Cap.43 Traición

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Después de siglos, un narra Rinto:

Rin bajó y se sentó en el comedor. Todos estábamos ya sentados, solo faltaba Kiyouteru pero Haku dijo que podíamos empezar a cenar sin él. Comimos como quisimos y pasamos una agradable charla entre todos. Rin tenía un vendaje en la mano, me pregunto, ¿qué le habrá sucedido? No quise preguntar por mera prudencia, porque de que tenía curiosidad, tenía curiosidad. Al final todos acabamos y yo me dediqué a recoger los platos, ya que no había ayudado a hacer la comida y lavarlos.
-¿Puedo ayudarte? -una voz débil y aguda me llamó.
-Ah, claro, está bien Rin -dije y ella se puso a lado de mi- ¿tu vendaje estará bien?
-Si, no te preocupes.
-Mejor yo los lavo y tu los secas.
-Ok.
Yo lavaba los trastes y ella con un trapo los secaba. Volteaba a verla de reojo y su mirada estaba perdida, y sus ojos algo tristes. Me sentía muy mal por ella, si las cosas hubieran pasado de otra manera tal vez todos seriamos felices, pero tuvo que llegar ese incendio... Si hubiera sido valiente esa vez y hubiera cruzado las llamas para poder llegar a donde estaba Gakupo, tal vez las cosas habrían salido distintas... Pero no pude encontrarlo, ahora que lo recuerdo el no estaba en su habitación como dijeron Miku Len y Rin el día del incendio, porque yo minutos antes de que el incendio se propagara había ido a buscarlos y no estaban ni Gakupo, ni Rin. Más bien supuse que habían escapado pero... No pudo ser así, porque Rin no nos mentiría sobre eso, ni mi hermano, ni Miku, ¿verdad?
-¡Listo! Ya acabamos -Rin dejó el trapo a un lado y volteo a verme.
-Bueno, gracias por tu ayuda. Deberías de ir a dormir también.
-La verdad no tengo sueño, dormí toda la tarde.
-Oh, bueno pues. Entonces puedo hacerte compañía.
-No es necesario, gracias.
-Como tu digas entonces, y, por cierto, deberías cambiar las vendas, esas se están manchando de rojo.
-Ah, cierto.
-... ¿Qué te pasó?
-Me corté con un vaso de cristal que derramé jeje -rió algo nerviosa- de todos modos creo que las heridas deben estar curadas.
-A lo mejor. ¿Sobró pastel de zarzamora?
-Si, en la despensa hay un poco.
-A gracias. ¿No quieres?
-Bueno, un poco no me vendrá mal.
Nos servimos un pedazo cada quien y nos sentamos a comerlo en la mesa.
-Le quedó muy rico a Lenka.
-Si, le quedó bien -respondí comiendo un trozo de el pastel.
-Debería dedicarse a la cocina.
-Se lo dije hace algún tiempo al igual que tú, pero está obsesionada con dedicarse a cuidarnos a mi y a Len.
-¿Siempre a sido así?
-Cuando éramos pequeños nuestra madre se murió, ella apenas tenía cuatro años, pero desde ese momento tuvo la necesidad de adoptar el papel de madre, aunque todavía teníamos a nuestro padre en ese entonces.
-¿Su mamá murió cuando eran pequeños?
-...
-Perdón... No respondas, eso fue muy imprudente de mi parte.
-No te preocupes, y respondiendo a tú pregunta, si, nuestra mamá murió cuando yo tenía seis y Lenka cuatro.
-Ya veo.
-¿Te dijo algo diferente?
-Bueno, si. Hace cuatro años cuando nos conocimos ella dijo que sus padres habían muerto hace un tiempo de una enfermedad.
-A Lenka no le gusta mucho contar la muerte de nuestros padres, ella tiene un trauma muy grande con eso, por esa razón no puede dejarnos a mi y a Len. Tiene miedo a que nos separemos de su lado.
-Eso siempre ah sido así...
-No podemos evitar que las separaciones sucedan.
-Eso es aterrador.
-Bastante aterrador.
-Pero de todos modos todas las personas cuando nacemos estamos condenadas a conocer a otras personas y luego decirles adiós.
-Es la ley de la vida, porque todos estamos condenados a separarnos algún día.
-Algunas veces eso me pone triste.
-No deberías estarlo, porque pasarías más tiempo pensando en el futuro que en el presente.
-Eso es cierto.
Nos quedamos en silencio un rato y comimos lo que quedaba de pastel en nuestros platos.
-¿Tú maldición se ah ido?
-Haku dijo que probablemente en uno o dos días vuelva a ser lo mismo, esa bruja tiene el poder de ponerme y quitarme eso cuando y donde quiera.
-¿Has pensado en alguna solución? ¿Hay alguien que pueda ayudarte?
-No, ni Haku ni Kiyouteru o mucho menos Kaito pueden hacer algo. Solo Meiko lo puede quitar.
-Entonces tenemos que hacer algo para detener la maldición.
-Pero incluso ahora mejor deberíamos concentrarnos en derrocar a Meiko del trono y reindicar a Yuki.

Narra Len:

Han pasado ya dos semanas de que vivimos en la cabaña y las cosas se están complicando. Recientemente ni Rin, ni Haku, ni Kaito, ni yo podemos salir de la cabaña porque los rumores de que hemos escapado se han exparsido rápidamente, y muchas personas han comenzado a intentar buscarnos para reclamar la recompensa. Gumi nos ah estado ayudando trayéndonos comida y información sobre lo que ocurre afuera, ya que Rinto recientemente enfermó y no había podido salir a trabajar y Lenka era junto con Kiyouteru el único sustento económico en el hogar. Al menos las cosas han ido un poco mejor entre Rin y yo y ella tiene un mejor estado emocional. Últimamente ah ganado peso y cada vez más puedo ver su sonrisa... Sin embargo, los sollozos que vienen de su habitación todas las noches me hacen pensar que todo es falso... Gumi y ella hicieron las paces y Rinto y yo nos hemos llevado mejor. Nuestras diferencias se han arreglado y nos hablamos un poco mejor... Pero aún así yo no eh perdonado el hecho de que nos halla abandonado cuando papá murió. Por otro lado esa chica llamada Gumi no me da buena espina... Lenka me dice que confiemos en ella pero sigo desconfiando en ella, porque después de todo su llegada fue muy repentina y no se vio para nada molesta al ver a Rin de nuevo y hicieron las pases muy rápidamente, y además ni siquiera se sorprendió al saber la magia de Haku, Kaito y Kiyouteru.

Pienso que es al menos una gran ayuda, así que no me lo pienso mucho. Quizás hallan algunas personas que se retracten muy fácilmente. Hace tres días le escribí una carta a Miku para contarle sobre lo que nos ah ocurrido y manderle saludos a la señora Amy y pedirle de favor que cuide mi antigua casa. Al menos al haber terminado nuestra relación ella entendió las cosas y habíamos quedado en buenos términos. Ella comprendió por su propia cuenta que yo no la amaba, y ella misma se dio cuenta que se estaba dañando mucho, y eso me al graba de cierto modo, porque me alegra mucho cuando las personas salen de sus problemas por su propia voluntad.

Narra Rin:

-¿Y cómo te ah ido? -me preguntó Gumi sentándose en una silla en frente de mi.
-Supongo que bien, ya sabes, últimamente estamos muy presionados.
-Es muy difícil su situación. Deberían mandar una carta a el primer ministro de Yamatsaki y decirle que los tienen amenazados.
-El primer ministro no tiene tiempo para atender correctamente a sus ciudadanos, qué irónico.
-Puede funcionar.
-Nobpodemos arriesgarnos a enviar una carta a alguien desconocido, no sabemos si ese ministro está de lado de Meiko.
-...
-¿Tienes algo?
-Rin, somos amigas, siempre me has apoyado y eres tan amble conmigo a pesar de ser tan mala persona, pero, ¿me perdonarás después de esto?
-¿Esto? -pregunté confundida.
-¡Valla! Veo que has estado hablando con Gumi últimamente.
La mujer que dijo eso no era ni más ni menos que otra sino Meiko, quien lucía una gran sonrisa.
-Pero al fin te encontré. ¡El juego pronto acabará!
Yo corrí a donde estaba la puerta pero Meiko me jaló del cabello haciendo que lanzara un chillido de dolor.
-¡Gumi ayúdame por favor! -solo eso pude gritar antes de caer al suelo.
-Lo siento... Rin -dijo ella agachando la cabeza.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora