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Ambos al vernos y no tener otra opción más que correr detrás suya, nos tomamos la sorpresa que se encuentra afuera, recostado en la pared del bar, notando su mirada pérdida en algún punto del mercado, que varios negocios han apagado y cerrado sus tiendas, sin embargo esta veo que suele ser la última en cerrar.

-Amigo, no me asustes así, pensé que irías tras el Gordo.-Suspira Anthony aliviado y Garret no responde a su pregunta, con una decepción palpable en su mirada. Me compadezco de él, quisiera ayudarle de alguna forma, sin embargo echaría mucho a ver, ya no puedo involucrarme más.-Es un asco todo esto, te apoyo si quieres partirle el trasero.-Palmea su espalda.

¿Patearle qué? Jadeo preocupada y jamás me imagine que un niño cómo Anthony diría eso, se ve más pequeño que yo.

-Eso sí que no,-Jalo de Anthony, un tanto sorprendida de mi reprenda, ya que no suelo ser así, sin embargo no veo a nadie encargado de Anthony, es más pequeño que yo y anda suelto por las calles a estas horas, al menos yo tenía un horario que cumplir.-¿Cómo que golpear sus glúteos?

-Ugh,-Hace una mueca Anthony, apartándose de mi agarre.-no me recuerdes que no tiene ni trasero, ahora no puedo sacar eso de mi mente.

Se ríe por primera vez Garret, llamando nuestra atención, escuchando su voz grave descender cuando acaba, alzando su mirada hacia nosotros, en especial a mí, sonriendo sincero. Volcando mi corazón, como la gallina cargada que sabe que morirá ese día, así mismo me siento yo, correspondiendo a su alegría.

-¿Qué tal unas cervezas para terminar la noche?-Alude Garret, despeinando su cabello ondulado, para volver a meter sus manos en sus bolsillos y sin respuesta, ingresa nuevamente a al bar, confundida cómo es su personalidad, quiero decir, estaba enfadado y paso a relajado. 

¿Qué sucede con él?

Sin darme cuenta cuando Anthony entra corriendo a gusto y elevo una ceja abriendo mis labios asombrada por la oferta que acepto Anthony sin rechinar, no tengo idea que edad tendrá Garret, pero se lo suficiente mayor para beber, sin embargo Anthony y yo no, para nada, jamás lo he hecho. Pero no me puedo quedar aquí afuera, sin la respuesta tras solucionar todo esto, quizás tenga la oportunidad o no de trabajar aquí.

Aunque la desesperación me carcome, queriendo ya irme a dormir, jamás he estado tanto tiempo con hombres y menos a estas horas, no me parece apropiado.

-¿Entras?-Saca su cabeza Anthony y asiento cabizbaja, tragando duro cuando me adentro al bar.

Las tres bebidas grandes y gordas ya están sobre la mesa, dos ya a la mitad y la mía llena, caminando poco a poco hasta sentarme en la banca, queriendo preguntar qué pasa en la cabeza de Garret, qué planea, cómo solucionará esto, no hay ningún papel de por medio, todo es tan complicado.

Le da un gran sorbo a su bebida Anthony y suspira gustoso, lamiendo sus labios con felicidad pura, lamiendo hasta la última gota de la cerveza y extiende su jarra hasta Garret, quién la toma sin dudar y la llena de una, pasando de esta a Anthony, quién toma más como si fuera leche, muy fácil de digerir.

No obstante, siente mi mirada al instante, mirando mi jarra sin tocar, sonriendo ladino con cierta picardía.

-No me digas, ¿Nunca has bebido?

Esquivo su mirada, un tanto...¿Avergonzada? ¿Por qué? Él debería sentirse avergonzado de hacerlo a tan temprana edad, más yo si me atrevo, soy mujer y menor de edad, sería un repudio para la sociedad, negando rotundamente a hacerlo, no, jamás.

-No se me apetece.-Digo tosca.

-Desde que veniste, no has dejado de decir palabras extrañas.-Argumenta Garret sorpresivamente, después de su largo silencio fijando su mirada perdido en algún punto, quizás así saca su enojo, prendiendo fuego imaginario en las cosas.-Moral y modales,-Añade con cierto aburrimiento.-¿De donde vienes la gente es así, quisquillosa? 

Frunzo el ceño disgustada, ¿Esta tratando de insultarme indirectamente? ¿Así le llaman los jóvenes de hoy en día a la gente moral y con modales educada? ¿Quisquillosa? Suspiro mucho para lo normal, demostrando mi bufido sin filtro, no ha sido nada amable, al principio me dio una impresión de simpatía, pero cada vez que le conozco, me cae peor.

-La moral y los modales hacen de la vida más ordenada, correcta, sin problemas en el futuro.-No me avergüenzo de lo que soy, es más, estoy orgullosa de ser educada así.

Quizás al salir a hacer travesuras, era el desquite del encierro y todo el enojo acumulado, deseando romper reglas para llamar la atención que no tenía, sin embargo no admití sentirme tan avergonzada cuando mis padres supieron la verdad de mis salidas.

Fue bochornoso.

-Te escuchas igual a la zona moderna.-Suelta Anthony sin ánimo, agitando su cerveza con cierto enojo escondido en su tono, mordiendo su labio inferior, frunciendo el ceño sin saber si he dicho algo que no tenía que decir. Preocupada.-Seguro trabajaste para ellos, no me imagino que me obliguen que me comporte como ellos.

-¿Zona moderna?

Garret apunta donde la ventana, donde se logra ver a lo lejos casas grandes, blancas con varios niveles y si, es muy diferente a esta zona, hay una gran división de los muros para que ambos no se mezclen, llamando mi interés, imaginando que quizás encuentre gente como yo.

-Quieren comprar estas tierras para poner más casas así.-¿Qué? Garret suelta cada palabra con enojo nada ocultado y Anthony forma sus manos en puños sobre la mesa.-Este pueblo es todo para nosotros, es nuestro hogar y nuestras tierras, pero ellos sólo piensan en apartarnos como ratas.

-Eso es tan injusto...

Donde vivía jamás vi comunidades así, es más, tuve que correr horas y por primera vez ver un lugar "pobre" por así decirle, extrañada al ver a lo lejos las casas modernas, a comparación de esto, comprendo porqué Anthony y Garret, no les cae nada bien a los ricos.

-Estoy endeudado con uno de esos ricos,-Admite Garret, dejando salir todo mi aire impactada, ¿Qué?-si como dices, no hay prueba de pago por las deudas, tengo que los muebles son míos y que la renta del lugar es mío, ya que son pagos para obtener el lugar, teniendo como final los dos papeles que rectifican que son míos.

Sonrío al ver que si, tiene razón, si no firmo nada sobre las cuotas, los pagos y las deudas, eso quedo al aire, pero los papeles que aclaran que son suyos, los tiene.

-¡Garret, te matará!

El espanto en el rostro de Anthony me aclara que la idea que surgió en nuestras mentes es muy mala, que conviene a nuestro lado, sin embargo el riesgo es mucho, nunca se sabe que puede hacer un rico cuando alguien se le enfrenta a su jugada.

Retrocedo angustiada al saber, si yo vengo de esa jerarquía, ¡No, no debe hacerlo!

Bebe toda su cerveza de un trago sin hacer expresión alguna.

-Verás Gordo, conocerás mi furia verdadera.-Lame sus labios con una sonrisa macabra en sus labios, marcando su quijada. Una gran sonrisa blanca y perfecta, asombrada por su valentía, muy estúpida por cierto.-La verás.

Oh no Garret.

Oh no...

El Vil Origen del Vínculo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora