Enis escuchó el ruido del tráfico al cabo de unos minutos y supo que estaban en la superficie. Estaban fuera. Por primera vez en días Enis volvía a estar en la superficie y por las calles de Kownen.
Ella no sabía exactamente a donde tenían que ir, pero Aro, que era quien conducía con los dispositivos activados parecía saber exactamente a donde ir.
–Vale, los invitados.– Dijo aparcando la furgoneta y mirando hacia atrás.– Sigue llegando gente, mezclaos entre ellos y pasad desapercibidos. Los camareros venid conmigo.
Todos los que no tenían activados los dispositivos de cambio los pusieron en marcha. Después Airyn sacó unas llaves y le quitó las esposas a Keyer. Él se frotó las muñecas un par de veces y después él, Airyn y Enis se bajaron de la furgoneta.
Enis se giró sobre si misma para observar la ciudad por primera vez. Los rascacielos parecían tocar el cielo lleno de estrellas, aunque las vistas no eran tan buenas como en La Cantera. Había muchas luces, ruidos por todas partes y muchísima gente.
–¿Dónde es la fiesta?– Le preguntó Airyn a Keyer, lo cual hizo a Enis volver a la realidad.
–Ahí arriba, en el ático.– Dijo Keyer señalando un edificio donde, en el último piso había luces provenientes de la fiesta.
Los tres se acercaron al edificio y subieron con el resto de los invitados. Keyer estaba bastante nervioso ya que conocía a la gente con la que estaba subiendo en el ascensor y tenía miedo de que alguno de ellos le reconociese y todo acabase allí. Pero entonces Enis le cogió la mano, le sonrió un poco y se tranquilizó.
Cuando llegaron al piso de los Uriel, Airyn y Enis se quedaron boquiabiertas al ver la inmensidad de la fiesta, del piso y todo lo que estaba pasando, pero para Keyer, no fue agradable volver a casa de aquella manera.
–Daré una vuelta de reconocimiento.– Les dijo Airyn y se fue dejándolos solos.
Keyer empezó a andar entre la gente ignorando un poco a Enis. Estaba de nuevo en casa, en una casa que celebraba una fiesta mientras el seguía desaparecido, lo cual le dolía.
Entre toda la gente, vio a Seven con un corsé negro con tachuelas y pantalones de cuero. Se alegro al ver a su hermana, y de verla tan guapa en su cumpleaños. Quiso acercarse a ella para decirle que estaba ahí, pero una camarera le cortó el paso.
–Yo me encargo de ella.– Le dijo Bri mientras le ofrecía una copa de chanpang.
–Es mi hermana, y es su cumpleaños.
–Y tú estás desaparecido.– Le recordó.– Mantente al margen y no llames la atención.
Keyer cogió una de las copas que llevaba Bri y después volvió a buscar a Enis.
Bri observó como Keyer se marchaba. Ella se dio media vuelta y se acercó a Seven intentando mantener toda la calma que pudo. Estaba muy guapa y ella apenas tenía la misma cara, así que era probable que no se acordase de ella.
–Feliz cumpleaños, Srta. Uriel.– Dijo ofreciéndole una copa. Seven sonrió y aceptó la bebida.
–Gracias.– Pegó un trago mientras la seguía mirando.– ¿Nos conocemos?
–Así no creo, pero... en el refugio...
–¡Bri!– Seven pronunció su nombre tan contenta que ella no pudo evitar sonreír.– Ya me acuerdo, ¿que te ha pasado en la cara?
–Tenemos que pasar desapercibidos.
–¿Tenéis? ¿Estáis todos aquí? ¿Mi hermano también?
–Ajá, pero será mejor que no nos busques, así no levantaremos sospechas.
–Estupendo.– Dijo irónica.– Así que voy a seguir pasando mi cumpleaños en esta estúpida fiesta completamente sola.
–¿Sola? Media ciudad está aquí.
–No conozco ni a la mitad. Apenas tengo amigos.– Dijo y bebió.
–Lo siento.
–Ya...– Seven hizo una pausa.– ¿Te quedas conmigo un rato?
–¿Y-yo?
–Si, bueno, sois bastantes. Y... si no tienes algo muy importante que hacer me gustaría tener un poco de compañía agradable.
–Bueno, supongo que puedo quedarme un rato. Pero si me necesitan...
–Si, si, si. Tranquila. Solo quiero pasar una parte de mi cumpleaños con alguien a quien le importe de verdad.
–¿Es soy yo?– Bri se sonrojó un poco y Seven le sonrió.
–De seis personas infiltradas eres la única que está hablando conmigo.– Ambas sonrieron.
–Supongo que alguien tiene que mantener vigilada a Seven, ¿no?– Le dijo Athlas a Aro, quienes habían visto que Bri estaba hablando con Seven.
–Si... Esperemos que no olvide que está de servicio. Busquemos el despacho.– Dijo y ambos intentaron irse, pero Airyn les detuvo.
–Caballeros, deberían estar sirviendo a la gente.– Dijo cogiendo uno de los canapés que llevaba Athlas y después bajo la voz.– Tenemos gente encargada de eso.
–Gente no cualificada.
–¿Entonces por qué decidiste llevar una bandeja?– Dijo mirando a Aro.– Cada uno tiene un cometido para no ser descubiertos. Así que no lo mandéis a la mierda.– Dijo y se alejó de ellos.
–Tiene mucha razón.– Dijo Athlas.
–Lo dices porque es tu novia.
–Y porque tiene razón. Anda, vamos.
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Blue
خيال علميUna sociedad dividida por una valla de muros enormes. Una distopia donde a un lado la gente vive la vida plenamente, disfruta y tiene dinero suficiente como para malgastarlo. Al otro lado la gente se conforma con sobrevivir. El gobiernos controla a...