodada su sonrisa bien en su rostro perfilado.
Muestra con su palma las cosas que hay alrededor y en el lugar donde nos encontramos.
-Soy su único testigo y depende de lo que me diga, quizás cooperé.-Me frustro, lamiendo mi labio inferior con fuerza, pero chillo al sentir sangre nueva colarse por mi paladar, sintiendo el ardor nuevamente.-Es bueno ver que sus modales han regresado señorita Stein, espero que siga siendo así.
Le aniquilo con la mirada.
Le diría que poco me importa y que mi padre cree más en mí que en extraños, haciendo respetar mi honor y que no me dejo llevar por amenazas infantiles. Sin embargo me arriesgo a que de verdad le diga a mi padre y vea que confianza entre ambos, no existe nada.
Que puede venir un total extraño a decir que me visto de hombre y mi padre le cree.
Estoy entre la espada y la pared, ¿Dejar que me amenace? Estoy delirando.
-¿Es una amenaza?-Comento indignada, suponía que era un caballero, ¿Qué es eso de chantajear a una niña?
-Es un consejo,-Aclara acomodando sus ropas elegantes, todas negras, extrañada, parece que viene de un funeral.-es eso o que me diga la razón del porqué sus padres insisten en volverla diferente al resto de personas, apesar de las graves consecuencias al futuro para usted.
Se tensa mi mandíbula, bajando mi mirada, ¿Qué quiere decir con eso? Insiste tanto en el mismo tema como si hubiera algo más, ¿Acaso él sabe algo que yo no? No, no permitiré que me vea la cara de sirvienta cuando no lo soy, soy una Stein hecha y derecha.
-¿Qué quiere asumir caballero Blake, que sospecha?
Me trago su intimidante estatura, quitando mi espalda encurbada y poniendo mi espalda recta, sacando mi pecho inexistente, cerca de su pecho mi rostro, elevando de este a su cara que queda muy arriba de mí y suelta una risa profunda, ronca, bajando su cara para verme mejor.
-Las preguntas las hago yo señorita.-Rodeo mis ojos, irritada.
-Pues no respondo si no me aclara mi duda.-Digo firme, sin titubear, tan seria cómo él, aunque su rostro demuestre frialdad, su voz es amable, cordial.
-Usted gana.-Lame sus labios, apartando su mirada de la mía, vagando su atención por el lugar, mientras abre sus labios rosados pálidos.-Por ser una Stein y si los rumores son ciertos, la familia Blake esta interesada en adoptarla, para dejar esas costumbres deshonrosas para las damas y poder cumplir sus objetivos,-Me mira de pronto y bajo la mirada, nerviosa, sin procesar bien lo que estoy escuchando.-no sé si sabe, pero los Stein y Blake tenemos buenas relaciones tanto comerciales cómo políticas.
-¿Por qué ayudarme?-No puedo creerlo, ni me conocen y me extienden su mano. ¿Acaso existe tanta amabilidad?
-Consideramos un desperdicio que su belleza sea nublada por costumbres no aptas.-Me sonrojo por su halago y retrocedo, queriendo hundir mi cara en la tierra.-Además que es la única hija Stein, que necesita un esposo para pasarle sus herencias y nosotros los Blake, estamos interesados en ello.
Es cierto, papá nunca ha pensado en ello. Seguramente cree que alguien me querrá por quién soy, pero muy poco conoce que los hombres son muy selectivos con sus futuras esposas.
Su solución es la llave a todos mis problemas, pero, ¿Abandonar a papá y a mamá? No, si, no lo sé, es demasiado pronto para tomar una decisión, nunca me lo perdonarían y apenas conozco a un hombre de los Blake. No tengo idea cómo son y eso me hace dudar.
-Es tanta información, tengo que pensarlo, ahora no tengo la respuesta.-Le miro, todavía perpleja de todo lo que he oído, ¿Sabe algo papá de esto o a esto han venido? ¿Todavía están interesados en mí luego de ver mi escándalo?
-Disculpe por omitirle información,-Elevo una ceja, dudosa.-pero la oferta que le he dicho no es gratuita, al menos que confirme que los rumores son ciertos y el porqué del comportamiento de sus padres señorita Stein.
Ahora son más insistencias departe suya, con un fundamento solido.
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El Vil Origen del Vínculo ©
FantasiaLa sociedad le imponía ser dama, ama de casa y sus padres la obligaron a ser diferente, estudiosa, que se pueda defender, sin embargo ella detestaba ser diferente, quería ser normal, sin conocer el verdadero fin que arrastra sus generaciones por el...