Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADA

Cap.2 Tulipán

Narrador omnisciente:

La chica se quedó totalmente extrañada, y mientras se secaba las lágrimas, tomó el tulipán en sus manos.
-Mamá, ¿dónde estás? Me estás asustando- dijo la chica buscando a su madre con la mirada, pero esta no se encontraba por ningún lado. Aún con el tulipán en su mano se levantó y comenzó a llamar desesperadamente a su madre.
-Mamá, no es gracioso, ¡¿dónde estás?! Por favor, deja de bromear- después de unos segundos recordó lo que su madre le había dicho antes de "desaparecer": «la respuesta a todo está en la carta». Rápidamente corrió hacia la mesa y tomo la carta que estaba en la canasta y la desdobló para poder leerla.

Querida Rin:

Lamento tanto que estés leyendo esta carta, porque de ser así, yo tal vez ya no este viva, o al menos no consciente. De seguro debes de estar asustada, y con mera razón. Solo espero que me perdones de verdad, ya que te mereces una buena explicación. Cuando yo era joven, antes de que tu nacieras, era una empleada doméstica para una familia adinerada. La familia en sí era muy extraña, pero no me fijé en eso. Mis jefes, para los que trabajaba, tenían tres hijos, el mayor, León Kagene, llamó mi atención, y me enamoré de él, así como él se enamoró de mí. Comenzamos a andar en secreto, pero a los pocos meses, su hermana mediana, Neru, nos delató. Yo fui despedida y alejada de León. Hice muchos intentos para runirme con él otra vez, pero no lo logré. Un tiempo después me dí cuenta de que estaba embarazada y comencé a buscar un nuevo trabajo en otro lugar, y la hechicera Haku, me dió un empleo. Ella estuvo cuidando de mi durante el embarazo junto con Teto, una compañera mía. Cuando naciste, Teto me asistió en el parto, ella fue la primera persona en tocarte, y como yo estaba muy mal por el embarazo justo después de dejarte en la cuna, se convirtió en una flor. La señora Haku me dijo que tenías una maldición por parte de alguien, y que cualquier persona que te tocára se convertiría en una flor. Le pregunté a Haku si podía quitarte la maldición, ya que ella era una hechicera, pero me dijo que ni siquiera ella la podía deshacer. Por una u otra razón, Haku era la única inmune a la maldición, ella si podía tocarte. Se ofreció a ayudarme a cuidarte, pero, después de un tiempo, me dijo que tenía que irse. Como era muy amiga suya, me regaló la mansión. Pero tú al ser muy pequeña, necesitabas de alguien que te cuidara, así que en el proceso, siete personas fueron dañadas y convertidas en flores. Después de eso quize buscar a tu padre de nuevo, pero el ya tenía una nueva familia. Por eso tomé la descición de cuidarte sola, no quería quitarle la tranquilidad. Así que, ahora, que lees esto, significa que no podré estar más contigo, así que, tendrás que cuidarte tú sola. Busca a la señora Haku, dile que eres la hija de Luka Megurine. Me dijeron unas personas que vivía en la ciudad de Mitsaki. El camino es largo, pero podrás ir fácilmente en barco. Hay dinero, la llave de la casa y un mapa en la caja fuerte que se halla en mi cuarto. Lleva contigo las flores que están en la mesa, pues esas son las personas. Procura no acercarte a mucha gente y tener cuidado.* Te quiero demasiado, eres lo que mas amo en el mundo. Por favor, cuídate y perdóname.

Atte. Tu madre, Megurine Luka.

La chica se quedó atónita a lo que había leído, y sin más se tiró al suelo y comenzó a llorar Abrazando el tulipán. Pasadas unas horas la chica se hallaba sentada en el suelo aún reflexionando por lo que había leído. Tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. No sabía que hacer, estaba confundida, ¿qué iba a pasar ahora?, ¿podría lograrlo sola?, ¿y si tocaba a alguien? Se estaba quebrando la cabeza, no iba a llegar a nada si lo seguía haciendo de esa manera. Se levantó, dejó el tulipán en el mismo florero junto a las demás flores y se fue a su cama. Ni siquiera se puso el pijama, lo único que quería era descanzar. Al día siguiente, después de consultarlo con la almohada, había tomado una desición. Se tomó una relajada ducha, se vistió con un vestido amarillo con detalles cafés y blancos, a juego con unas zapatillas sencillas color amarillo. Se ató el cabello con su moño blanco y se puso a empacar sus cosas en una pequeña maleta de mano. Cuatro vestidos, un par de zapatos extra, artículos de higiene personal y un sombrero. Solo había un problema: Vecky. No lo había pensado, no podía llevar a su ninfa con ella. Bajó las escaleras con su ninfa en la jaula y la dejó en la mesa. Se sirvió un poco de café, unos huevos estrellados y un pedazo de pan. Mientras comía pensaba que haría con Vecky, era su mejor amigo. Si lo llevaba con ella, corría el riesgo que en algún momento se escapara o muriera por la fatiga. Después de el desayuno, tomó un bolso de mano y metió en el las cosas que su madre le había dado de regalo el día anterior, así como un poco de agua y comida. Agarró el dinero, el mapa y la llave. Las flores las puso envueltas en una manta y las metió en la maleta grande, después de todo, no se podían marchitar. Se puso su capa café y abrió la puerta. Justo antes de irse miró por última vez el que fue su hogar por catorce años. Después de dar un suspiro, tomó la jaula donde estaba Vecky y salió de la casa. El viento era muy tranquilo y daba cierto aire de esperanza. Por primera vez, en muchos años, podía volver a mirar la fachada de su casa. La pintura se estaba callendo y habían pequeñas grietas formándose. Los hierbajos le llegaban casi a la cintura de tan altos que eran.
-al menos, pude haber salido un día para limpiar esto.
Caminó un poco y pronto llegó al lago. Se sentó a la sombra de el árbol que estaba justo al lado, ese roble que ella había visto cuando era niña, ahora era enorme. Miró a Vecky, pues ya había tomado una desición.
-te voy a extrañar demasiado, Vecky, has sido mi mejor amigo todo este tiempo- dijo la chica alimentando por ultima vez a su ninfa- pero no puedo llevarte conmigo, pero por fin serás libre.
Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras abría la jaula.
-¡adiós, Vecky!- exclamó mientras la ninfa se iba volando. Así, luego de unos segundos de mirar al cielo, Rin partió a su destino.

*La parte de la pistóla fue remplazada debido al hecho de que había una incongruencia en la época que se encuentra la historia y simplemente no aportaba nada.