Cap.34 Piko y Yukari

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Narra Rin:

Habían pasado ya dos meses de haber empezado a trabajar en el castillo de Meiko, y las cosas iban regularmente bien. Empezaba a entender un poco a Neru y poco a poco nos llevábamos bien, aunque teníamos nuestras diferencias. Igualmente Len, se llevaba bien con Nero, y eran algo así como mejores amigos. Meiko nos tenía confianza, tanta, que incluso me pregunté si realmente ella era tan mala como Kaito la pintaba. Len había estaba aprendiendo a leer a pasos agigantados, y de igual manera a escribir.

La búsqueda resultaba ser muy complicada debido a que estábamos rodeados todo el tiempo de personas, y aparte, cargábamos con la responsabilidad de cuidar de Nero y Neru. A pesar de eso íbamos muy bien. Por ahora solo nos faltaban las habitaciones de la familia, aunque eso no era muy importante, y el calabozo, que sería mucho más difícil, y era muy probable que estuviera ahí. Hoy era día domingo, estaba soleado, pero muy airoso. Eran las siete de la tarde, no era tan temprano. Acababa de enseñarle un rato la lectura a Len y ahora mismo estábamos toda la "familia" reunida, conversando en la sala.
-Hey Rin -me habló Kaito- Hace unos días logré comunicarme nuevamente con Haku.
-¿Y qué te dijo?
-Me dijo que había logrado controlar un poco más sus poderes..
-¿Controlar más?
-Respecto a esa pregunta... Me dijo que Meiko le quitó sus poderes, y ahora solo podía hacer cosas simples... Como lanzar ráfagas ligeras de viento o volar cosas.
-Ohh.
-Pero, logro encontrar un pequeño hechizo para localizarte, con ayuda de su amigo Hiyama Kiyouteru, que permite localizarte a una distancia de tres kilómetros. Tiene como plan que a cierta hora, te pongas en un punto específico del castillo. Así, ella puede usar su poder u el de Kiyoutero para guiarte a donde está ella.
-Suena bien, el problema es...
-No puede decirte el lugar exacto donde está debido a que ni ella sabe. Dice que la llevaron con los ojos vendados, así que no vio exactamente donde la metieron, pero sospecha que está en loas mazmorras.
-Será difícil llegar ahí... -habló Len.
-Si, pero tengo un truco -Kaito sacó de su bolsillo unos frijoles- estos nos ayudarán. Tienen el poder de invisibilidad, para que así se infiltren más fácilmente en los calabozos, con solo comerlos.
-¿Solo son tres?
-Bueno, intenté hacer más pero con mis habilidades debilitadas también es muy difícil hacer más.
-¿Habilidades debilitadas? -preguntó Len.
-Meiko logró quitarme mi poder y ahora solo hago cosas sencillas... Ni siquiera puedo controlar la lluvia ahora...
-Ah... Entonces así será. Por ahora hay que descansar, mañana será un día largo.
-Si, nos sería menos descansar -Len se levantó de su asiento y se fue a su cuarto, y yo igual imitando su acto. Al día siguiente me levanté, eran las siete de la mañana, teníamos que llegar a nuestro trabajo a las ocho. Me vestí, con el uniforme que me había dado Meiko, el cual era muy cómodo, y consistía de una falda negra larga, con una camisa blanca, un moño negro y un saco blanco, así como calcetas blancas y zapatos sencillos negros. Me peiné con una coleta sencilla y salí de mi cuarto. Afuera estaban Kaito y Len, como siempre. Ellos dos estaban conversando, últimamente se estaban comenzando a llevar mejor.
-Buenos días -saludé yendo a la cocina por un pedazo de pastel de chocolate y sentándome en la mesa.
-Buen día -dijeron los dos al unisono.
-Así que hoy es el día, ¿eh? Bueno, de todas formas, haré lo que pueda desde aquí. Recuerden esto; el día de tienen que prestar mucha atención a su entorno, en especial en el viento. Si ven algo, tienen que seguirlo, será como una ráfaga. Pero, el problema será que solo uno de los dos tendrá que buscarla -dijo Kaito levantándose de su asiento.
-¿Y por qué? -preguntó Len recargándose en su asiento.
-Uno tiene que funcionar de distracción. En mi opinión, creo que el más adecuado para ir a buscarla eres tu, Len. Eres más ágil y rápido, así que Rin en tu lugar servirá de distracción.
-... Bueno, es tan difícil distraer a tres personas como buscar a una, así que tomaré el riesgo -Len sonrió ante esto y le dió un sorbo al café que estaba tomando.
-Entonces está decidido -dije yo- y por cierto... ¿A dónde vas? -pregunté yo mirándo a Kaito.
-Tengo que estar al pendiente por si algo sucede... Cuídense -Kaito besó mi mano, sin guantes, claro está. Últimamente se le daba por tocar mis manos mucho, pero no era algo que a mi me desagradara, al contrario, me sentía feliz de al menos sentir las manos de alguien sobre las mías, y más porque sabía que no tenía malas intenciones.
-¿Estás lista? -preguntó Len haciendo que volteara a verlo.
-Si, estoy un poco nerviosa, pero se que todo saldrá bien.
-Si, saldrá bien. Ahora, intentaré no arruinarlo -Len se rió ante su propio comentario.
-No la harás, no hay nada que temer.
Nos levantamos de las sillas y yo me puse mis guantes.
-Nos vemos más tarde -Los tres salimos de la casa, Len y yo a la izquierda y Kaito a la derecha.
Caminamos hasta el castillo, hoy era un día muy especial, y estaba muy nerviosa, pensando que pasaría si Meiko nos descubriera. Podría mandarnos a la orca, o fusilarnos, azotarnos, meternos a la mazmorra, o decapitarnos. Claro, todo esto en público. Si algo se sabía de Meiko es que su régimen era muy estricto a la hora de tratar con criminales, y no tenía piedad con nadie, ni por su sangre... Se cuenta que una vez ella misma decapitó a uno de los novios de Neru, y no tuvo compasión al ver a su hija derrumbada llorando por su amado. Pensando en esto comencé a saudar frío, pero luego sentí un ambiente tibio, y vi como comenzaba a salir algo de humo de mi cuerpo, casi invisible.
-Rin... ¿Te sientes bien? Tu rostro está rojo -Len se detuvo a verme- ¿tienes friebre o te duele algo?
-No, no estoy bien... Solo siento algo de calor.
-Pero si el clima está helado.
-Ya vez que soy muy rara -dije riendo un poco.
-Bueno, si te sientes mal, me dices.
-Si.
Seguimos caminando por las calles de la gran ciudad hasta llegar a la parte trasera del castillo. Saqué una llave y entramos. Meré mi reloj de bolsillo, eran las siete cuarenta y cinco, muy buena hora.
-¡Hola Rin y Len! Buen día -saludaron Yukari y Piko, quienes estaban limpiando el almacén de comida.
-Hola -saludamos Len y yo.
-Por cierto, Meiko me dijo que les dijéramos que salieron a dar un paseo, y vendrán hasta tarde...
-Oh, ya veo, tendremos que esperar.
-Pueden quedarse aquí y tomar el desayuno con nosotros -Yukari y Piko dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se pusieron caminar.
-Bueno, esto... -dije y me quedé pensando un poco. Era la oportunidad de buscar a Haku, pero sería muy sospechoso, además de que nos dijo Kaito que teníamos que esperar a que ella nos guiara a donde estaba.
-...
-Si, vamos Len -dije tomándolo de su mano y llevándolo conmigo.
-¿Si? Bueno, vamos -me respondió y comenzó a caminar junto conmigo.
Llegamos a el comedor de los sirvientes y nos sentamos en una de las mesas. Comimos sándwiches y jugo de frutas, mientras platicabamos. Acabamos y Len y yo nos despedimos excusandonos de que teníamos que ir por unas cosas a nuestra habitación. Salimos del gran salón y caminamos cada quién a su cuarto, para planearlo todo. Justo cuando estaba por entrar a mi cuarto, una persona me detuvo. Me giré y vi a Meiko.
-Señora Meiko... Ya regresaron -dije ocultando el gran susto que me había dado.
-Si, se ha cancelado por el mal clima.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora