III. Soy vencido por un peluche.

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 Las habitaciones eran lujosas, aunque demostraba que varias personas y monstruos las habían usado para desquitar su ira. Las paredes estaban escritas y arañadas como los interiores de los túneles subterráneos, las camas eran un revoltijo de algodón y resortes. La moqueta del suelo estaba desprendida y sucia. Todo se encontraba fundido en penumbras, los muebles marcados eran extraños bultos en la oscuridad. Las ventanas, aunque cubiertas con diarios descoloridos, te permitían ver la calle del otro lado y el mar.

La fortaleza del Huevo se alzaba sobre el cielo del atardecer, nos quedaba poco tiempo si queríamos regresar sin que Aurora y John lo notaran, aunque tenía la seguridad de que el resto de mis amigos nos cubriría el tiempo que fuera necesario.

Brad se recostó en una de las patas de la cama y desde ese rincón me contempló como si fuera una pieza en exhibición.

—Me causas gracia pequeño trotador porque te aseguro que, aunque averigües donde se efectuará la ceremonia no podrás meterte, está tan vigilada como la casa blanca en Washington D.C.

—¡Pfff! ¿Esa casucha? Con mi hermano entramos fácil tres veces —exclamó Sobe, estaba apoyado en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados al igual que las piernas, sostenía una linterna en la mano, pero alumbraba al suelo—. Está llena de portales, es fácil.

—Como tu madre, maldito trotador —rumió Brad, entornando molestos los ojos por haber sido por un dato que él nunca podría comprobar porque era un monstruo y solo podía saltar a portales ya abiertos, con suerte—. Como sea, no podrás entrar nenito —resultaba extraño que alguien tan pequeño usara diminutivos conmigo—. Te matarán, pero mejor así, un trotador menos. La conferencia será dentro de siete días, el viernes en Roppongi, Tokio, Japón.

—¿Estás de broma? —cuestionó Sobe alejándose del umbral de la ventana y proyectando a Brad con la luz blanca de su linterna—. Ese es el lugar con los nombres más difíciles de pronunciar en todos los mundos ¿Sabes lo difícil que es pedir indicaciones en Japón?

Aunque Sobe lo alumbraba como si estuviera en un interrogatorio Brad se reía y mofaba de nuestra mala suerte.

—El concilio se celebrará en uno de los edificios más grandes de esa urbanización, es lo único que se sabe —Su voz era como la de una montaña relatando nuestro destino—. Los miembros oficiales conocen de cuál edificio se trata, pero el resto no, sólo se da a conocer la cuidad, si quieres llegar debes meterte en todos en la misma noche y averiguar en qué edificio se encuentran. Pero no es tan fácil, hay trampas para los curiosos, como tú, habrá bestias esperando en cada edificio incorrecto que selecciones. Bestias o trotadores pagados que querrán matarte, si puedes vencerlos y seguir la pista del concilio sólo de esa manera demostrarás que eres apto.

—Dime que es una broma —pidió Petra a modo de súplica.

Bradsontrombondrelagua permaneció quieto hasta que se decidió a negar ligeramente con la cabeza.

—Pero claro tú me tienes a mí y yo sé qué edificio es. Puedo ahorrarte el trabajo de resolver todas las trampas en una noche. El edificio correcto es el Roppongi Hills. De todos modos, será difícil meterte ahí en esa noche.

—¿Al menos puedes garantizarme que Dracma estará allí?

El resopló.

—Pues claro, mi hermano es sirviente de Dracma, mi ídolo.

—¿Tu hermano es tu ídolo? —pregunté sin comprender.

—¡Claro que no! ¡Es un idiota, igual que tú! Pero él me contó todo, la ubicación y las trampas. Les puedo asegurar que Dracma no faltará.

Los miedos incurables de Jonás Brown [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora