Cap.12 Llegando a Mitsaki parte uno

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Narra Len:

Estábamos abordando el barco. Los cuatro íbamos bastante nerviosos, en especial Rin, quién se mordía las uñas y jalaba su vestido. Si yo estuviera en su lugar, también me sentiría igual. A pesar de que no habíamos hablado mucho en el viaje de Yamatsaki a aquí, la comprendía un poco más. Para empezar, ella era la niña que había visto en el bosque hace ocho años. Era una coincidencia increíble, ni yo me lo esperaría, pero de cierto modo su cara se me hacia familiar. Según lo que me contó había vivido toda su vida encerrada en esa mansión y que su madre era la señora Luka, una mujer de la que no sabíamos mucho, pero aún así era muy respetada en el pueblo, y más por su belleza envidiable. Yo tenía mis sospechas de ella, pero realmente no me importaba. Luego había ocurrido lo que nos contó el otro día. Al parecer buscaba a la única persona inmune a su "maldición", una vieja amiga de su madre, la señora Haku. Lo curioso es que ese nombre se me hacía conocido. Aunque era de esperarse, no había sabido mucho más. En cambio, Gakupo y ella eran cada vez más unidos, se hablaban demasiado y se hicieron buenos amigos. Ella estaba enamorada de él, era evidente, lo mires por donde lo mires. Supongo que mi amigo también estaba enamorado de ella y como no. Eran tal para cual, ambos se complementaban de cierto modo. Durante todo el viaje había estado retractándome sobre lo que le dije a Rin ese día y me esforcé lo suficiente para enmendar mi error. Me había comportado como una verdadera basura: había negado los sentimientos de mi amigo hacia Rin, y le había roto el corazón a ella. Trataba de hablar bien de Gakupo frente a ella y trataba de acercarlos un poco más, y esto tuvo algo de éxito. Sin embargo, una parte de mi se sentía mal... muy mal. ¿Será que había comenzado a sentir algo por Rin? Lo dudo, porque cuando me gusta alguien, lo acepto a la primera sin dudarlo.

Narra Gakupo:

Ya a bordo en el barco, fuimos a nuestro camarote, con el dinero que poseíamos nos habíamos podido dar el lujo de tener cada uno el suyo. Cada quién se fue por su lado, eran apenas las doce de el día, pero estábamos bastante cansados. Yo por mi parte me tomé una siesta, estaba bastante cansado como para acomodar mis cosas. Si todo salía bien de seguro llegaríamos a Mitsaki mañana en la mañana. Pasaron un par de horas y me desperté. Chequé mi reloj de bolsillo y eran las dos de la tarde. Me levanté de la cama y salí de el camarote. Subí a la cubierta de el barco y ahí estaba Rin, sentada sujetando su lápiz y sacándole punta con el cuchillo que le había dado Yuki.
-Es un cuchillo afilado, deberías tener algo de cuidado- dije y ella se giró hacia mi.
-Creeme que lo se, me corte con el hace una semana- rió y yo también reí.
Nos sentamos un rato mirando el mar y ella sacó su libreta y se puso a dibujar. Yo solo la miraba, su cabello era hermoso cuando lo movía el viento y sus grandes ojos expresivos tenían un brillo singular. Pero al mirar sus manos me puse triste. Tal vez suene cursi, pero me dolía el hecho de que nunca podría tomarla de la mano sin que terminara siendo algo "mortal". Nunca podría abrazarla correctamente y mucho menos besarla. Tal vez con guantes podría tocar sus manos, tal vez con una bufanda (o cubrebocas :) podría besar sus labios o quizás con una bata podría darle un abrazo. Pero el hecho de no poder sentir el calor de sus manos me dolía.
-Es un lindo día. El solo brilla hermoso... Quiero capturar este hermoso momento- dijo ella sin dejar de ver lo que hacia.
-¿Lo vas a pintar?- dije viéndola a los ojos.
Rin dejó de lado su libreta y lápiz y se acercó a mi.
-Se que es algo riesgoso, pero no puedo evitarlo- Rin se acercó a mi y puso sus manos en mi pecho- solo no me toques la piel ni cabello.
Rin me abrazó de un momento a otro y recargó su cabeza en mi pecho. Yo era lo suficientemente alto como para que no pudiera tocarla. Después de asimilar la situación, correspondí el abrazo abrazándola por la cintura. Unos segundos después nos separamos y nos quedamos mirando.

Narra Rin:

No sabía ni que acababa de hacer, fue un impulso. Su pecho era cálido y pude sentir los latidos de su corazón algo apresurados pero que al mismo inspiraban tranquilidad. El rodeó sus manos en mi cintura y sentí mis mejillas arder. Nos quedamos mirando después de finalizar el abrazo, ambos sonrojados, pero luego me dijo con una sonrisa algo que nunca olvidaría.
-Sabes Rin, desde que te vi te imagine como una estrella en el cielo, una estrella que era pequeña y distante, pero muy brillante. Desde hace ocho años yo presentía que eras alguien excepcional y ahora se que tu eres la estrella que necesito... La estrella que lo iluminará todo.
Hizo una pausa momentánea y miró a otro lado. Luego de unos segundos volteó de nuevo.
-Se que es muy pronto y que nos acabamos de conocer pero...

Narra Len:

Mi amigo lo había logrado. Rin estaba ahora a sus pies, ella ahora era suya. Estaba observando todo detrás de unos barriles. No soy un experto, pero cualquiera que tuviera esta vista en frente, pensaría que se trata de una historia romántica.
-Yo quería decirte que....- dijo Gakupo rojo como un tomate.
Me hice a la idea de aparecer de la nada e interrumpirlos, pero no lo hice. ¿No es eso lo que intentaste todo este tiempo, Kagamine Len, reparar lo que habías destruido? Ni yo sabía mis verdaderos sentimientos, pero ahora era evidente. Me sentía atraído por Rin.
-¡Me gustas! Desde que te vi pensé que eras la chica más hermosa, inteligente y divertida y yo quería decirte que, en el futuro me quiero casar contigo- Gakupo estaba casi morado y Rin igual, se veían a pesar de la distancia sus pupilas dilatadas- si tu no sientes nada por mí, lo entenderé.
Se acabó. Estaba a una frase de perderla. "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Vaya, ese dicho si que aplicaba para mi. En ese pequeño instante me puse a pensar que habría sucedido si yo me hubiera comportado desde el principio. ¿Qué hubiera pasado si la hubiera tratado bien? ¿Qué hubiera pasado si no la ofendía? ¿Qué hubiera pasado si no la hubiera hecho llorar? ¿Estaría en el lugar de Gakupo? No lo sabía, y mis preguntas quizás nunca tendrán una respuesta. Él ganó la batalla que nunca inició y por la que no dí pelea. Solo quedaba aceptarlo y vivir apoyando a mi mejor amigo.
-Yo... tu también me gustas Gakupo. Aunque no sabía que fueras un chico tan lindo y al ser amigo de Len pensé que eras igual a él, pero luego pude notar que eras el tipo de persona que me complementaba y también alguien muy divertido y simpático.
Sentí una gota resbalar por mi mejilla izquierda. "Al ser amigo de Len, pensé que eras igual a él". Me sentía horrible. Aunque no era la primera vez en que me rompieran el corazón, no había llorado ni mostrado algún sentimiento, para mi era algo pasajero con lo que uno podría lidiar. Es irónico, ¿no es así? Hace más de una semana había dicho que ni siquiera recordaría su nombre y ahora no me la podía sacar de la cabeza. Esto me sirvió para poner los pies en la tierra y bajarme de el trono en el que yo solo me había metido. No quería ver más esa escena y sin más, silenciosamente me desaparecí de allí y me fui a mi camarote. Me senté al borde de la cama y de mi maleta saqué una rosa color amarillo. Desde que la tenía hace menos de ocho años no se habia marchitado en lo absoluto. Según mi padre, la rosa contenía el alma de mi madre. Yo me lo tomé en serio pero luego se río y dijo: "es broma, pero si eres atento, podrás comunicarte con tu madre a partir de ella". Tomé la rosa entre mis manos.
-Ma, ¿qué debería hacer? Todo terminó, pero ¿podría esforzarme? ¿Podría ganar una batalla con solo una vida? ¿Seria egoísta de mi parte estropear lo suyo? No lo sé mamá...Ojalá estuvieras aquí...Ojalá te hubiera conocido mejor.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora