Cap.26 Reencuentro dos

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Narra Len:

Mi vista que antes estaba puesta en la cara de Rin, ahora estaba en sus manos. Era imposible, ese tipo iba a morir... ¿Por qué todavía seguía siendo humano? Y peor aún, ¿por qué tenía sujeta la mano de Rin? Pasó un silencio incómodo, hasta que Lenka lo rompió, para mi buena suerte.
-¿Cómo les ah ido?
-Bien, supongo -Rin soltó la mano de el chico y cerró la puerta.
-¿Por qué el se regresó? -pregunté yo intentando sonar tranquilo, pero en mi interior estaba furioso.
-Le ofrecí quedarse. ¿Hay algún problema con eso? -Rin cruzó los brazos y me miró seriamente.
-Ninguno... Solo...
-No hay ningún problema -mi hermana me interrumpió afortunadamente antes de que cometiera una imprudencia.
-Bien. Supongo que no me e presentado aún formalmente. Soy Kaito Shion, es un placer conocerlos, y quiero darles una disculpa por cualquier molestia ocasionada -Kaito extendió su mano a Lenka y esta la recibió.
-No tienes porque disculparte. Mi nombre es Lenka Kagamine, la hermana mediana.
-¿Son hermanos los tres... ¿O cuatro?
-No, solo Rinto, el chico que hace un rato te abrió la puerta, mi querido hermano Len aquí presente y yo, su servidora.
-Oh. Bueno. En todo caso, un gusto, Len -me extendió su mano y yo le correspondí el gesto lo más cordial posible.
-Un gusto.
Hubo un pequeño silencio pero Kaito rápidamente lo rompió hablando deliberadamente.
-Bueno, yo tengo algunas cosas que hacer. ¿Les molestaría que saliera y dejara mis cosas?
-No hay problema -habló Rin tomando las cosas que traía Kaito en la mano, las cuales habían permanecido a un lado de la mesa- Las llevaré a mi cuarto.
-Gracias. En todo caso, me voy.
-No te preocupes, nosotros también saldremos hoy en un tiempo.
-¿Puedo saber a dónde van?
-... Vamos a...
-No creo que le importe, Kaito -dije evitando que Rin tuviera que responder ese pregunta tan dolorosa de por si para ella.
-Tienes razón. Bueno, de todos modos regresaré tarde -Kaito respondió tomando un bolso- hasta pronto.
Kaito salió de la casa y se dirigió a un lugar que yo desconocía.
-No seas así hermano -Lenka me susurró para que Rin no la escuchara, pero al final lo hizo.
-No importa, de todos modos no quería que se enterara -Rin llevó la maleta a su cuarto mientras se alejaba con una mirada triste.
Por mi parte, me metí al baño a ducharme. Unos quince minutos después salí del baño cambiado, sin peinar mi cabello, el cual estaba un poco más largo que de costumbre. De seguro tendría que cortarlo otro día. Afuera estaba Lenka y Rinto recién llegado porque había ido a entregar unas cuantas cosas a un amigo suyo. Lenka se acercó a mi y hizo que me sentara en la silla mientras tomaba un cepillo y un pequeño listón. Comenzó a cepillar mi cabello y a amarrarlo con el listón.
-Estas muy pensativo. En todo caso, no te lo preguntes tanto. Son cosas que no entendemos. Por ahora, comportarte bien ¿si? Por ella -Lenka a pesar que no la veía sabía que tenía una mirada seria.
-Es realmente extraño... ¿Por qué el...
-Dije que no te lo preguntaras. En algún momento ella nos explicara la situación.
Terminó de acomodar mi cabello y me levanté de mi asiento tomando una manzana de el cesto que estaba en la mesa y sentándome en un pequeño sillón. Pronto Rin se hizo presente en la sala junto con Rinto. Sin decir nada más, salimos de la casa los cuatro. Durante el trayecto no decíamos nada, solo cosas triviales. Caminamos al cementerio, todos con una mirada triste y confundida. Llegamos a la entrada y luego de unos minutos vimos una lápida que tenía inscrito: "Gakupo Kamui, 17XX-17XX, siempre será recordado en el corazón. Descance en paz". A un lado de la lápida estaban la señora Lucía, Yuki, Mayu y la madre de mi hermano, Amy. Estaban ahí de pie sin decir nada, al parecer rezando. Unos segundos después Amy notó nuestra presencia y nos saludó junto a los demás.
-Ah, hola chicos. Perdonen, no los había visto.
-No se preocupe, acabamos de llegar -Rin se acercó a la señora Amy y se abrazaron.
-¡Cuánto has cambiado! Te extrañe demasiado -la que habló era la señora Lucía tomando sus manos (con guantes obvio).
-¡Rin-Sensei!!! -Mayu corrió y abrazó a esta última por la espalda y Yuki hizo lo mismo- ¡Te extrañamos mucho!
Las niñas se soltaron a llorar, de seguro porque la extrañaban mucho. Ambas se calmaron después, y Yuki se acercó a mi al igual que la madre de mi difunto amigo.
-Len... A ti también te extrañe -Yuki me abrazó y yo le correspondí el abrazo. Si que había crecido bastante, ya casi era de mi altura... Si que era un chaneke.
-¿Cómo has estado cariño? -Amy habló dirigiéndose a mi con una sonrisa tranquilizadora y amable.
-Bien, espero que usted también igual -dije devolviéndole la sonrisa, una sonrisa algo forzada. La verdad es que no me sentía para nada bien, y supongo que ella también se sentía igual.
Después todos se saludaron, la señora Lucía y Amy saludaron a todos. Después de eso todos nos pusimos a rezar cada uno en silencio. La verdad, yo no era creyente... No creía en Dios... Era absurdo... ¿Qué clase de dios permitiría que cosas tan horribles pasaran? Me daba repulsión pensar en eso, era ridículo. "Esperar a ser feliz hasta estar muerto", que pensamiento tan idiota. Aún así, recé. Recé a ese Dios tan misterioso, por mi amigo, por el. La amistad era tan maravillosa que incluso me quizo hacer rezar. Acabamos después de unos minutos y nos quedamos en silencio. Rin sacó las flores blancas que llevaba y las puso encima de la lápida.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora