Cap.47 Requìem

64 5 0
                                    

Narra Len:

-¡Por décima vez, ¿dónde están Rin y Kiyouteru?!
No estaba ya en mis cinco sentidos, me dolía todo el cuerpo, mis brazos colgaban de las cadenas y me provocaba un dolor horrible. Estaba sudando frío y la espalda me ardía como el infierno.
-....
-¡Ya me cansé de esto! Dell, Yuma, llévenlo a la orca. ¡Aquí mismo lo voy a ejecutar!
Los dos tipos me soltaron de las cadenas y me dejaron caer, golpeándome en el suelo. Ellos me tomaron arrastrándome y llevándome a un escenario donde estaba la orca. Ellos me amarraron las manos y me rodearon el cuello con la soga. Uno de ellos se puso a mi lado, el de pelo rosado, Yuma, y el otro, Dell, se fue a donde estaban las palancas.
-Soy muy compasiva, tienes cinco segundos para decirme o si no voy a matarte ahora. Uno....
Yo no hablaría, no tenía nada que decirle.
-Dos....
Espera, no no me quiero morir. Será doloroso.
-Tres....
Tengo muchas cosas por hacer.
-Cuatro...
No no no, Rin... Hermana, hermano... Amigos.
-Y....
Ya lo sentía, este era el momento de mi muerte. Estaba totalmente resignado, ya no había nadie para salvarme. Al menos voy a poder reunirme con mi papá, mi madre y mi amigo Gakupo... Era lo único que me reconfortaba.
-¡Espere, su majestad!
-¡¿Qué?! Ah, Oliver, eres tú. Has regresado.
-Si, regresé rápidamente de mi viaje a Mirai.
-Oh, valla.
-Si... Espera, ¿qué es todo esto?
El chico volteó a verme, supongo mi cara y yo en general lucía lamentable.
-Ah, ¿él? Bueno, ¿recuerdas a los fugitivos ladrones que estaba buscando?
-Si...
-¡Bueno, enfrente de ti está Len Kagamine!
-Pero, mi reina. No puede ejecutarlo aún, necesitamos hacer un juicio en su contra y mostrar testigos.
-¿No confías de mi palabra?
-Claro que si, es solo que es lo que hay que hacer.
-Pero...
-¿Se da cuenta de lo perjudicial que puede ser para usted que se sepa que ejecutó a un chico solo porque si?
-En eso no te equivocas.
-Además, el es necesario para darnos pruebas.... Si la gente se entera de que azotaste a este chico, ¿qué va a pensar la gente?
-Tienes razón. Bien, Len por hoy te salvas, pero para la próxima te voy a ejecutar. Llévense a este chico y encierrenlo en su celda.
-Si, señora.
Los guardias me quitaron la soga del cuello y me tomaron de los lados. Yo no podía caminar, me dolían los pies y solo quería recostarme. Iba caminando casi arrastrándome. El chico que no conocía abrió la puerta de hierro y salímos de ahí. Afuera estaba tan frío y oscuro, solo siendo iluminado por una antorcha. Caminamos por el pasillo hasta llegar a mi celda. En el camino pude ver a mi hermana dormida con la poca luz que había y Kaito en su celda igual. El único que me miró fue Rinto.
-¡¿Pero que demonios?!
No dije nada, no tenía las fuerzas para hablar o mover mi boca. Solo quería dormir...
Subimos unas escaleras hasta que llegamos a mi celda.
-¡Len!, ¡oh por Dios, ¿qué demonios te hicieron?
-Señorita Haku...
-¡No! Espera, ¿qué te han hecho? ¡No puedo verte pero sé que estas herido!
-Estoy bien... Ah...
Los tipos me desataron y metieron en la celda. Yo solo me dejé caer en el suelo frío y ya no escuche nada más, solo cerré mis ojos.

Narra Rin:

Estaba oculta detrás de una pared, solo esperando a que saliera Oliver. La puerta se abrió pero de ella no salió él, salieron dos guardias y Len. Lo miré de cerca y pude notar que no tenía camisa y su espalda... Estaba totalmente roja con grandes rasguños, sangre y pedazos de piel arrancados... Su cara estaba afligida. Los dos guardias lo hacían caminar sin ningún tipo de compasión, el se iba a desmayar en cualquier momento. El corazón me dolía y empecé a llorar en silencio. Tenía tantas ganas de acercarme a el y poder abrazarlo y curar sus heridas. Solo quería salvarlo y sacarlo de este lugar... Caí en el suelo antes de darme cuenta y sollozé un rota en silencio. Hubiera preferido mil veces que yo estuviera en su lugar, porque el no tenía nada que ver... Y todo por mi culpa... Si de seguro nunca hubiéramos entrado a esa mansión a buscar a Haku, nada de esto estaría ocurriendo. Yo fui la que le obligó a ayudarme, y encima yo...

Narra Len:

Me desperté luego de un tiempo, el lugar en el que estaba ahora era frío... Estaba en el suelo. Mi camisa había sido arrancada, y me sentía más friolento que de costumbre. Me intenté levantar un poco pero el dolor de los latigazos seguía presente. Intenté levantarme una segunda vez lanzando un pequeño grito de dolor.
-¡Ahg!
Me acomode encima de la litera y me cubrí con la delgada cobija.
-Len, ¿estás bien?
Era la voz de Haku, que se oía preocupada.
-Estoy bien -dije con la garganta seca. Me dolía un poco por la falta de agua y el haberme aguantado los gritos.
-¿Qué te hicieron?
-Nada que puedan lamentar.
-Oh Len...
-...
-¿Te lastimaron?
-....
-... ¿Tienes frío?
-Un poco.
No escuché nada y solo sentí como algo caía enfrente de mi celda. Me acerqué lentamente y era una cobija amarrada a una piedra.
-Cúbrete con eso.
-Usted lo necesita, hace frío y yo ya tengo una.
-Estás sin playera, la necesitas más que yo. Úsala, es una orden.
-... Está bien.
La alcancé como pude y me la puse encima. El frío comenzó a disminuir y yo me recosté de nuevo en el catre boca abajo para que mis heridas no dolieran.
-Has estado durmiendo, ¿verdad? -preguntó Haku.
-Supongo -dije intentando recordar hace cuanto tiempo llgué a la celda de nuevo.
-....
Tenía algo de hambre, estaba preocupado por mis hermanos, de que si ellos tenían frío o les habían hecho algo como a mi... No lo creo, no obtuvo respuestas conmigo, y Kaito ni Rinto ni Lenka iban a saber, mucho menos Haku.
El sonido de la reja abriéndose me despertó, y ante mi estaba el guardia de pelo rosa, y uno que no había visto antes con una capucha estaban frente a mi. Miré más atrás y estaba el chico de pelo rubio que había interrumpido mi casi ejecución hace un rato. El guardia desconocido se acercó a mi y me abrazó.
-Oh Len, lo lamento tanto.
Reconocí esa voz, era la de alguien que yo conocía, Rin.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora