*29*

2 0 0
                                    

-¿Tú otra vez?-Su voz resuena tosca y saca una sonrisa ladina de sus labios, acariciando sus brazos llenos de músculos y sus otros amigos ríen con él. Sin embargo se fija en mis cabellos y mis ropas, alzando una ceja dudoso.-¿Ash, qué diablos, qué le paso a tu cabello?

Sus demás compañeros están igual de sorprendidos que él, siempre he venido con otras ropas y es la primera vez que me ven así, como soy.

-Y tú ropas.-Añade su amigo, Tomi, aún con la vista perdida en mis caderas.

Todos se ven como unos completos idiotas por mi vestimenta.

-Apuesto esto.-Tiro la bolsa de moneda que traje conmigo en el suelo, llamando la atención de los demás chicos, que no añadí, pero ellos viven en la calle, sobreviven con apuestas de golpes, aquí día, tarde y noche siguen las apuestas, llamando la atención de varios clientes suyos.

Es fácil notar que están en su tiempo libre, esperando apostadores y los clientes se suman con su dinero cuando la pelea da comienzo, usualmente no suelen haber mucho cuando están en su tiempo libre.

-¿Eres una mujer?-Comenta Frey, el más fuerte del equipo, quién siempre suelo pelear con él y ganarle. Niega con su cabeza, un tanto decepcionado al igual de sorprendido por no ser hombre.-Olvídalo, no golpeó mujeres Ash, todos estos años me mentiste,-Reprocha, como sile debería una explicación.-¿Qué diablos contigo?

-Dices eso luego de haberte roto el trasero miles de veces, ser mujer o hombre no cambia el hecho que soy más fuerte que tú,-Tensa su mandíbula.-vengo por dinero,-Siseo con desagrado, jamás ha sido lo mío relacionarme con gente más de lo normal, sólo a lo que vengo.-no para hablar de moral.

Gruñe con mal humor, irritado al oír mis palabras.

-Eso fue antes de saberlo, ¿Acaso crees que los clientes estarán satisfechos al verme golpear a una mujer?-Tiene totalmente la razón, nadie vendría al ver tal espectáculo, es más, sería denigrante.-Al diablo Ash.

-Entonces que no sea golpear.-Sugiero, mordiendo mi labio inferior y él eleva una ceja sin comprender mis palabras.

-¿Qué sugieres Ash?-Interviene Tomi.

-Espadas.-Sostengo la mía aún en su funda, sonriendo con falsedad para crear más armonía en este ambiente tensado por mi género.-Quién este apunto de matar a su oponente, será el ganador, se vale todo, menos matar.

-Si te ven con esas ropas y tu cabello Ash, tu reputación caerá.

Sonrío con pesar, recordando que antes y después de esto, mis oportunidades de ser feliz se esfumaron, regresando a mi objetivo principal, es escapar, empezar una nueva vida en un lugar donde nadie me reconozca y olvidarme del pasado.

Lo doloroso que se vuelve en mi pecho la idea de huir, lejos de mis padres.

-¿Apuestas o no, me temes tanto,-Suspira con desagrado, provocarlo me resulta muy fácil, sé que palabras usar.-a una dama?-Uso mi tono burlón y su vena de su frente palpita con furia, calentando su rostro.

-¡Yo, nunca!-Le quita a un cliente de su mano su espada y este le mira confundido, frunciendo el ceño por su agresión y Jack eleva la espada.-A darle. 

Sonrío, acariciando mis dedos, sobre las vendas de ellos.









Los clientes no tardaron en venir, apostando la mayor parte de su dinero en Jack, quién por sus grandes brazos anchos marcados y su estatura intimidante, que se puede comparar a un elefante, tomando la espada entre sus manos, las personas tienen por seguro que perderé.

