Cap.48 Oliver

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Narra Rin:

Después de ver esa terrible escena solo pude ponerme de pie y decirme las lágrimas. Pasados unos minutos Meiko salió de la puerta de hierro y se fue. Miró a ambos lados como buscando a alguien. Detrás de ella iba un chico que yo desconocía, ambos iban en silencio. Pasaron otros cuantos minutos y el chico rubio que me había ayudado hace rato salió de la puerta acompañado de Yuma, el guardia. Ellos dieron la vuelta y se acercaron a mi.
-Ven, te ayudaremos.
Yo asentí y ambos caminamos a una dirección opuesta a la del pasillo por el que se había ido Meiko. Caminamos en silencio hasta llegar a un cuarto con una puerta de madera. Yuma sacó unas llaves y abrió la puerta dejándome pasar a mi y a el rubio. Dentro del cuarto habían varios trajes y armaduras de la guardia del castillo, así como armas, pólvora, espadas y lanzas.
-Tendrás que vestirte como uno de nosotros si te quieres camuflajear -Yuma habló viéndome.
-Si, y por si las dudas, tienes que llevar un arma ¿sabes manejar una?
-No, hace un tiempo intenté aprender a manejar la espada, pero mi formación se interrumpió, solo sé lo que un aficionado sabe.
-Hum... ¿Ssbes algo de defensa personal?
-Mi madre me enseñó un poco cuando era niña, pero dijo que era demasiado débil para noquear a alguien. Pero, si les sirve, soy muy rápida, ágil y compacta.
-Eso es un gran punto a favor.
-Aún así, tienes que llevar un arma contigo, te pondré un cuchillo y una espada.
-Está bien.
-Ahora, ponte esto -Oliver me pasó un uniforme de soldado como el que tenía Yuma junto con un cuchillo y una espada.
-Esperaremos afuera.
Me puse el traje y la pesada, con la capucha y unas botas negras. En el cinturón puse el cuchillo y la espada en su vaina. Me até el cabello con mi listón blanco haciéndome un molote. Salí de la habitación y afuera estaban el chico rubio y Yuma.
-Ya estoy lista.
-De acuerdo, ahora solo actúa normal, de acuerdo. Si nos topamos con Meiko no digas nada y en caso que te pregunte algo responde concretamente.
-Si.
-Quítate los guantes, será sospechoso.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Tengo una alergia en la piel. Si toco a alguien me salen ronchas.
-Está bien. Solo mantén ocultas tus manos entonces.
-Ok.
-Y algo más... Rin me debes una cita -dijo Yuma agachando la cabeza sonrojado.
-¿Eh?
-Len dijo que si le ayudaba me iba a dar una cita con alguien.
-Ah, ya veo. Bueno, luego vemos ese tema.
-Si si si. Bueno, tu solo siguenos.
-Ok. Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Oliver.
-... ¿El ministro?
-Ese mismo. Si me ejecutan, al menos abré muerto como héroe.
-Gracias por tu ayuda.
Los tres caminamos regresando al pasillo donde estábamos inicialmente y avanzamos. Primero me topé a Kaito.
-Él es mi amigo, hay que sacarlo de ahí.
-¿Cuántos son?
-Son cinco.
-La tenemos difícil, pero podemos esconderlo en el almacén abandonado del palacio. El problema es como vamos a salir.
-Tengo una idea para eso.
Kiyouteru en su forma de canario se posó en mi hombro.
-Kiyouteru nos servirá de distracción, ¿verdad?
-¿Kiyouteru?
-Ah, cierto. El es Kiyouteru, mi amigo -dije señalando a el ave en mi hombro- el nos va a ayudar a evadir a los guardias.
-Rin, el es un ave.
-Es un ave muy listo.
-¿Segura?
-Sip.
Nos acercamos a Kaito, que estaba sentado en el catre.
-Kaito...
-¿Ah?
-Soy Rin.
-¿Rin? ¿Por qué estás vestida como chico?
-Larga historia.
-¿Estás bien?
-Si, te sacaremos de aquí.
-¿Sacaremos?
-Recibí algo de ayuda -dije volteando a ver a Oliver y Yuma.
-Oh, ¿sobornaste al guardia y al primer ministro?
-¿Sabes quienes somos? -preguntaron Oliver y Yuma.
-Larga historia.
-Bueno, vamos a abrir la reja. No hagas un escándalo.
-Si.
Abrimos la celda y Kaito salió cuidadosamente de ahí. Kiyouteru voló de mi hombro y se fue a adelante. Ahí frente a una celda se detuvo a aletear. En la celda estaba Rinto sentado con los ojos rojos.
-Rinto. Soy Rin.
-¿Rin?
-Vengo a sacarte de aquí. No hagas ruido.
Lo sacamos y después seguimos la misma dinámica liberando a Lenka.
-¡Gracias a Dios que estás a salvo?
-¿A Dios? Jaja, que alejado de la realidad -dijo Kaito riéndose.
-Es un decir tonto -le respondió Lenka indignada.
Avanzamos con la ayuda de Kiyouteru y subimos las escaleras al primer piso, pero Oliver nos detuvo.
-Un segundo, ¿dices que son cinco, verdad?
-Ellos si.
-Será arriesgado ir todos arriba. Yuma, llévalos a la salida secreta.
-Si, señor.
-¿Salida secreta?
-Son túneles que se construyeron en la guerra, y casi nadie los conoce. Meiko no se atrevería a entrar ahí.
-Está bien.
-Si, y podríamos ir a buscar a Yuki y la señora Lucía.
-¡Si!
-Entonces, nos vemos. Rin, ten cuidado -dijo Kaito sosteniendo mi mano.
-Aré todo lo posible. Entonces, nos vemos -dije y Oliver y yo seguimos caminando.
-Cuídate Rin -dijeron Lenka y Rinto.
Asentí y seguimos nuestro camino subiendo por las escaleras. Nos acercamos a una celda donde estaba Haku.
-¡Rin querida, estás bien!
-¿Soy muy reconocible así?
-¡Te reconocería siempre!
-Sal de ahí -dije y Oliver abrió la reja.
Haku salió de la celda y me abrazó cálidamente.
-¿Len está cerca?
-Está a una celda de mi. Está mal...
-Lo sé. Lo lastimaron -dije con una cara triste.
-Ve por él.
-Si.
Corrí a su celda y me partió el corazón verlo ahí dormido. Su espalda estaba muy marcada por los rasguños y temblaba del frío. Abrió Oliver la celda y yo solo me aceruqué rápidamente a Len.
Él abrió los ojos lentamente y yo solo pude abrazarlo lo mejor que pude tratando de no lastimar su espalada y que mi rostro no tocara su piel.
-Oh Len, cuanto lo siento -lloré un poco y luego me separé del abrazo.
-Rin, no te preocupes, ¿de acuerdo? Hice lo que tu también hubieras hecho -dijo sonriendo.
-.... -No dije nada y solo me sequé las lágrimas.
-¿Cómo están todos?
-Ya están libres. Fueron a buscar a Yuki.
-Oh, bueno jeje. ¿Y cuál es el plan?
-¡Cuál plan ni que nada! Te vas a quedar a descansar. Debes estar muy adolorido.
-No estoy tan mal. Ya no me duele tanto. Me han ocurrido cosas peores.
-No puedo ni imaginarmelo.
-Quiero ayudar, aunque sea un poco, ¿si?
-...
-Por favor, aunque sea como carnada o algo.
-De acuerdo, pero después de eso tendrás que estar reposando, ¿entendido?
-Vale. Entonces ¿seré la carnada?
-No, la carnada voy a ser yo. Es a mi a quien quiere, será más fácil que se preocupe de mi que por ti.
-¿Y nosotros que haremos? -preguntó Haku.
-Ustedes van a buscar ese dichoso cuchillo. Sospecho de un lugar donde puede estar.
-Oh, bueno.
-Entonces, vengan con nosotros. Yo y Oliver iremos con Meiko y ustedes serán guiados por Kiyouteru para llegar a su despacho.
-De acuerdo, entonces, vámonos.
Len se levantó de la celda. En eso notamos que no traía camisa.
-Etto... Bueno, jeje.
-Ponte esto -Haku se quitó su suéter y se lo dio a Len.
-Gracias.
Len se lo puso y todos salimos de la celda. Oliver y yo íbamos caminando hasta salir al primer piso. Afuera habían varios guardias jugando a ajedrez sin prestarle ni una pizca de atención a su trabajo.
-... -voltee para atrás y vi como Len y Haku salían y se iban.
-¡A trabajar idiotas, por eso se escapan los criminales! -les gritó Oliver llamando la atención de los guardias.
-¡Si señor! -contestaron estos levantándose y yéndose cada uno a su puesto.
-Idiotas...
Seguimos caminando y Oliver puso su espada custodiandome.
-Tenemos que empezar la obra de teatro -dijo.
-De acuerdo.
Seguimos caminando hasta salir del palacio.
-¿Tú sabes dónde está?
-Si, probablemente esté asaltando el almacén de licor, cuando las cosas no le salen bien se emborracha.
-...
-...
-¿Por qué me ayudas?
-Es más por un acto de rebelión. Su sentido de la justicia es asqueroso.
-Concuerdo contigo, pero sé que no es solo eso.
-¿Lees la mente o eres una clase de bruja?
-No, bueno, más o menos -dije moviendo mi mano.
-Es más personal de lo que crees.
-¿Si?
-Digamos que ella me eliminó de mi título como hijo.
-¿Hijo?
-Mi padre era su hijo mayor, León, pero ya que nací de un romance inmoral decidió desaparecer a mi madre y usarme como su esclavo.
-... Ese León era un mujeriego, ¿eh? Jeje.
-¿Lo conoces?
-Trabajé para él hace un tiempo.
-Oh, ya veo. Esto, ¿por qué dices que es un mujeriego?
-Él tuvo una aventura con mi madre... De ahí nací yo.
-¿Qué? ¿Entonces tu eres..
-Si, creo que si.
-¿Mi media hermana?
-Valla... Es muy sorprendente...
-Entonces tengo más familia jeje.
-Veo que si.
-Entonces venguemos a nuestro padre...
-¿Vengarlo?
-Ella lo envenenó. No sé sus motivos pero sé que lo hizo por un bien para ella.
-... ¡Hay que matar a esa bruja!
Los dos seguimos caminando, topándonos con varios guardias y sirvientes, que me miraban extraño pero no decían nada, ya que Oliver estaba a mi lado. Agradecía que fuera una tabla, así era más fácil ocultar que era una mujer.

Narra Kaito:

Entramos en los túneles con la ayuda de ese guardia, el nos guió hasta salir de el túnel. Estábamos enfrente del castillo, varios guardias estaban en los alrededores, ¿que irónico, no? Mejor estaban cuidando la puta entrada en lugar de a los reos.
-¿Saben dónde viven esas personas que están buscando? -el chico de pelo rosado preguntó.
-Rin mencionó hace un tiempo que vivían en una pequeña mansión pegada al castillo, a unas cuadras.
-Entonces los voy a guiar a la entrada, a partir de ahí ustedes continuarán solos, ¿está bien?
-Si.
Caminamos hasta la entrada del castillo, y luego de mirar a los lados para comprobar que nadie nos estuviera siguiendo (más la ayuda de Kiyouteru).
-Bueno, suerte con lo que estén haciendo. Le recuerdan a Rin que me debe una cita.
-¿Cita?
-Larga historia.
-Se lo diré -dijo Lenka.
-Entonces gracias por la ayuda -dijo Rinto.
-No hay de qué.
El chico de pelirosa abrió una puerta más pequeña, para peatones. Nosotros salimos y después nos despedimos de el para ir a buscar a Yuki.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora