Cap.49 Nuevas verdades

50 2 0
                                    

Narra Len:

Logramos escapar exitosamente de la vista de los guardias, gracias a Kiyouteru, claro. Haku al tener un poco sus poderes lograba lanzar pequeñas ráfagas de viento para poder distraer a los guardias. Llegamos a la salida trasera del palacio, extrañamente tampoco estaba ningún guardia vigilando, todo esto me daba muy mala espina.

Haku no pensaba como yo, más bien decía que esto era porque Meiko era una persona muy confiada en el pasado, y tal vez por eso no tenía tanta seguridad, pero yo no creía esa excusa. Hasta cierto punto, si eres el rey o reina en su caso de un país, tienes que tener seguridad, si algo eh aprendido es que siempre va a ver alguien que te ataque, más si eres la reina y tienes a toda una nación enemiga. En fin, como dijo Haku, era mejor no preguntarmelo tanto y seguir con el plan que habíamos hecho. Salimos del palacio y ya afuera corrimos en dirección al castillo. A lo lejos pude ver a Rin y Oliver entrar sin ninguna complicación.

Narra Rin:

Ya dentro del castillo, caminamos en dirección al almacén de vino. Se sabía que Meiko le encantaba el alcohol, en especial el sake, y lo bebía siempre. Atravesamos el salón principal y unos cuantos pasillos hasta llegar a la cocina. Ahí estaban Piko y Yukari, los cuales estaban lavando trastes y en el caso de Piko lavar verduras. Los dos me miraron extrañamente, y me intentaron hablar, pero al ver mi uniforme de soldado, solo hicieron una cara rara y yo les guiñé el ojo. Pasamos por otra puerta y quedamos dentro de un largo pasillo, que al final solo se podía ver una puerta de madera y una placa que decía: almacén de Meiko. Oliver se asomó por la perilla de la puerta para ver si estaba Meiko, y efectivamente, estaba sosteniendo una botella mientras decía unas cuantas maldiciones. Él tocó la puerta y luego sonó una voz que decía: ¡¿quién?!. Oliver le contestó un: soy Oliver, mi señora.
-Ah, pasa Oliver -hip-.
Entramos y la vimos descortésmente sentada en el suelo. Era realmente descortés, una persona, (o ella misma menos borracha) llegara a verla en ese estado seguramente la reprocharía. Y aún así su imagen elegante no se perdía, sostenía con mucha elegancia la botella y le daba sorbos muy pequeños.
-¿Qué quieres? -pregunto, al parecer no me estaba viendo.
-Encontré a la chica que estabas buscando -Meiko se volteo bruscamente hacía mi y sonrió.
-¡Vaya, al fin llegas querida! ¿Cómo estuvieron las cosas? -hip- ¿disfrutaste tu pequeño momento de libertad jaja? -hip- Espera un segundo.... ¿Por qué tienes el uniforme de la guardia?
-Esta chica se infiltró en el castillo y robó uno de los trajes para hacerse pasar por guardia y rescatar a un par de personas -Oliver recargó más la espada en mi espalda.
-¿Quién lo diría -hip- la pequeña niña tomando un poco de valentía? Eso es nuevo jijiji.
-¡No soy una niña! -grité con enfado sobre ella. La verdad no supe porque lo hice, fue más bien por un impulso.
-¡No me resongues, chica insolente*! -Meiko se me acercó y me cacheteó (como en toda novela mexicana que se respeta, debe de haber una cachetada)- ¡Por mucho que digas que eres una adulta todavía sigues siendo igual de inmadura! ¡Solo eres una niña jugando a ser una adulta!
-¡Y tu eres una anciana jugando a ser una adolescente solo porque el chico que amaba no se fijó en ella! ¡Todo el tiempo has estado actuando así solo por tu berrinche de amor no correspondido!
-¡Cállate estúpida! -me agarró del pelo y me lo apretó.
-Entonces, ¡¿quién de las dos es la más inmadura?!
Meiko me tumbó al suelo y puso su pie encima de mi.
-Vamos Meiko, solo estás encaprichada, ¡ya ni siquiera te gusta Kaito!
-¡Pero por supuesto que no!
-¡¿Y si es así por qué continuas con esto?!
-Eso no te incumbe - ella recargó más su pie haciendo que yo soltara un quejido de dolor.
-M-me incumbe porque estás arruinando todo lo que me ha costado trabajo construir.
-¡Pero q-
-¡Mi señora! No debería maltratarla tanto. Sería muy problemático ver a una chica saliendo del almacén lastimada -intervino Oliver tomando del brazo a Meiko.
-Ah... Tienes razón, mejor llévala al salón de hierro... Ahí le daremos su merecido.
-¡Pero antes tenemos que hacerle un juicio! Tenemos que juzgar correctamente sus crímenes y determinar cual es la pena que merece!
Meiko solo encajó más la aguja de su tacón en mi espalda y yo lanzé un grito sordo de horror.
-Eso es correcto. La basura debe tirarse en el basurero.
Meiko quitó su pie de encima mio y yo solté un ligero suspiro aliviada.
-Entonces, vamos a hacer una audiencia ahora mismo. Prepara a los fiscales -dijo ella y Oliver asintió.
-Si, señora.
Oliver me levantó tomándome del brazo y "custodiándome" con su espada. Meiko abrió la puerta del almacén y los tres salimos de ella.

Narra Len:

Seguimos con nuestro camino entrando por la entrada trasera de sirvientes, sería más laborioso llegar desde ahí pero era la ruta más fácil que teníamos. Dentro del castillo habían varias personas, sirvientes, maids que realizaban diversas labores. Cuando entramos llamamos la atención de la mayoría de presentes, sin embargo no fue tan problemático. Caminamos a paso veloz entre los sirvientes para no llamar mucho la atención. Llegamos delante la puerta del despacho de Meiko, que suerte que ya se estuviera haciendo de noche, ya que algunos sirvientes ya no estaban por esa zona. Lamentablemente la puerta tenía una llave, que no sabíamos su ubicación. Intenté jalar la manija con fuerza, pero esta no se abría. Haku me ayudó pero al igual que yo no pudo. Pronto, sentí una palamda en mi hombro y me voltee ferozmente buscando al responsable. Delante de mi estaba Nero con una cara seria y confusa.
-¿Len? ¿Buscabas algo en el despacho de mi madre?
No sonaba molesto o ni siquiera trató de alejarnos de ahí.
-Etto bueno..
No dijo nada y usmeó en su bolsillo sacando una llave y estirandomela en la cara.
-Me agradeces luego. Solo intenta no morir, ¿quieres?
-Muchas gracias -pronuncié y el se puso un poco rojo... Que raro.
-De nada -dijo y se dio media vuelta para luego marcharse.
Yo puse la llave en el cerrojo y está encajó fácilmente. Abrimos la puerta y dentro todo estaba muy limpio y ordenado, olía a mucho perfume y habían muchas decoraciones por todos lados.
-Yo busco en los cajones, tú en los estantes -Haku se acercó a uno de los estantes y yo asentí con la cabeza.
Pasamos vario tiempo buscando, habían muchos armarios y cajones por donde buscar. Me acerqué a su escritorio y pude ver los papeles que estaban ahí. No les di mucha importancia hasta que leí una palabra que si me había aprendido a rajatabla: Rin.
-Haku, mira esto -dije y ella dejó lo que estaba haciendo para venir conmigo.
-Son... ¿Expedientes?
-No lo sé.
-Oh, entonces los leeré para ti.
Haku tomó el documento que decía el nombre de Rin y comenzó a leerlo en voz baja.

Nombre: Rin Megurine
Edad: 1 año
Es una bebé complicada, al parecer tiene un pequeño problemita. Su madre al contratarte me dijo que era alérgica a muchas cosas y que por eso no debía ser tocada, pero no lo . No que le pasa a esa bebé pero al parecer mis queridos hijos se llevan bien con ella, aún sin contacto físico.

-¿De quién será esa nota?
-No sé, pero hay más.
Luego tomó otro papel más.

Nombre: Rin Megurine
Edad: 2 años
Hace un tiempo y después de escritos varios reportes, me han dicho que ella en realidad no padece una enfermedad, sino que ella es portadora de "un hechizo o maldición" y me han ofrecido que deje de cuidarla, sin embargo, yo me eh negado rotundamente, sobre todo por mi hijo Len, que es el que más la aprecia.

-No puede ser... -Haku se tapó la boca con la mano- La autora de todo esto es... Tu madre Len.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora