Narra Len:
Íbamos camino al castillo platicando una que otra cosa sobre como se organizaría la situación. Ahora éramos hermanos, yo era el mayor por dos años y Rin era la menor. Supuestamente no vivíamos cerca porque yo había decidido casarme con una muchacha llamada Miku, (si, le pusimos el mismo nombre, por si acaso) y nuestros padres habían muerto hace cinco años por una enfermedad. Si todo salía bien, debería de contratarme fácilmente. Llegamos a la entrada principal del castillo y un hombre, el mismo de hace unos días estaba ahí, vigilando la entrada. Le explicamos la situación fingiendo que no lo conocíamos pero al parecer este señor nos recordaba y no nos permitía el paso a pesar de que le habíamos dicho la verdad.
-Si no traen un permiso o invitación por parte de la reina, no puedo dejarlos pasar -el hombre se veía molesto. Se estaba inventando toda la joda nada más porque si. Rin pareció notar esto pero se veía tranquila y seria.
-Entonces al menos dele el siguiente comunicado a la reina, por favor: señora Sakine, le mando un coordial saludo y de igual manera le informo que respecto a el asunto de la tutoría de su hija Neru, estoy dispuesta a aceptar su oferta con la condición de que contrate de igual manera a mi hermano mayor Len. ¿Puede decirle eso?
-Hum... Está bien niña, tu ganas le informare a la reina. Esperen aquí.
El hombre de muy mala manera se fue y nos dejó a mi y a Rin esperando.
-Pudiste haber usado uno de los guisantes.
-No tenemos porque desperdiciarlos así.
-Tienes razón. Entonces, se supone que mi nombre ahora es Len Megurine, tengo veinte años, estoy casado con una chica llamada Miku y nuestros padres murieron de una enfermedad ¿estoy bien?
-Si, así está bien. Ahora, solo no hay que arruinarlo.
Después de que Rin dijera eso, el hombre nuevamente regresó con una mirada baja. Sacó unas llaves y abrió el gran portón del castillo, dejándonos pasar.
-Entren. La señora Sakine los está esperando.
-Gracias -dijimos Rin y yo al unísono.
Entramos al castillo escoltados por ese hombre. Mientras caminabamos observaba el hermoso castillo, todo muy bien cuidado y extravagante. Llegamos a lo que yo supuse que era el despacho de Meiko. El guardia tocó la puerta y se escuchó un "adelante". Nos dejó el guardia rápidamente y Rin y yo nos mirábamos. Ambos asentimos con la cabeza y suspiramos para luego entrar en la habitación.
-Bienvenidos. Perdonen a Yuma, es un chico muy estúpido -dijo Meiko sentada enfrente de un escritorio- por favor, tomen asiento.
Nosotros obedecimos a su orden y nos sentamos enfrente del escritorio.
-Bueno, Rin, Yuma me contó la situación y quiero decirte que acepto tus condiciones. No voy a permitir que alguien tan talentosa como tu no trabaje para mi -Meiko tomó un bolígrafo y una hoja de papel- por eso, estoy dispuesta a contratarte a ti y a tu hermano... Quién supongo debes ser tú, ¿verdad chico? -Meiko dirigió su mirada a mi.
-Si.
-Len, ¿cierto? ¡Qué sorpresa! No sabía que ustedes eran hermanos. Pero a juzgar por tu actitud sobreprotectora hacia Rin ahora que lo pienso siempre fue así.
Yo no pude evitar sonrojarme al recibir ese comentario.
-Entonces, ¿qué puesto te gustaría ocupar?
-Lo que sea estará bien. Hago de todo un poco -dije mirando a esa mujer a los ojos.
-Bueno, entonces, ¿sabes leer?
Oh no. Esto era malo. Si le decía que no se iba a dar cuenta de que no soy hermano de Rin, pero si le decía que si me pondría un trabajo relacionado a eso.
-S-si.
Rin se me quedó viendo con cara de "¿en qué te has metido?"
-Bueno, tal como podría esperarlo de el hermano de Rin, supongo que eres igual de brillante que ella. ¿Te gustaría ser el guardaespaldas de mi hijo Nero? Es un chico de veinte años así que probablemente se lleven bien.
-Está bien.
-Bueno, entonces ya está todo hecho. Vengan conmigo.
Salimos los tres de el cuarto, caminando por los enormes pasillos en silencio. Se podían oír las pisadas de los tacones de Meiko. Nos detuvimos en un gran salón, en donde estaba un chico de cabello plateado que se me hacía conocido.Narra Rin:
Meiko llamó al chico de cabellos plateados y pude verlo, era sin lugar a dudas mi amigo Piko. Meiko se ordenó que tomara nuestras maletas y las llevara a unas habitaciones. El tomó la maleta de Len y al tomar la mía me miró a los ojos.
-¿Rin? ¡Oh por Dios! Hace mucho que no te veía... ¿Y Len? Genial, ¿cómo está tu herm...
-Están bien Piko -lo interrumpí antes de que dijera algo que nos delatara. Mierda, no pensé en Piko ni en Yukari.
-Bueno, me alegra verlos de nuevo. Nos vemos después.
Piko salió de el salón y Meiko siguió caminando y nosotros lo seguímos.
-Bien, ya que ustedes son "tutores" de mis hijos no es necesario que los reconozcan como sirvientes. Más bien, como invitados.
-Ok.
-Bueno, entonces te llevaré a conocer a mi hija Neru, Rin. Es un poco especial y ruidosa... Pero se llevaran bien.
Subimos unas escaleras y cada vez me ponía más nerviosa. Yo en especial sabía que esa chica no era nada buena, por lo que le había hecho a mi madre y el señor León, no, más bien a mi "padre". No sabía que haría al tenerla enfrente de mi. Len notó mi preocupación y me tomó mi mano.
-No te preocupes -dijo en un susurro mientras apretaba delicadamente mi mano. Caminamos por un largo pasillo y nos detuvimos frente de una habitación. Len soltó mi mano y me dió una cálida sonrisa, a la que yo también sonreí.
-Es aquí... -Meiko tocó la puerta y nadie respondió, por eso ella abrió la puerta.
Entramos y en la habitación las cortinas estaban cerradas y en la cama una bella joven estaba dormida. Se veía tan acurrucada que incluso se me pegó el sueño. Meiko abrió las cortinas y despertó a su hija con una fría y fuerte voz.
-Neru... ¡Despiertate! Ya son las doce y media... No es hora de dormir.
-Hum... No quiero levantarme madre... Hace mucho frío afuera -Dijo la chica ignorando a su madre aún con los ojos cerrados.
-Que vergonzoso, y en frente de dos personas, que vergüenza -dijo Meiko quitándole las cobijas que la cubrían haciendo que abriera sus ojos y al vernos a mi y a Len se levantara velozmente.
-¿Quiénes son ellos? -preguntó Neru mirándome directamente a los ojos...
-Ella es Rin Megurine, tu nueva dama de compañía, de la que te hablé. Y él es Len, su hermano mayor.
-Un gusto -dije estirando mi mano con una mirada seria.
-Igualmente -respondió ella estrechando mi mano con una mirada de esas que si pudieran matar yo ya estaría tres metros bajo tierra.
-Bueno, las dejó para que se conozcan. Mientras voy a llevar a Len a que conozca a Nero.
Meiko se giró y yo pasé a lado de Len y en su bolsillo le puse uno de los guisantes, mientras le susurraba sigilosamente: solo para emergencias. El asintió y salió de la habitación, dejando me sola con Neru.
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Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADA
Fanfiction•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• Rin toda su vida ha vivido sola encerrada en una casa sin poder salir, ya que su madre la quiere "proteger". Sin embargo, un día, su madre muere y ella se entera de una terrible verdad y tendrá que enfrentar su realid...