Enis se quedó tumbada en el suelo mientras la nube de Gas desaparecía. Lo que aquel chico había dicho no podía estar entre las reglas del juego. Podía entender que a alguien no le funcionasen las piernas por un rato, que los dedos no se te doblasen para no poder coger nada, incluso lo de ser una gallina, pero el no respirar por unos minutos podría matar a alguien.
Cuando la nube de Gas desapareció, Enis se dió cuenta de que aquel chico no había dejado de apuntarla y que mucha gente, de ambos equipos y simples espectadores se habían quedado sin palabras y completamente inmóviles al ver la escena.
–Eh.– Escucharon y Enis vió a Pouke acercarse.– ¡Eh!– Apartó al chico de Enis de un empujón.– ¿Se puede saber que demonios pasa?
–Que no sigue las normas.
–¿Normas?– Dijo uno de los compañeros de equipo de Enis.– ¡Venga ya, Geoh! ¡Todos hemos escuchado como le decías que se olvidara de respirar!
–¿Es eso cierto?– Pouke le miró mucho más enfadado.– ¿Qué hubiera pasado si no fuera inmune? ¡La habrías matado!
–Pero da la casualidad de que es inmune.
–Eso no te da derecho a decirle eso.
–¿Interrumpo algo?
La multitud de espectadores se repartió en dos grupos al escuchar aquellas palabras y todo el mundo vió a Aro con los brazos cruzados y tan enfadado que sería capaz de echar humo por las orejas. Al ver que se acercaba, Enis se incorporó un poco y Pouke se pasó la mano por el pelo al ver lo que acababa de pasar.
–Creí que ya habíamos hablado y zanjado este tema, Pouke.– Dijo sin mirarle y ayudando a levantarse a Enis. No le hacía falta mirarle a los ojos para saber que estaba hecho una furia.
–So-solo es un juego. No entiendo porqué te enfadas tanto...
–Jugáis con fuego y quemáis a la gente. ¿Qué hubiera pasado si la petición de Geoh de no respirar te hubiera pillado a ti o cualquier otra persona a la que si le afecte el Gas?
–Tenemos cuidado con lo que decimos.
–¡Ya, claro!– Aro levantó la voz.– Eres más idiota de lo que creía.– Ahora ambos se miraban, y Pouke empezaba a enfadarse.
–Que te hayas auto-proclamado rey de todo esto no te da derecho a insultar a los demás.
–Si tuvieras alguien a los mando aquí arriba admitirías que todo esto es una locura.– Dijo dándole un par de golpecitos en la frente y Pouke le apartó de un manotazo.
–¡Nadie está aquí por obligación!– Gritó.– Están aquí porque se divierten.
–¡Viendo a gente que puede morir!
–¡Lo tenemos todo controlado!
–¿Como vas a controlar el juego si no puedes ni controlar tu vida?
Los gritos entre ambos fueron subiendo de nivel hasta que terminaron empujándose el uno al otro. Enis pensó que aquello solo podía terminar de una manera, así que intentó separarles, pero Pouke quiso empezar la pelea antes de que ella pudiera acercarse. Y Aro la terminó.
Aro esquivó el golpe que intentó darle Pouke y él le dió un puñetazo en el ojo tirandole al suelo. Todo el mundo se quedó callado mientras Pouke se quejaba. La gran mayoría estaba de acuerdo en que Pouke se lo había buscado y que, al fin y al cabo, todo había sido idea suya. Pero sus amigos nunca perdonarían lo que Aro había hecho.
Enis intentó acercarse a Pouke para ver como estaba, pero antes de que pudiera agacharse siquiera, Aro la agarró del brazo y le obligó a mirarle.
–Tú te vienes conmigo.
Y sin decir nada más, Aro sacó a Enis de allí mientras ella miraba hacia atrás para ver como Pouke era atendido por sus amigos y los demás se marchaban.
Aro no soltó el brazo de Enis hasta que llegaron a su cuarto, donde él la empujo para que entrase delante de él. Ella no dijo nada en todo el camino por miedo a lo que Aro pudiera hacerle hasta el momento en que la soltó.
–¿Por qué has hecho eso?– Dijo intentando acercarse, pero estaba tan serio que ella terminó retrocediendo.
–Hay que saber controlar a la gente como Pouke cuando se viene arriba.
–¿Y por eso le partes la cara igual que has hecho con Keyer?
–Él no tiene nada que ver con...
–¡Pouke no tenía la culpa! ¡Solo me ofreció jugar! Podría haber dicho que no, pero accedí. Podría haber insistido mucho más, te lo aseguro.
–¡Ese es el problema contigo!– Dijo señalándola.– No hace falta que te digan las cosas dos veces. ¡Eres demasiado sumisa!
–No lo soy.
–Claro que lo eres.– Aro se acercó un par de pasos cruzando los brazos y Enis apartó la mirada.– El arnés, fuera. Ya. Y todo el equipo de protección.
Enis empezó a quitarse todo el equipo de seguridad sin mirar directamente a Aro. Cuando terminó, levantó la mirada un poco y esta vez si le miró.
–Quitate la chaqueta.
Enis se quitó la chaqueta esta vez sin dejar de mirarle. La mirada de Aro se había clavado en ella y ahora no podía dejar de mirarle.
Enis dejó caer la chaqueta a un lado. Aro no dijo nada esta vez, solo se mantuvo callado, mirandola. Enis pensó que aunque no lo dijera, a lo mejor quería algo más. Así que con toda la vergüenza que su cuerpo podía soportar, empezó a quitarse la camiseta. Aro frunció el ceño y entró un poco en pánico cuando Enis empezó a quitarse el pantalón.
–¿Qué haces? ¿¡Qué haces!?– Dijo al verla ropa interior.
–Y-yo... Es que al v-ver que no decías na-nada... yo pensé q-que querrías...
–¡Por el amor de dios! ¡No!– Dijo Aro retrocediendo.– ¡Intentó protegerme, no acostarme contigo!
–L-lo siento...– Enis encogió el pecho al sentirse tan humillada y reprimido el llanto.– Pensé que...
–¿Ves lo que te digo? No hace falta ni que te digan nada para que ofrezcas tu cuerpo para... lo que sea que quieran hacer con él.– Enis se encogió un poco más haciéndose cada vez más pequeñita.
–Aro, tenemos que hablar de...– Escucharon decir a Bri mientras habría la puerta antes de que se encontrase la escena.– ¿¡Qué coño hacéis!?– Gritó horrorizada.
–No es lo que parece.– Dijo Aro mientras Enis intentaba vestirse.
–¿Entonces que diablos...? Joder Aro...
–¡Yo no he hecho nada!
Enis se vistió todo lo rápido que pudo y salió de allí, esta vez sí, llorando al no poder aguantar la vergüenza y el horror que sentía en aquellos momentos.
–Enis, espera.– Aro intentó pararla, pero Bri no le dejó.
–Ah, no. Ni a se te ocurra ir tras ella.
–Bri, la he cagado pero bien. Déjame...
–¡Por eso mismo! No sabes nada de mujeres.– Negó con la cabeza.– Ahora explicame lo que coño hayas hecho.

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Blue
Science FictionUna sociedad dividida por una valla de muros enormes. Una distopia donde a un lado la gente vive la vida plenamente, disfruta y tiene dinero suficiente como para malgastarlo. Al otro lado la gente se conforma con sobrevivir. El gobiernos controla a...