Cap.46 El palacio de justicia

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Narra Rin:

Busqué por todos lados tanto como se me permitía, en los establos, los jardínes, y hasta en el lugar donde Len había dicho que encontró a Haku y Kiyouteru. Solo me faltaba un lugar, al menos para mi y donde yo creía más probable que estarían encerrados mis amigos, el palacio de justicia. Me acerqué a el palacio caminando detrás de los arbustos, rogando al cielo que no estuviera trabajando el jardinero. Logré acercarme un poco más, sin apartar la vista de mis alrededores, hasta que sentí que algo me detenía. Voltee sigilosamente y ví a Kiyouteru en su forma de canario parado en mi hombro.
-Ah, me sacaste un gran susto...
Kiyouteru solo negó con la cabeza y luego voló de mi hombro elevándose en el cielo. Dió unos pequeños aleteos con sus alas.
-Ah, te sigo, está bien -le dije en voz baja y el empezó a moverse. Entendí rápidamente la dinámica. El se volaba una pequeña distancia, y para que yo avanzara aleteaba un poco. Así íbamos avanzando poco a poco, hasta que un sonido llegó a mis oídos.
-¡Ah, esa estúpida Rin logró escapar! ¡Yuma! -era Meiko, quien venía caminando exhusta y el guardia de pelo rosa se acercó a ella.
-¡¿Si mi señora?!
-¿Cuántas personas capturaron?
-Eran cinco, su majestad.
-Descríbemelos..
-¡S-si! Era un chico de cabello azul y ojos del mismo color, tres chicos rubios, y una mujer de pelo blanco.
-¿Tres chicos rubios?
-Si, una chica de pelo largo amarilloso y ojos azules, un chico alto y fuerte de pelo igual de amarillo y ojos azules, y un chico como de esta altura con las mismas características que los otros. Al parecer eran hermanos -dijo el guardia señalando la altura de el que yo creo era Len.
-Dime, Yuma... ¿No había entre ellos una chica de pelo rubio corto y ojos azules?
-N-no, su majestad.
-¿Y un hombre de pelo y ojos cafés y gafas?
-Tampoco, señora.
-¿Sabes qué ordenes te di?
-S-si -el chico estaba asustado.
-Repítemelas.
-Eh... Usted dijo que teníamos que atrapar a una mujer de pelo blanco, un chico de pelo azul, un hombre de pelo café y gafas, y una chica de pelo rubio corto y ojos azules y un chico rubio de las características parecidas a las de chica rubia...
-¿Y tú atrapaste a alguien con esas características?
Meiko estaba furiosa, podía sacar fuego de los ojos para quemar al pobre chico, que estaba asustado.
-S-solo a el de pelo azul, la de pelo blanco y el de pelo rubio...
-¡¡Idiota!!! ¡¿Cómo es que tengo guardias tan idiotas?! ¡Tenías que atraparlos a los cinco!
-Lo siento, su majestad.
-¡Estúpido! ¡Para la próxima vez te voy a enviar a la orca!
-...
-.... ¿Dónde los encerraron?
-En las mazmorras.
-¿Les quitaste sus cosas?, no quiero que tengan ni un pasador o algo.
-Si, mi señora.
-Bueno, al menos haces algo bien. Entonces lleva a ese chico rubio chaneke a la sala de hierro.
-¿L-la s-sala de hierro? Pero mi señora, no puede llevarlo ahí hasta que se halla hecho un juicio en...
-¡Cállate! Tú no eres nadie para decirme que hacer. Tú solo eres un simple guardia.
-Si, señora.
-Ahora llévalo.
-Si...
El guardia se alejó y entró a el palacio de justicia. Meiko se quedó de pie mirando a sus lados y luego también entró al palacio. Me esperé unos segundos y luego con la ayuda de Kiyouteru también entré al palacio. Era muy extraño, no había ni un guardia vigilando el lugar. Me oculté y seguimos la misma dinámica para poder avanzar. Seguíamos a Meiko para poder saber a donde se dirigía. Ella se detuvo a unos pasos de unas escaleras y las bajó detenidamente. Yo me detuve escondiéndome detrás de unas armaduras, pero desafortunadamente perdímos a Meiko de vista. Kiyouteru se fue a buscar a Meiko y yo me esperé ahí. Lamentablemente logré mover un poco la armadura y esta hizo un ruido metálico, y la espada que tenía se callera. Di un pasó atrás pero choqué con algo.
-¿Quién eres? -ante mi estaba un chico que parecía ser más joven que yo con un parche en su ojo izquierdo.
-Ah...
-Sal de aquí. Los intrusos no pueden estar en este lugar.
Lo miré un poco mejor, se veía muy bien vestido con un traje negro que lo hacía ver un poco más adulto de lo que seguramente era.
-Yo...
-Si no sales ahora tendré que arrestarte...
-¡No! Espere... Necesito ver a alguien, por favor.
Mi capucha se calló y mi pelo pudo verse.
-Un momento... ¡Espera! ¿No eres tú la fugitiva que está buscando Meiko?
-S-si.
-Entonces tengo que arrestarte aún así.
El chico me jaló del brazo, pero yo logré forcejear y soltarme.
-No, espere... Esa mujer me está buscando injustamente.
-Entraste al castillo y robaste cosas ¿Por qué debería creerte?
-¿Por qué deberías creerle? Ella solo dijo eso para poder arrestarte y asesinarme, por solo un resentimiento... Me está encarcelando injustamente.
-¿Si fuera así entonces porque estabas escondiendote?
-Porque ella quiere mi cuello, además, ella tiene apresados injustamente a mis amigos.
-...
-Si quiere arrestarme puede hacerlo, pero al menos déjeme ver a mis amigos por última vez... Y no les haga daño.
-.... Ven conmigo... Solo no hagas ningún ruido. Ponte la capucha.
Asentí y ambos bajamos las escaleras con mucho cuidado. Pronto frente a mi se acercó Kiyouteru como ave y se puso en mi hombro. Nosotros seguímos caminando hasta estar enfrente de un largo pasillo con celdas a los lados. El lugar era muy oscuro, y lo peor es que el chico no tomó ni siquiera una antorcha para poder ver. Estaba haciendo un frío horrible y olía a humedad.  Caminando un poco más pude ver en una celda a Haku.
-Rin...
La escuché susurrar. Yo solo le asentí con la cabeza. Bajamos unas escaleras y ahí estaban en celdas diferentes Kaito y Rinto. Ellos no me vieron, estaban muy decaídos al parecer. Avanzando un poco más pude ver a Lenka, que estaba al parecer dormida en un catre. Mis nervios comenzaron a hacerse presentes cuando hice cuentas y faltaba alguien; Len. No estaba en ninguna celda, y no parecía haber estado en una. Luego recordé lo que Meiko había dicho; "llévalo a la sala de hierro". ¿Y si lo torturaban? Estaba realmente asustada de que le hicieran algo, podían matarlo. Solo deseaba que no fuera así, él era alguien que yo amaba, habíamos vivido juntos, la primer persona que llegué a odiar, la primera persona que me consoló al perder a Gakupo, y la primer persona que se ofreció a ayudarme a buscar a Yuki... Él que estuvo siempre a mi lado. No quería que el muriera, no podía perderlo. Estaba muy frustrada, ¿por qué nunca me di cuenta antes? El siempre se preocupaba por mi y estaba a mi lado, y sin embargo, yo nunca reconocí eso. Estaba tan encerrada en mi tristeza y mi depresión que no me tomé el tiempo de pensar en el y en su estado mental. Solo al conocerlo lo juzgué mal y lo taché de egoísta y apático. Siempre esperaba una disculpa por parte de él, pero yo tampoco me disculpé con él.

No podía dejar que el se muriera o le hicieran daño.... No aún. ¿Por qué nunca me di cuenta de que lo amaba?

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora