Narrador omnisciente:
Comenzó a caminar a un paso lento, pues no sabía con que cosas podría toparse, así que sacó una brújula y el mapa. Según los conocimientos que tenía de el mundo exterior, estaba úbicada en la aldea Zen, que estaba bastante lejos de la aldea Mitsaki y antes de eso tendría que pasar por unas tres aldeas más. La ciudad Mitsaki era unas de las más importantes de todo el reino, pues ahí era donde se encontraba uno de los puntos más grandes de comercio, sin decir que era en ese lugar donde habitaban más personas y que, si querías vivir muy cómodamente sin duda debías ir ahí. El problema era que estaba prácticamente en una isla, muy grande por cierto. Rin también sabía que, si contaba el camino a pie que tendría que hacer, más el viaje en barco y los descansos que seguro debería tomar, sería un viaje de dos semanas (si bien le iba), y, si bien era algo muy fácil para algunas personas, para Rin esto significaba un gran reto, ya que tendría que relacionarse con muchas personas y aparte de nunca haber hablado directamente con nadie que no fuera su madre, si tocaba a alguna persona esta se convertiría en una flor.
-lo menos que quiero ahora, es dañar a más gente de la que ya hice- se dijo a si misma mientras caminaba.
Rin también había estudiado mucho sobre la vida de las personas y tenía bien sabido que en él bosque habían muchos animales salvajes, pero también sabía que estos no hacían daño si usabas ciertas estrategias. Por esa misma razón, el bosque no era muy concurrido. Su madre alguna vez le había contado que, en caso de escapar, siguiera la orilla de el lago y llegaría a el pequeño pueblo Zen, ya que aunque era un camino muy tedioso, no podría perderse. Pasadas unas horas, Rin pronto comenzó a sentir hambre, así que se detuvo bajo un árbol.
-si sigo caminando, seguramente llegare a la ciudad en unas tres horas más.
Se sentó en el suelo y comenzó a contar el dinero que tenía. Eran cuatrocientas cincuenta monedas, que, si bien tenía entendido, alcanzaban suficientemente bien como para ir y venir a la ciudad Mitsaki, con todo y alimentos.
-mi madre realmente tenía muchos secretos.
Aprovechó su pequeña parada para comer un poco de el pan que traía y tomar agua. El lago se veía hermoso, y más porque, el brillo de el atardecer combinaba muy bien.
-es como si el sol se estuviera derritiendo.
Se detuvo unos minutos más para poder dibujar el hermoso lago que estaba en frente de ella en el cuaderno que su madre le había regalado el día anterior.
-Si voy a hacer un viaje tan largo, mínimo debería capturar este paisaje.
Media hora después, Rin se levantó de el suelo y continuó con su camino. Otras cuantas horas más tarde, pareció ver unas casas. La luna había comenzado a salir, así que decidió buscar un lugar donde poder dormir. Se acercó a una casa pequeña y tocó la puerta y esta se abrió luego de unos segundos revelando la imágen de una chica rubia.
-Buenas noches, me llamo Rin Megurine. Estoy viajando y necesito un lugar para pasar la noche y....
-Mira niña, no tenemos lugar para ti aquí, que acaso no ves- respondió agresivamente la chica .
La casa era muy pequeña, y hasta cierto punto se veía algo descuidada, pero no parecía haber señales de alguien más, además de que no planeaba quedarse ahí de a gratis.
-No pienso quedarme aquí por caridad, solo necesito un lugar donde dormir- contestó Rin intentando olvidar la molesta actitud que había tenido la chica antes.
Sin decir nada más, la chica que estaba dentro le hizo una seña a Rin para que entrara en la casa. Al entrar había una pequeña mesa con tres sillas, un sillón pequeño, y se veía que habían otras tres puertas. «No es una casa muy grande, pero aún así es acogedor». La chica que se veía un poco mayor que ella le extendió la mano.
-Soy Lenka, y perdón por haberte tratado tan descortésmente, hoy no es mi día.
-Soy Rin no te preocupes, todos pasamos por eso. No me gusta mucho el contacto físico.
-Oh, lo lamento- agregó Lenka- debes tener hambre, ¿no es así? Déjame ofrecerte algo.
-No es necesario, realmente hace unas horas comí algo.
-Tómalo como una disculpa por mi mala actitud, además, tu misma has dicho que comiste hace algunas horas, así que por favor ponte cómoda- Lenka se fue tomando un poco de sopa de una cacerola que estaba en un pequeño fogón- ¿te gusta la cerveza de raíz?
-Si, esta bien.
Lenka se acercó a la mesa y puso dos platos de sopa y dos vasos con cerveza de raíz.
-¡Buen provecho!- exclamó Lenka con alegría.
-Gracias.
Rin se sentía un poco incómoda con ella, ya que no sabía que decir y sumándole que era una chica un poco tímida, no tenía ni idea de como entablar una conversación agradable.
-¿Eres de aquí?- dijo Lenka intentando romper el hielo.
-Si.
-No te había visto, conozco casi a todos en la aldea.
-eso se debe a que casi no salgo mucho.
Rin no quería contarle a Lenka sobre su problema, ya que sin duda pensaría que está loca, y, sabiendo lo que su madre le decía, daba por hecho que la mayoría de personas en ese pueblo creían en la magia negra.
-Bueno, tal vez no debería meterme mucho en tus asuntos, pero ¿a dónde te dirijes?
-Voy al pueblo Mitsaki a buscar a una amiga.
-Eso es genial, en ese pueblo vive mi hermano Rinto- Lenka estaba bastante emocionada y le brillaron los ojos- si tan solo pudiera ir.
-¿Qué cosa te lo impide?
-No tengo el dinero suficiente, ni trabajando por un mes podría ahorrar para pagar la doceava parte de el viaje.
-¿Cuánto ganas?
-No mucho, además, lo que gano lo ocúpo para poder pagar los gastos y poner el pan en la mesa.
-¿Vives tú sola?¿Tienes otros familiares?
-Mis padres murieron hace tres años y mi hermano mayor se fue a Mitsaki hace siete meses. Ahora vivo sola con mi hermano menor, Len.
-¿Tienes algún tipo de contacto con tu hermano Rinto?
-Ninguno. Hace más de dos meses que no nos escribe.
-Debe ser muy complicado para ustedes.
-Si, lo es. Y mucho más para mi hermano Len. Le a afectado mucho.
Justo se abrió la puerta.
-¡Llegué!- gritó un chico rubio que Rin pareció haber visto en algún lugar.
El chico volteó y vió a Lenka y a Rin, quienes estaban comiendo.
-Que bien que llegas Len- dijo Lenka.
-Si... ¿Quién es ella?- Len miraba a Rin con la ceja levantada.
-Soy Rin Megurine, un gusto- dijo Rin haciendo una reverencia.
-Que educada eres, soy Len Kagamine mucho gusto.
-Gracias.
-Len, ella se va a quedar hoy a dormir. Nos va a dar dinero. Sientate a comer- dijo Lenka mientras se iba a el fogón para servirle sopa a Len. Él tomó asiento a un lado de Rin, y ésta a su vez seguía comiendo.
-Esa cara... Dime, ¿te e visto en algún lado?- preguntó Len intrigado.
-No lo creo- dijo ella sin mirarlo a la cara, pues ya sabía de quién se trataba.
-Tóma Len- Lenka puso un plato de sopa frente a Len y un vaso de cerveza de raíz.
-Gracias.
-¡Provecho!- exclamaron Rin y Lenka al mismo tiempo. Esto ocasionó que ambas soltaran una pequeña risita.
-Rin, vamos a llevar tus cosas- habló Lenka agarrando la maleta de Rin- sígueme.
-Si, claro.
Lenka abrió una puerta y entraron en una pequeña habitación. Había una cama, un armario y una pequeña mesita, y sobre de ella había una lámpara de aceite.
-Puedes poner tus cosas en el armario si quieres, el baño está al lado.
-Muchas gracias, aunque no es muy necesario guardar mis cosas en el armario.
-Si jaja, voy a ir a ver a mi hermano.
Lenka salió de la habitación dejando a Rin sola y esta a su vez sacó de su maleta una pijama y se la puso. Mirando bien, notó que en el buró había una rosa amarilla muy linda.
-¿Y está rosa?-(sale el aigresito guadalupano XD).
Mientras tanto los hermanos hablaban en el comedor.
-No tenías que meterla en mi cuarto.
-Basta Len, sabes que necesitamos el dinero.
-¿Y cómo sabes? Que tal si es una ladrona.
-No lo creo, ella se ve una buena persona.
-No me da buena espina.
-Y en caso de que nos esté estafando, ¿no debemos ayudar a las personas?
-Sí, sí pero nosotros no tenemos como para estar ayudando y ¿tú desde cuándo te preocupas de las personas?
-Siento que ella no es mala, puedo percibirlo, además, tú lo has dicho, somos tan miserables que no tenemos nada que nos pueda robar, al contrario, nosotros podríamos robarle a ella.
Rin salió de su cuarto y entró al baño.
-Solo compórtate bien con ella Len.
Lenka dejó a Len solo y se fué a su habitación mientras que Rin salió de el baño. Len aún seguía sentado en la mesa.
-Buenas noches.
-Igualmente.
-Gracias por darme tú cama- dijo Rin casi en un susurro.
-No es nada, solo ¿podrías pasarme una cobíja por favor?- dijo Len intentando sonar amable.
-Por supuesto.
Rin entró en la habitación y agarró una de las cobijas que había en el casi vacío armario, que solo tenia ropa casi a una octava de su capacidad.
-Tóma- Rin dijo esto en el marco de la puerta estirando su mano.
-Gracias- respondió Len acercándose a ella.
Se quedaron mirando unos segundos muy incómodos, pero Rin los rompió.
-Buenas noches- Rin iba entrando a el cuarto pero Len la iba a tocar de el hombro, así que rápidamente evadió su mano- No me gusta el contacto físico.
-Ah, lo siento- dijo Len haciendo énfasis en la palabra "lo siento".
Rin cerró la puerta y se acostó en la cama. Mañana iba a ser un largo día.
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Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADA
أدب الهواة•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• Rin toda su vida ha vivido sola encerrada en una casa sin poder salir, ya que su madre la quiere "proteger". Sin embargo, un día, su madre muere y ella se entera de una terrible verdad y tendrá que enfrentar su realid...