Unos clientes se opusieron a ver tal atrocidad por mi género, se les aclaro que no habría daño físico, sin embargo mi participación por se mujer no les gusto, en cambio otros curiosos por la diversión se dejaron llevar, sumando sus malos comentarios hacia mí.

-¿Lista?-Cuestiona Jack, a pocos segundos de empezar.-Trataré de ser sutil contigo, no temas.-Ríe en burla y sonríe de lado, pasando sus ojos por mis senos y mis caderas, calentando mis mofletes de improviso por su descarado chequeo.

Aprieto mis manos entre las espada, hundiendo mis uñas en mi piel maltratada.

-No necesito de tu lastima.-Le aclaro frívola, ocultando el temblor de mi voz en lo profundo de mí. Fijando mi mirada en el espacio que le rodea y en las oportunidades que debo aprovechar, porque si fuera cómo debería, jamás ganaría.-Jamás fuiste sutil conmigo antes y te vencía, ahora no habría diferencia.

Abre sus ojos de forma brutal y corre hacia mí, mirando su primer ataque, sacándolo de sus casillas y eso justamente es lo que quería, esquivando al último segundo su ataque de frente, pasando entre sus piernas, arrastrada al suelo y él, al poner todo su peso para al frente, le fue inevitable caer sobre la gente.

-¡Mierda, no huyas Ash!

Necesitas desgastar la energía de tu oponente y dar el golpe final, cuando veas que te será imposible vencerlo en fuerza física.

Se gira de pronto, sosteniendo como si se tratará de su vida su espada y corre hacia mí, sorprendiendo con el primer ataque que no me da tiempo de esquivar y nuestras espadas chocan a centímetros de mi rostro, ejerciendo su fuerza sobre la mía y retrocedo mi rostro al mirarme en el reflejo de mi espada.

Trago duro.

-¿Quién vencerá a quién hoy Ash?-Escupe cada palabra con sumo orgullo y su aliento asqueroso cae sobre mi rostro.-Como te veías antes, no cambia el hecho que siempre fuiste delgada y delicada, ¿Crees que te tratábamos igual que a los demás Ash?-Ríe sin gracia y frunzo el ceño sin entender nada.

-¿De qué hablas, ya sabían que era una chica?

Niega.

-Con tus ropas de siempre, imaginamos que necesitabas el dinero para comer.-Sisea con malicia, viendo cada detalle de mi expresión que se transforma en decepción total.-Cedimos a rendirnos por lastima, eras delgada y frágil, jamás te consideramos una peleadora de verdad Ash.

Mis manos tiemblan y bajo mi mirada, recordando las palabras de Matías, al decir que soy muy buena en la pelea limpia, que soy muy buena haciendo lo que hago y ahora, estoy a punto de perder porque su fuerza es mayor que la mía, derribando mi gran seguridad en la batalla limpia de años.

¿Lo habrá dicho por lastima también?

Retrocedo llevando conmigo los gritos de abucheo de la gente al no defenderme y elevo mi mirada hacia Jack, quién me tira mi bolsa de monedas a mis manos, tirando su espada al suelo, con su mirada seria y fría, mientras las quejas de las personas aumentan.

-Me mintieron...-Murmuro con reprocho, apretando la bolsa de monedas contra mi pecho. Notando que esta más pesada que antes y gorda, regresando mi mirada hacia él, petrificada.-Jack...

-Si necesitabas dinero, sólo tenías que pedirnos Ash,-Añade lamiendo sus labios y desviando su vista a otro punto.-jamás te hubiera involucrado en todo esto para empezar.

Una sensación cálida se instala en mi pecho y me conmuevo, dejando salir una lágrima de mis ojos, retrocediendo aún más, sin saber qué sentir o pensar, a decir verdad, si necesitaba el dinero, pero otra parte de mí quería desquitarse con el menos indicado de todos.

-¡Los guardias!-Exclama un desconocido y todos echan a correr.

Y esa fue la última vez que vi a Jack.


El Vil Origen del Vínculo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora