Deiko se dio media vuelta, volvió por donde había venido y los demás le siguieron.
Enis no se apartó de Aro en ningún momento. Todo aquello le asustaba bastante, y la actitud de Deiko le preocupaba, no se terminaba de creer que aquella persona fuera a hacerle menos daño que Uriel.
Deiko les llevó hasta una sala un poco más grande, la mitad de la derecha parecía una cocina con la encimera llena de artilugios científicos y con una silla parecida a la de un dentista en el centro. La otra mitad parecía un salón igual de desordenado que el resto del edificio.
–Aro, esto me da muy mala espina.– Le susurró Enis a Aro.
–Lo sé, pero Deiko es el mejor. Y no dejaré que se quede contigo ni que te haga daño.
–Señorita Harding, tome asiento.– Dijo Deiko señalando el sillón.
Aro acompañó a Enis y la ayudó a subirse para que la herida no le hiciera tanto daño.
–Puedes confiar en mí, querida. No pienso hacerte daño.– Dijo y dándole a un simple botón, unas esposas aparecieron en las muñecas y los tobillos de Enis asustandola.
–¿Esto es realmente necesario?– Dijo Aro molesto.
–Si.– Sonrió.– Los demás podéis sentaros a descansar un rato, tenéis unas caras horribles. Servios todo el café que queráis.
–Nos hará falta algo más fuerte que el café...– Dijo Athlas.
–Uuuhh, ha escocido el secretito del jefe, ¿verdad?– Dijo Deiko mientras le ponía una vía a Enis.
–Pues si.
–¿Queréis un poco de magia para calmaros?
–¿Nos estás ofreciendo drogas?– Le preguntó Airyn.
–¡Si!
–No.– Dijo Athlas por todos.
Deiko bajó los hombros y se puso a trabajar. Sacó sangre a Enis y mientras la analizaba en varios artefactos a la vez, él le hacía preguntas, probaba el Gas con ella en diferentes estados como el líquido o el sólido, pero ninguno le afectaba.
Tras un par de horas, Enis entendió porque Deiko la había encadenado. Estaba deseando levantarse de allí, pero no podía hacerlo. Keyer se dio cuenta de lo agobiada que estaba, así que cogió una silla y se sentó a su lado.
–Hola.
–Hola.– Ella hizo una pausa.– ¿Cómo estás?
–Bien, ¿y...?
–No me des una respuesta automática.– Le interrumpió Enis.– No hemos hablado de lo de tu padre...
–No me apetece mucho hablar de ello.– Keyer apartó la mirada.– Lo he perdido todo.
–Tienes a tu hermana.
–Que no me recuerda.
–Las cosas se arreglaran.– Le prometió Enis.– Encontraremos una solución.
–Gracias.– Keyer volvió a mirarla y se encontró con una sonrisa.– Tampoco hemos hablado de...– Keyer se puso rojo al recordar el beso y Enis lo entendió sin que lo dijese.
–Tampoco de que me salvaste la vida.
–Parece que hemos hablado poco últimamente.
–Eso parece.– Ambos se rieron un poco.– Gracias por salvarme
–Yo... No podía dejarte morir.– Dijo y le cogió la mano muy nervioso.– Saldrá bien. Todo esto. Saldrá bien.
–Ojalá tengas ra...
–¡AJÁ!– Gritó Deiko interrumpiendo a Enis y asustando a todos.
–¿Podrías dejar de gritar?– Le dijo Seven.
–No.
–¿Tienes algo?– Le preguntó Aro y todos se acercaron.
–Ácido desoxirribonucleico.
–¿Ácido que?
–ADN.– Aclaró Airyn.– ADN son las siglas del ácido desoxirribonucleico.
–Exacto. Chica lista. Buena elección, Athlas.– Athlas sonrió un segundo.
–Así que, ¿sea lo que sea está en su ADN?– Preguntó Keyer.
–Eso es. La inmunidad de Enis, es hereditaria.
–Pero mi madre no es inmune.
–¿Y tu padre?
–Mi padre esta muerto.
–Luego hablamos de eso.– Enis frunció el ceño.– Pero ahora... me gustaría saber por qué Enis es Inmune, y tú no.– Dijo mirando a Aro.
–¿Yo?
–¿Qué tiene que ver Ícaro en todo esto?– Preguntó Noon.
–Porque es el hermano de Enis.
Nadie dijo nada. Se tomaron un par de segundos para analizar lo que Deiko había dicho.
–No, eso no es verdad.– Dijo Aro.– Mi hermana es Noon, no Enis.
–Eso es lo que te han dicho.
–¿Qué?
–Vosotros dos.– Dijo mirando a Seven y Keyer.– No hay duda de que sois familia, así que ayudadme.
Deiko les pincho a ambos en el dedo para sacarles una gota de sangre y puso ambas muestras en una lámia de cristal donde las rocío con un spray y ambas se unieron como si fueran una.
–Esto es lo que pasa cuando dos personas comparten sangre, como los hermanos.– Explicó Deiko.– Ahora sangrad vosotros dos.– Dijo mirando a Noon y Aro.
Ambos accedieron a lo que Deiko les pidió con miedo e intriga a la vez. Pusieron ambas gotas en otra lámina y Deiko echó el spray pero esta vez no se mezclaron, es más, se repelían como el agua y el aceite.
–Qué...– Suspiró Noon.
–Y eso pasa con dos personas que no son hermanos.– Deiko hizo sangrar a Aro en otra lámina y juntó su sangre con la de Enis, donde pasó lo mismo que con Keyer y Seven.– ¿Lo ves ahora?
Aro se quedó en blanco. Enis le miraba aún desde el sillón intentando comprender que estaba pasando, mientras el cerebro de Noon trabajaba sin parar para encontrar la pieza que faltaba en ese puzzle. Los demás simplemente no podían creer lo que estaba pasando.
–¿Pero como es posible?– Dijo Airyn.
–¡Oh, esa es una gran historia! Dejadme que os la...
–Necesito salir de aquí.– Le interrumpió Aro saliendo de allí.
–Ve a hablar con él.– Le dijo Keyer a Athlas tras unos minutos de silencio y confusión.
–¿Yo? ¿Y por qué no vas tú? Eres su mejor amigo.
–Y tú también. ¿O es que piensas estar enfadado hasta perderle?
Athlas se lo pensó un par de segundos y después salió a buscar a Aro. Airyn y Seven acompañaron a Noon a sentarse un rato y calmarse tras enterarse de que su hermano y ella nunca fueron familia y Keyer volvió a sentarse junto a Enis.
Bri se quedó en su sitio durante unos segundos intentando procesarlo todo y después se acercó a Deiko.
–Deiko, ¿tú crees que con una muestra de la sangre de Enis podrías crear un antídoto para el Gas?– Le susurró.
–Eso sería muy ilegal y complicado.– La miró.– ¿Por qué? ¿Hay algo que te hayan hecho olvidar y quieras recordar?
–No, a mi no...
–¿Quieres distribuirla? ¡Voy al 50%!
–No, Deiko. Es... Para un amiga.– Deiko la miró, miró a Seven y volvió a mirarla.
–Amiga. ¿Y ya?
–¿Puedes o no?– Dijo bajando la cabeza.
–Dame un par de horas. Pero no garantizo nada.

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Blue
FantascienzaUna sociedad dividida por una valla de muros enormes. Una distopia donde a un lado la gente vive la vida plenamente, disfruta y tiene dinero suficiente como para malgastarlo. Al otro lado la gente se conforma con sobrevivir. El gobiernos controla a...