Narra Len:
La carroza se detuvo en un lugar desconocido, uno de los guardias abrió la puerta y nos bajaron de ahí, sin ningún cuidado, lo peor es que yo solo agachaba la cabeza como un perro. De seguro, muy pronto iba a ser mi ejecución... Estábamos enfrente del castillo, caminamos sin decir nada escoltados por los guardias. Llegamos a un edificio que yo conocía muy poco pero sabía que no significaba nada bueno: el palacio de justicia. Si, definitivamente mi muerte se estaba acercando. Este palacio fue construido hace muy poco, como cinco años, es una construcción moderna, pero no por eso deja de lucir aterradora. Su tono gótico le da un tono muy lújubre y pesado. No conocía como se veía por dentro, pero sabía que ahí era donde torturaban a los criminales, donde estaban las mazmorras, y donde ejecutaban a algunas personas que no podían ser ejecutadas en la plaza central. Y claro, era el lugar donde te juzgaban. El primer ministro y juez, se llamaba Oliver. Por lo que se sabía era un chico joven, que no pasaba de los dieciséis años, que había perdido un ojo por alguna razón. Decían que era un chico con un gran sentido de la justicia. Si nos iban a juzgar, al menos tenía la esperanza de que Oliver nos salvara o tuviera algo de compasión. Ahora estábamos en sus manos. Los guardias nos empujaron adentro del palacio, los diseños grises, rojos y negros daban la ilusión de estar en el purgatorio, ante nosotros había un gran pasillo y varias puertas. Los guardias seguían escoltándonos y bajamos a un piso subterráneo por unas escaleras. Frente a nosotros solo habían varias celdas que solo eran iluminadas por antorchas. Varios criminales estaban afligidos y bastante delgados, supongo que no les daban de comer. Dos de los guardias me tomaron y metieron en una celda, dejándome encerrado y solo. Por la obscuridad no podía ver a ni a mis hermanos ni a Kaito o Haku. En la celda hacía frío y solo había una cobija delgada, un cubo, y un catre de madera. Al menos tenía una cobíja. ¿Cómo estará Rin? Estaba muy preocupado, tenía que salir para poder ayudarla, pero todo esto era mi culpa, ¿por qué tenía que ser tan débil? Me sentía frustrado e inútil, inútil de no poder ayudarla, porque todo este tiempo solo eh sido un estorbo para ella en lugar de una ayuda. Y también me sentía mal de no poder ayudar a mis hermanos y a Kaito y Haku, pero, ¿al menos estaría con ella Kiyouteru? Me dejé caer, estaba realmente asustado, y frustrado, solo estaba rezando para que ella estuviera bien, mientras intentaba buscar una salida. Unos minutos después mis sollozos se hicieron presentes y las lágrimas comenzaron a salir. Tenía miedo de que ella muriera, de que mis hermanos y amigos murieran, de que yo muriera, era muy joven aún, no tenía aspiraciones en la vida pero aún quería poder hacer más cosas. Todavía me faltaba aprender a escribir y leer bien, todavía tenía que cuidar a mis hermanos, tenía que tener una familia, hijos...
-Len.... -una voz se escuchó de un lado y yo voltee bruscamente a buscar al propietario.
-Soy Haku...
-Ah, señorita Haku, ¿dónde está? No puedo verla -dije secándome las lágrimas.
-Estoy a una celda de ti, creo. ¿Tú cómo estás?
-No es tan deplorable.
-....
-....
-Valla, veo que esa Meiko al final si logró su cometido, ¿eh? Supongo que después de esto si voy a morir...
-No diga eso..
-Hay que ser realistas, yo sabía que en algún momento yo ya no podría seguir escapando. Solo lamento mucho tener que arrastrarte a esta tortura -dijo ella con una voz quebradiza- y también a tus hermanos... ¡Cómo lo siento! -dijo ella y pude escuchar sus sollozos y lloriqueos.
-No es su culpa, usted es ahora parte de nuestra familia, igual que Kaito y Kiyouteru.
-Pero ahora todos vamos a morir...
-Pero habrá sido reconfortante el haber logrado estar juntos, ¿no?
-Eso es cierto...
-No hay que darnos por vencidos, ¡hay que dar nuestro mejor esfuerzo!
En eso un joven de cabello rosado se acercó a mi. Era el mismo guardia que me había escoltado y que habíamos conocido cuando injustamente habían capturad a Kaito, Yuma. El me miró y sacó de su bolsillo unas llaves y me hizo ademán para que saliera de la celda. Me hizo una seña para que me amarrara de los brazos con unas esposas y yo no pise ninguna resistencia, porque probablemente ahora si era mi expiación. El amarró una cadena a las esposas y me jaló como si fuera un perro para que caminara. Pasé de no de estaba Haku y solo le Sonreí tristemente.
-¡No! ¡Espere, ¿a dónde lo llevan? -gritó acercándose más a los barrotes de la celda mientras lloraba.
-Eso no le incumbe.
-¡Dígamelo! Al menos dígame eso.
-....
-¡Al menos como último deseo!
-... La señora Meiko a solicitado verlo.
-El hombre sin ningún tacto siguió caminando haciendo que yo avanzara igual.
-No te preocupes -susurré para Haku.
-Len...
Caminamos aún más al fondo de las mazmorras, bajando otras escaleras. El recorrido era muy largo y solo era iluminado por la antorcha que Yuma tenía.
-Hey, ¿Yuma, verdad? -dije en un susurro- Olle, tengo mucho dinero ahorrado en casa, si me sueltas podría darte un poco.
-No trates de sobornarme, no lo lograrás.
-Puedo ayudarte a tener una cita con una chica ¡en serio!
-Tu oferta no suena para nada mal, pero entiende que valoro mi vida más que el dinero, y me puede costar el cuello ayudarte. Nos detuvimos en seco y yo solo bajé la cabeza. Estábamos enfrente de una puerta de hierro muy gruesa, Yuma sacó de su bolsillo unas llaves y abrió el candado que estaba en la puerta. Dentro de la habitación habían muchas cosas aterradoras, varios aparatos y máquinas de tortura, sillas con picos, látigos, e incluso una orca. De seguro pronto mi cuello iba a colgar de ahí.
-Valla, veo que lo has traído. ¿Cómo se encuentra, mi estimado Len Kagamine? -Meiko estaba ante mi con una sonrisa perversa en su rostro- ¡Oh, veo que te ha comido la lengua el gato! Yo me preocuparía en tu caso, porque tendrás que hablar si no quieres sufrir dolor alguno.
-....
-¡Vaya, vaya. Si que eres problemático chico! No te preocupes, tendrás que hablar por las buenas o por las malas. Yuma, Dell, amárralo a las cadenas del techo.
Yuma y otro chico me tomaron y me amarraron a unas cadenas que colgaban del techo. El chico del que desconocía su identidad jaló otra cadena y hizo que yo quedara en el aire, a unos cuantos centímetros del suelo. Luego, un hombre encapuchado se acercó a Meiko y ella le susurró algo al oído. El hombre asintió y se fue a una mesa donde tenían diversos tipos de látigos. Luego regresó al lado de Meiko y le entregó uno con picos, y el encapuchado se quedó uno igual con picos.
-Ahora, tendrás que responder todas mis preguntas sin objeciones o si no, te tocaran tres latigazos.
-...
-Bien, empecemos.
Dicho eso ella se acercó detrás de mi.
-Esperen un minuto, el chico todavía no está listo, ¡hay que quitarle la camisa! El dolor debe ser puro.
Meiko tomó un cuchillo y solo sentí como mi camisa se abría.
-Así está mejor. Bueno, ahora si, comencemos. Solo te haré una pregunta y por cada vez que te niegues a responderme recibirás tres latigazos.
Meiko se alejó de mi y el hombre encapuchado se acercó más.
-Responde esto rápido y juro no matarte hoy, ¿dónde están Rin y Kiyouteru?
El miedo y la adrenalina corría por todo mi cuerpo, sentía que de seguro esta mujer no se andaba con bromas. Sin embargo, yo no sabía donde estaba Rin ni Kiyouteru, y aunque los upiera nunca los delataría.
-....
-Bien, Carlos, dale tres latigazos al chico por favor.
El hombre tomó con fuerza el látigo y me empezó a golpear con el. El dolor era muy agudo y podía sentir como mi piel se erizaba y los pequeños picos se clavaban en mi piel. Sentí un segundo latigazo, esta vez más fuerte que el anterior. Se sentía horrible, quería gritarle para que se detuviera, pero no estaba dispuesto a hablar. Un tercero, está vez sentí como un pedazo de mi piel se desprendía. El hombre se volvió a poner a un lado de mi y pude ver el látigo, que tenía un ligero color carmesí. Pude sentir pequeñas gotas de sangre que caían por mi espalda. Era el dolor de mi vida seguramente.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
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Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADA
Fanfiction•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• Rin toda su vida ha vivido sola encerrada en una casa sin poder salir, ya que su madre la quiere "proteger". Sin embargo, un día, su madre muere y ella se entera de una terrible verdad y tendrá que enfrentar su realid...