Capítulo 44

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–¿Una chica?– Preguntó Aro confuso.

–Si. Con el pelo blanco, vestida de negro, y muy seria. Insiste mucho en hablar contigo.

–¿Ha dicho su nombre?

–Si, pero no me acuerdo bien... Nune o algo así.

Aro se quedó pensando un segundo y en cuanto ató cabos salió corriendo de allí. Los demás le siguieron dado que el tema de su apellido aún seguía caliente, pero ahora mismo el que hubiera llegado alguien a la base, una chica preguntando por Aro, era mucho más importante.

Aro se dirigió directamente a aquella entrada y vio a dos chicos bloqueando un poco el paso a aquella chica, pero en cuanto Aro vio quien era de verdad, gritó su nombre, ella le vio y ambos corrieron a abrazarse.

–Ya decía yo que me faltaban personajes en esta historia.– Dijo Athlas, aún molesto.

–¿Quién es?– Preguntó Enis, quien se ayudaba un poco de Airyn para mantenerse erguida.

–Es Noon Elder.– Dijo Keyer.– La hermana mayor de Aro.

Enis miró a Keyer mientras hablaba y después devolvió la mirada a Aro, que abrazaba a su hermana con toda su alma, como si su vida dependiera de ello.

–Como me alegro de verte.– Le dijo Noon.

–Y yo.

–¿Estás bien?

–Si, si yo sí.– Aro se separó, le puso las manos en las mejillas y se dio cuenta de que tenía varios golpes en las mejillas, la frente y los labios.– ¿Qué te ha pasado?

–Anoche... papá bebió más de lo que debería en la fiesta y al volver a casa... Estaba hecho una fiera contigo y...

–Y lo pagó contigo.– Dijo furioso.– ¿Le has contado algo?

–No. Pero él dijo que no se te ocurriera volver por casa, que no quería volver a verte.– La voz de Noon tembló.

–Entonces ahora también eres un Caído.– Dijo Keyer y ambos le miraron.

–Técnicamente si, ¿verdad?– Dijo él con una mezcla entre disgusto y tristeza.

–Entonces yo también.– Dijo Noon.– No pienso volver a casa si no es contigo.

–Es mi lucha Noon, no la tuya.

–Claro que es mi lucha. Lo es desde que te ayudo.

–Oh, así que ella lo sabe.– Dijo Athlas con una sonrisa irónica.– La familia Elder se ha burlado totalmente de nosotros.

–No nos hemos burlado, os estábamos ayudando.– Dijo Noon mirándole, pero Aro la detuvo antes de que se acercase.

–Déjalo, Noon. He intentado explicárselo, pedirles perdón, pero siguen enfadados.

–Yo no lo estoy.– Dijo Airyn .– O por lo menos no estoy furiosa. Pero creo que deberíamos apartar este tema y terminar lo que hemos empezado.

–¿Cómo puedes decir eso?– Le dijo Athlas.

–Porque ahora mismo toda la ciudad nos está buscando. Por diferentes motivos pero nos buscan, nos vieron en esa fiesta.

–¿Y que hacemos cuando hayamos acabado?– Preguntó Bri.

–No lo sé.– Admitió Aro.– Pero las cosas están cambiando y deberíamos...

Antes de que Aro pudiera terminar de hablar, su móvil vibró en su bolsillo haciéndole callar. Lo sacó para mirar la pantalla y arqueó las cejas al leer el mensaje.

–¿Qué es?– Quiso saber Athlas.

–He oído que me buscas.– Leyó Aro.– Bien. Ya estoy en la ciudad. Sabes como encontrarme. D.

–Deiko.– Dijo Airyn.

–Preparémonos y vayámonos.– Dijo Aro.– No hay tiempo que perder.

Aro se llevó a Keyer para prestarle algo de ropa y Enis y Seven fueron con Bri. Enis no tenía más ropa que aquella con la que salió de La Cantera, así que le pidió a Bri que le dejase algo.

–Pareces una auténtica Caída.– Le dijo Bri a Seven cuando terminó de vestirse.

–No creo que entrase en mis planes unirme a un grupo de rebeldes como este.

–Deja que te ayude.– Dijo Bri intentando ayudarla a colocarse bien la chaqueta, pero Seven se apartó.

–Bri.– Dijo al alejarse.– Oye, te agradezco todo lo que me estas ayudando, pero ahora no estoy yo para esto.

–¿Esto?– Bri frunció el ceño.– No entiendo.

–Bri, me han borrado la memoria, no sé quien soy y lo último en lo que pienso ahora es en tener algo contigo.– Bri parpadeó un par de veces y se echó hacia atrás.

–¿Tener algo? Seven, yo...

–¿Te crees que no me he dado cuenta?– A Bri le tembló el labio.– Lo siento, pero no. Tú y yo no... No puede ser.

Seven esperó un par de segundos por si Bri decía algo, pero era incapaz de pronunciar nada, así que decidió salir de allí.

Bri se quedó sola en cu cuarto con el corazón destrozado. Las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas cuando se quedó sola. Se las había arreglado para no llorar delante de Seven, pero ya no podía aguantarlo más.

–Bri, ¿estás...?– Empezó a decir Enis entrando en su cuarto, pero se detuvo al verla llorar.

A pesar de que no sabía por qué lloraba Bri, Enis se acercó lo más rápido que pudo hasta ella y la abrazó. Bri se abrazó a Enis y se desahogo con ella. Ahora mismo a ninguna le importaba demasiado el que tuvieran que irse, simplemente se quedaron allí, abrazadas.

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