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-Puede llamarme de ahora en adelante señorita...-Cierro mis labios de pronto, recordando que no puedo decirlo, aunque si es el padre, supongo que estará bien.-de Blake.-Sonrío, orgullosa.

-¿Señorita de Blake?-Pregunta incrédulo y sin poder creerlo, si, sé que jamás me creería, ni el padre, supongo que soy dichosa de formar en el futuro una familia con apellido tan renombrado y familia prestigiosa, sin contar la inmensidad de su hogar, yo viviré ahí.-¿Está segura señorita Stein?

-Lo verá usted mismo el día de mi boda.

-Pero hija, los caballeros Blake sólo se casan con damas con apellidos muy prestigiosos, un poco bajos que el estatus suyo o más altos, sin contar sobre su demanda en las damas. ¿Cómo su apellido fue considerado si quiera?-Su voz parece como si me estuviera reprendiendo severamente, arqueando una ceja, confusa.-Perdone mi honestidad hija, pero su fama es un rechazo para la familia Blake.

¿Un rechazo? Puede que mi apellido no sea tan bueno como el suyo o no sea una dama tan recatada, pero aún así no pueden faltarme el respeto, aunque así no me quieran, es mi única opción, estoy segura que ahí seré feliz, no tengo dudas.

O me forzaré a serlo.

-Esta enamorado de mí.-Suelto de pronto, queriendo encubrir mis patrañas con más mentiras, porque a simple vista suena imposible que me hayan aceptado, quiero decir, el pecho me arde de aceptar esas palabras tan crueles del padre.

Queriendo suprimir la picazón de mis ojos con morder mi labio inferior.

-¿Con quién se casará hija?

Juego con el vestido entre mis dedos cortos, notando que he crecido un poco pero no tanto, suspirando, bueno, ya he dicho el inicio y debo terminarlo, el padre cuidará de mi secreto.

 -Con Matías Blake.

-¿El caballero Matías Blake?-Ahora si ha perdido su aliento, negando con su cabeza apesar que vea poco, puedo ver levemente sus movimientos en esta caja pequeña de la confesión.-Veo que no conoce al caballero Blake señorita, ¿Ya ha aceptado su propuesta?-Pregunta con cierta preocupación, frunciendo el ceño sin entender nada, ¿Qué sospecha de él?

-¿Usted si lo conoce mejor que yo?-Denoto un poco de molestia. 

Carraspea un tanto incómodo, rascando su nuca.

-El chisme es pecado señorita Stein, no comparto cierta costumbre, él suele venir dos veces al mes a confesar sus pecados.-Abro mis ojos impactada, eso si quiere decir que lo conoce mejor que yo, claro, aquí todos vienen a confesarse, ¿Cómo no se me ocurrió?

Tiene el derecho a reaccionar así, pero dudo que sea una persona mala, quiero decir, me ha ayudado tanto y me extiende la mano, en cambio su único interés es nulo para mí. Me es casi imposible pensar que sea malo, pero sólo Dios y el padre sabrán.

-Ya veo...-Juego más con mis dedos nerviosa.-¿Por qué le aflige saber de mi compromiso con él padre? Me ha dejado un tanto inquieta, supongo que no le conozco bien ya que todo fue arreglado y así, me ama en tan corto tiempo que me lleva conociendo.-Sisea y su incomodidad ser vuelve mayor, como si fuese el tema algo muy delicado para él.-Quiero asegurarme que no cometa un grave error.

-Hija no comparto el pecado del chisme y ningún otro pecado.-Responde severo, sobresaltando mi cuerpo.

-No le digo que me diga los pecados de Blake.-Insisto, acercando mi rostro a lo único que nos separa y su respiración se torna pesada, acelerada, son notorios sus nervios porque le insisto, el tema lo ha puesto...¿Tan mal?-Lo único que quiero saber si estoy tomando una buena decisión o no, padre.

-Cierra en este momento la confesión hija, disculpe pero no me siento bien.-Escucho sus pasos, saliendo del lugar y me apresuro a salir también, corriendo hacia el padre y le tomo de las muñecas, deteniendo su paso abruptamente.

¿Qué esta ocultando?

-¿Hija que estás haciendo? Deja que se vaya el padre.-Interrumpe mi madre a lo lejos, mientras escucho sus pasos acercarse, el tiempo se acorta.

Su rostro se torna rojo y el sudor es como balde que cae en él, alzando sus cejas asustado. Forcejando sus manos y logra que lo suelte, posando su dura mirada en mí. Trago levemente, confusa por su comportamiento, algo le aflige y justamente al mencionar ese apellido lo ha puesto así.

-La ignorancia también es una bendición hija.-Se gira y así nomas me deja con la boca abierta, sin poder creer lo que he escuchado, sumando mis sospechas, cuestionando ahora sí todo.

Claro...la propuesta, que Matías sea tan diferente a todos los hombres y ceda a todo lo que le pido, parece que no hay nada malo escondido y que cada propuesta suya suene tan perfecta, hasta el punto que de querer enseñarme en persona y mandando a la carroza, a una dama tan poco refinada de apellido pobre.

¿A qué han ido a la casa de mi padre ese día?

Tantas dudas y pocas respuestas, una desconfianza descomunal entra en mí, sobre los verdaderos propósitos de Matías, claro que el padre no se ha tragado el cuento que me ame, es más, parece que lo único que le importa a Matías es esa información sobre mí.

¿Por qué, por qué le es tan importante a un sujeto rico y con poder real una información tan insignificante sobre mí? Desde que nos conocimos ha querido hostigarme con soltar esos detalles sobre mí, no es que este interesado en mi herencia, porque ha dicho que no tocará de ella.

Algo que mis padres me han ocultado celosamente y negado todo este tiempo, me lo darán sólo con esta práctica dura y feroz, para decirme tal información que Matías Blake desea tanto. Algo de esa información le beneficiará de gran manera, de eso no hay duda, ¿Pero qué?

-¿Qué sucede hija?

Me volteo y le miro, fijamente.

-Hoy quiero aprender sobre la historia de la familia Blake madre.


El Vil Origen del Vínculo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora