Narra Len:
Meiko y yo salimos de la habitación dejando solas a Rin y esa chica... ¿Mujer? En fin, no me lo cuestionaba mucho. Caminamos en silencio por un pasillo hasta llegar a el fondo, donde había una puerta decorada como la de el cuarto de Neru. Meiko tocó la puerta y luego de unos segundos alguien la abrió. Un chico rubio de ojos extraños muy bien vestido estaba parado recargado en el marco de la puerta.
-Hola madre, ¿qué necesitas?
-Nero, quiero presentarte a alguien -Meiko entró a la habitación y yo la seguí. A diferencia de la de Neru esta si estaba ordenada y tenía las cortinas abiertas. Nero se quedó de pie viéndome y Meiko se sentó en una silla que estaba por ahí.
-El es Len Megurine, y a partir de hoy va a ser tu guardaespaldas.
-¿Guardaespaldas? No necesito uno, mejor ponlo a cuidar de Neru -dijo el chico sin ninguna expresión en su rostro.
De alguna manera en mi mente estaba sonriendo. Este chico se parecía mucho a la persona que yo mismo solía ser en el pasado.
-Neru ya tiene una -le respondió Meiko con una expresión rara en el rostro.
-¿"una"? ¿Es una chica? -preguntó incrédulamente el chico mirando fijamente a su madre.
-Si. ¿Hay algún problema? -Meiko cruzó los brazos en señal de desaprobación sobre su propio hijo.
-Ninguno... Solo debiste consultarmelo antes.
-Era una sorpresa.
-¡Valla sorpresa! -contestó enojado Nero.
-Vamos comportarte bien. Los dejo solos para que se conozcan, por favor, se cortés Nero.
Meiko salió de la habitación dejándonos a Nero y a mi solos.
-¿Vas a decir algo? -preguntó Nero acercándose a un estante con libros.
-¿Qué debería decirle?
-No lo sé. Supongo que nada -Nero se encogió de hombros mientras tomaba uno de los libros. Por lo que alcancé a notar era algo así como: las mily lunas noches. No entendía bien lo que decía, pero la portada se me hacía familiar. Nero se sentó en un sillón al lado de la ventana- Ahora, voy a leer. Me gusta el silencio, así que no hagas ningún ruido.
El chico volvió su mirada a el libro que sostenía y yo no dije nada. Por alguna razón, me sentía intimidado por este tipo. No sabía porque era, si por el ambiente de incomodidad que había en la habitación o por el gran complejo de superioridad que tenía ese tipo. De seguro era eso, yo nunca en mi vida había convivido con esta clase de lujos, ni mucho menos con este tipo de gente. Ni siquiera en mi vida había tenido el honor de probar el llamado "vodka", ni había estado en un palacio, que yo recordara. Y nunca en mi vida podría vivir así, es más, para llegar a este punto tendría que trabajar por lo menos tres vidas, si bien me iba. A pesar de ser un poco descortés, el chico tenía un cierto aire de ser un chico tranquilo, a diferencia de su hermana, de la que podías oler a kilómetros de distancia que te iba a matar si le decías una sola palabra. Me quedé sentado en la silla sin decir nada, solo contemplando con mi vista torpemente la habitación y pensando, ¿cómo estará Rin?Narra Rin:
Al momento de dejarnos a solas, Neru se volvió a mi y con una arrogante y apática voz me dijo:
-Ve y traeme el almuerzo.
-Lo siento mucho señorita, no puedo hacer eso. Mi trabajo consiste en educarla y transformarla en una " dama de sociedad". Debería de llamar a otra persona a hacer ese trabajo.
-No te lo pregunté -respondió molesta.
-Como ya lo dije antes, no soy una sirvienta, soy su dama de compañía -respondí lo más tranquila que mis cuerdas vocales me permitían.
-Entonces me eres inútil. Si no vas a hacer nada, sal de mi habitación -respondió enfadada señalando la puerta- ¿Qué no escuchas? Sal de aquí, estúpida.
-No voy a salir.
-Entonces le diré a mi madre que te despida -Neru apretó los puños con fuerza.
-Puede decírselo, como desee. Pero le diré que yo fui contratada por su madre, no por usted, así que será mejor que deje de maldecirme y comportarse como una niña pequeña y se levante de esa cama ahora mismo.
Después de decir eso Neru se levantó de la cama y extendió su mano para darme una bofetada. Justo antes de que lo hiciera, la detuve tomando su mano fuertemente, evitando que tocara mi cara.
-¡Suéltame! Me das asco. Solo eres una niña tonta -dijo forcejeandose y zafándose de mi agarre.
-Mucho peor, ¿no le parece humillante que una "niña" como yo sea mucho más educada que usted? -dije con una sonrisa retadora, que ni yo sabía porque estaba ahí.
-... Jajaja, veo que no eres tan débil como pareces, incluso creo que eres fuerte... Creo que nos llevaremos bien -Neru se sentó en su cama con una sonrisa torcida en su rostro.
-Eso espero.
-No me mal entiendas, no digo que seamos amigas, pero podríamos solo actuar como dos personas normales.
-Me parece bien... Entonces, haga lo que le diga. Levántese de esa cama y valla a ducharse -dije cruzando mis brazos y mirándola fijamente.
-No puedes ordenarme eso.
-Si puedo. Ahora haga eso.
Neru se levantó de la cama y se fue al baño. Al ella cerrar la puerta suspire aliviada de que no hallase pasado a mayores nuestra discusión. Sin duda debería ser más cuidadosa con mis palabras, porque en otro momento ella me iba a volver a atacar. Lo de ahorita fue todo un acto reflejo más que nada. Sacudí la cabeza pensando en que más debería hacer. Luego de unos segundos Neru salió con una bata.
-¿Y ahora qué? -preguntó de mala gana.
-Le ayudaré a vestirse.
-No eres mi sirvienta.
-Al menos lo admite, pero debo de ayudarla a verse bien.
Neru rodó los ojos y se puso enfrente de mi. Sacó un vestido amarillo muy hermoso del armario y un par de tacones del mismo color. La ayudé a vestirse, colocarse correctamente el corset.
-¡No tan apretado! Apenas puedo respirar -dijo con una voz chillona.
-Se supone que el propósito es ese -dije jalando el corset para apretarlo más.
-¿Reventarme las costillas y mis órganos?
-Si, ese mismo -dije y solté una pequeña risita.
-¡Pero es injusto! Tu ni siquiera traes uno -replicó con la voz un poco exagerada.
-No, pero se exactamente lo que significa. Lo usé casi todos los días durante dos años.
-¡Debió ser doloroso! -exclamó y yo le desapreté el corset un poco- al menos se amable y no lo aprietes tanto.
-Está bien.
Seguí ayudándola a vestirse y peinarla. Pasaron casi treinta minutos y ya estaba lista, se veía muy hermosa.
-Listo, ¿es todo?
-Apenas está comenzando el día, venga, vamos a el comedor.
-¿Para qué? -preguntó molesta a lo que yo fruncí un poco el ceño.
-¿Podría dejar de renegar por un momento?
-...
-Vamos a tomar el almuerzo con su madre.
-...
-Entonces, vallamonos.
-Si...
-...
-...
-¿Pasa algo?
-Creo que no sé tu nombre... Se me olvidó.
-Ah, me llamo Rin Megurine.
-¿Megurine, eh? Ese apellido me suena.
-Es muy popular en la aldea Zen -dije tratando de ocultar mis nervios. Lo había olvidado, ella conoció a mi madre.
-¿Vienes de ahí?
-Si.
Salimos de la habitación y caminamos por el palacio. Neru iba adelante de mi y yo como su escolta.
-Hey, Rin... Ese chico que estaba contigo, ¿quién era?
-El es mi hermano mayor, Len.
-Oh...
-¿Hay algún problema?
-Ninguno, solo, me da risa recordarlos... Parecían el agua y el aceite -Neru se río un poco fuerte después de dar ese comentario.
-¿A qué se refiere con eso? -pregunté con cierto enojo en mis palabras.
-Es que el se veía muy nervioso, y tu tan seria y fría.
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Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADA
Fanfiction•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• Rin toda su vida ha vivido sola encerrada en una casa sin poder salir, ya que su madre la quiere "proteger". Sin embargo, un día, su madre muere y ella se entera de una terrible verdad y tendrá que enfrentar su realid...