De todas las personas con las que Enis podía juntarse, que se hubiera juntado con Pouke no le hacía ni pizca de gracia a Aro.
Tenía que reconocer que Pouke Banks era un buen líder, decidido, fuerte, independiente y a veces, peligroso. Su ambición le había hecho pensar más de una vez que daría un golpe de estado y le pegaría un tiro en la cabeza para derrocarle. Por eso, cuando le vio con Enis, pensó que no podía estar tramando nada bueno.
A la mañana siguiente, cuando llegó al refugio, estaba decidido a cambiar las cosas y asegurarse de que Enis se alejaba de él, pero antes de llegar al comedor, Athlas se junto con él y le hizo caminar en dirección contraria.
–¿Desayunamos?– Le preguntó Aro simplemente.
–No. Tenemos trabajo.– Le dio una taza de café.– Será el primero de muchos. Date prisa.– Dijo acelerando el paso.
Athlas empezó a caminar más deprisa, Aro sabía que eso significaba que tenía algo importante que enseñarle, así que le dio el primer trago al café y aceleró el paso.
Aro siguió a Athlas hasta su cuarto, el cual usaba para casi todo, y donde siempre podían hablar tranquilos. Aro cerró la puerta y se sentó en uno de los asientos mientras Athlas hacía aparecer una pantalla delante de él. Tan pronto como la pantalla apareció delante de ellos, empezaron a salir imágenes de Enzo Urien hablando en un mitin muy reciente donde hablaba de la Inmune desaparecida.
–¿Por qué estamos viendo esto?– Preguntó Aro bebiendo café.
–Es en directo. Lleva hablando media hora.– Le explicó Athlas.– Los carteles ya no le bastan y está hablando directamente de Enis, de la inmunidad y... de una cura.– Aro frunció el ceño.
–¿Una cura?
–Una cura aún sin desarrollar, pero con un precio muy alto. Bastante más de lo que la mayoría de Kownen podría pagar.
–¿Por qué vende una cura si el Gas lo inventó su familia?
–¿Para que sea cosa de todo el mundo?– Propuso Athlas.– Todo el mundo busca a la Inmune del tatuaje en el cuello, todos quieren que salga una cura, pero...
–Pero no es posible.– Dijo Aro levantándose y mirando directamente a Uriel.– Quiere utilizar a todo el mundo para encontrarla y después librarse de ella.
–Y ofrece una recompensa.
–¿Qué?– Aro le miró.
–Lo suficientemente alta como para... empezar una nueva vida para cualquier Caído.
–Me cago en sus muertos... ¿Quién sabe esto?
–Que yo sepa, la ciudad entera, tú y yo. Pero no creo que tarden mucho en enterarse los demás del refugio.
–¿De quién nos podemos fiar?
–De Airyn y Bri si. Del resto...
–Joder.– Aro se giró hacia la pantalla.– Con que esas tenemos, ¿eh?
–¿Que quieres hacer?
–Quiero... jugar.– Hizo una pausa.– Y le quiero a él.– Dijo señalando a un chico joven, que estaba detrás de Uriel.
–Keyer Uriel.– Le dijo Athlas.– Primogénito de Enzo.
–Trabaja con su padre en los laboratorios, sabrá para qué demonios quieren a Enis y qué demonios quiere hacer su padre.
–¿Y por qué querría hablar con nosotros? Es un Uriel. No creo que comparta nuestra ideología.
–¿Quién ha dicho nada de hablar?– Le miró y Athlas frunció el ceño.
–¿Qué propones? ¿Un secuestro?
–Bien organizado y sin fallos. Le traemos aquí, le interrogamos hasta que colabore él o cualquiera de su familia que le quiera recuperar.
–¿Desde cuando secuestramos gente?
–Desde qué existe la inmunidad al Gas.
Ambos se quedaron mirándose en silencio. A medida que pasaban los segundos, Aro iba afinando el plan en su mente. Puede que al principio sonase como una auténtica locura y algo impropio de él, pero si lo hacían bien, conseguirían salvar a Enis.
–¿Tienes un plan?– Le preguntó Athlas al rato.
–Tengo una idea. Pero necesito tu ayuda para afinarlo todo.– Athlas echó la cabeza hacia atrás colocando las manos en las caderas.
–Me cago en la puta...– Le miró.– Así que vamos a secuestrar a un crío.
–De crío nada. Que tiene mi edad.– Le dio un toque en el hombro antes de acercarse a la puerta.– Venga, vamos a buscar a las chicas. Las necesitamos.
–¿Qué haríamos sin ellas?– Bromeó Athlas yendo tras él.
–Cagarla, muchas veces. Ellas piensan con lógica y nosotros con pasión.
–Por un momento pensé que ibas a decir que pensamos con el pene.
–A veces también.– Dijo Aro pasándole el brazo por los hombros y ambos se rieron.

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Blue
FantascienzaUna sociedad dividida por una valla de muros enormes. Una distopia donde a un lado la gente vive la vida plenamente, disfruta y tiene dinero suficiente como para malgastarlo. Al otro lado la gente se conforma con sobrevivir. El gobiernos controla a...