Cap. 16 El egoísmo

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Narra Len:

Cuando Rin y Yuki salieron de la casa, yo y Rinto nos quedamos viendo. Finalmente y luego de unos minutos tomé el valor de hablar.
-Vendrás quieras o no.
-Tú, hermanito menor, ¿me vas a obligar a regresar a Zen?- Rinto se partía de la risa. Estaba harto y a punto de explotar. ¡Se estaba burlando de mi el muy idiota! Seguro que se existiera un concurso de idiotas, el ganaría en primer lugar. Yo probablemente el segundo.
-Si. Eso mismo.
-Ya te lo dije Len, me quiero quedar aquí. No voy a regresar, o al menos no muy pronto. Y tu también deberías de comenzar a hacer tus propios planes- Rinto se levantó de su silla y se fue a dejar unos platos a lo que yo suponía era la cocina.
-¿Propios planes?- pregunté con algo de intriga acomodándome en mi asiento.
-Sí, ya sabes. Hacer lo que quieras con tu vida.
-¿Lo que quiera?
-¡Claro que si!
-¿Como qué cosa?
-Hum, no lo se. Conseguir un trabajo un poco estable, una novia. ¡Eso es! Consíguete una esposa.
-....
Nos quedamos callados en un minuto.
-No lo haré. No pienso dejar sola a Lenka. No pienso ser como tú- me levanté del lugar.
-¡Hey Len! ¿Qué acaso no te das cuenta?
-¿De qué debería darme cuenta?
-¡Piensa un poco más en ti! Digo, yo se que eres un poco egocéntrico, pero, a la hora de la hora, siempre prefieres que los demás sean felices y te olvidas de ti. Siempre estuviste cuidando de papá cuando enfermó y trabajabas demasiado aún al ser un niño de nueve años. Trabajabas demasiado duro y lo sigues haciendo.
-¡Claro que no! Sí tengo tiempo para mi. Además, es lo que necesitamos para vivir.
-¿A sí? Dime, ¿celebraste tu cumpleaños quince?
Me quedé pensando, ¿qué día era?
-...
-¡Lo sabía! Eso es a lo que me refiero, incluso llegaste a olvidar tu propio cumpleaños. Fue hace tres días.
-Tu lo has dicho... Solo lo olvidé.
-....
-....
-Solo te pido que no te presiones tanto. Piensa un poco más en ti.
Su conversación me estaba mareando. Si seguía insistiendo, de seguro iba a explotar.
-¡¿Pensar en mi?! ¡¿Quieres que yo piense más en mi?! No se que demonios te pasa Rinto, pero yo vivo bien. ¡Yo no pienso dejar sola a Lenka! ¡Es nuestra hermana! ¿Sabes cuantas veces a estado en casa todo el día solo para recibir una sola carta tuya? ¡No! ¡Por supuesto que no lo sabes! No sabes los sacrificios que ha hecho ella... ¡No sabes nada! ¡No sabes ni su preocupación por tí! Entiendo que debería pensar en mí, pero, ¿y mi familia? ¿Qué hay de la familia? ¿No decías que la familia lo era todo? ¿No mi propio padre te lo dijo? ¡Y de seguro mi mamá también te lo dijo!
-¡Eso es otra cosa Len! Además, tu ni conociste a mamá.
-....
-.... Len... Yo.
-¡¿Sabes qué?! ¡Tienes toda la puta razón! ¡Ni siquiera la conocí! ¡Ni siquiera supe nada de ella, pero aún así, se que te lo dijo porque era buena! ¡Ella era buena! No era como tu, ella...- comencé a llorar por lo bajo- ¡Ella no quería que esto pasara! Mamá no lo hubiera querido....
-....
-....
Me sequé las lágrimas de mis mejillas y caminé a la puerta.
-Solo te digo Len... Que mamá tampoco hubiera querido que tu fueras así- dijo. Yo ni siquiera lo volteé a ver.
-¿Así como?- dije abriendo la puerta para salir.
-A ella le hubiera gustado que tu también fueras feliz.
-.... Nadie es feliz, ni tu... Ni yo.
Salí de la casa sin más y me senté en una banca que estaba en el gran jardín. Me sentía horrible. Le prometí a Lenka que arreglaría las cosas con el, pero no pude.

Narra Rin:

Íbamos caminando hacia la casa, mientras Gumi hablaba y me proporcionaba información sobre los cuidados de la señorita Mayu, la hija de los señores Kagene... Y probablemente, mi media hermana. La verdad no estaba escuchando tanto a Gumi. Sólo podía pensar si en verdad ese hombre, León, era mi padre. No lo sabía, y aunque quisiera saberlo no le iba a preguntar. No le iba a decir, "señor, de casualidad ¿no conoce a una mujer llamada Luka Megurine? Es que me dijo que yo era hija de usted". Aunque lo supiera, y aunque si fuera mi padre, en todo caso no pretendía arruinar su familia.
-¿Y solo serán ustedes dos?- preguntó Gumi sacándome de mis pensamientos.
-¿Ah? No lo se- dije volteando a ver a Gumi y Gakupo.
-Hay que preguntarle a Len- finalmente habló Gakupo, quien había estado callado todo el camino.
-Si... Pero por ahora se podría decir que somos tres.
Al llegar a la casa no estaba Len, solo estaba su hermano sentado en un pequeño sofá.
-Siganme, los llevaré a sus cuartos, ¡tomen sus maletas!
Esa Gumi era muy positiva. Siempre llevaba una sonrisa en su rostro. Aún así, no se de quién se trata, y por el momento solo quedaba tratarla bien y conocerla mejor. De todos modos, no sabía cuanto tiempo me iba a quedar aquí. Caminamos un pasillo y subimos las escaleras. Ya arriba, habían muchas puertas. Gumi abrió dos.
-Solo hay dos habitaciones disponibles, ¿Está bien?- preguntó Gumi dándome una de las llaves.
-Yo creo que si, de todos modos, si Len quiere quedarse puede dormir en mi habitación- Gakupo también tomó una llave.
-Y Yuki puede quedarse conmigo.
-Entonces ponganse cómodos, la señora Lucía me ah dicho que pueden quedarse descansando hoy- Gumi se fue y después de mirarnos un segundo, Gakupo y yo entramos cada quien a nuestras habitaciones.
El cuarto era muy sencillo. Habían dos camas, una pequeña ventana, un cuarto de baño y un pequeño buró para cada quien. Me aventé en la cama y decidí por dormir un poco. Mis ojos comenzaban a cerrarse y después de todo lo que había pasado en el día no quería hacer nada.

Narra Len:

Estaba aún sentado en la banca. No me fijé y me había quedado dormido. Me despertó Yuki y una niña que no conocía.
-¡Len despiertaaaaaa!- Yuki jalaba de mi camisa para despertarme y la otra niña sólo se reía.
-¡Ya voy! Suéltame ya- dije y Yuki se tranquilizó.
-¡Llevo intentando casi veinte minutos despertandote!- Yuki seguía riendo a carcajadas.
-Bien, bien. ¿Dónde están Gakupo y Rin?- pregunté y Yuki dejo de reírse un poco.
-Salieron a pasear- Yuki tomó una flor de el suelo.
-Hum- murmuré poniéndome de pie- voy a ir a la casa de trabajadores- dije y me fui de ahí.
Regresé a la casa de antes esperando no encontrarme con Rinto, y efectivamente no estaba. Tomé mi maleta pero extrañamente las de Gakupo y Rin no estaban. "Seguro las recogieron" pensé. Me senté en una silla y busqué algo en mi maleta. Unos segundos después lo encontré. Unos guantes blancos. Me les quedé observando un poco y me debatí internamente si debía dárselos a Rin. Tomé una desición. Se los daría, después de todo, ella los necesitaba más que yo. Eran de mi madre, o eso me había dicho mi padre. Me los dió como un recordatorio de ella. Aún así, no los necesitaba. Aunque era un recuerdo de mi mamá, quería que enserio los tuviera. Me quedé pensando un buen rato, ¿acaso estaba siendo egoísta? ¿Era egoísta pensar en los demás y no en mi? ¿Era acaso mi propia arrogancia lo que no me permitía dejar a mi hermana? ¿O ella era la egoísta? Todo era muy confuso, no sabía quien de todos era el más egoísta. Yo, Len Kagamine, ¿era acaso egoísta al preferir a todos en vez de a mi? Rinto, ¿era el egoísta al pensar solo en el mismo y no preocuparse por Lenka y yo? ¿Lenka era la egoísta al querer que nosotros siempre estuviéramos con ella sin importar que? Mi mejor amigo al querer poseer a Rin sin pensar en mi o en ella, ¿era el egoísta? ¿O incluso Rin misma era la egoísta al querer ayudar a todo el mundo? ¿Todos éramos egoístas? Seguro que si. Es la naturaleza humana, todos somos egoístas. Unos los son con los demás, y otros consigo mismos.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora