Narra Kaito:
-Te digo que ya cambié, ya no soy como antes.
-Yo nunca te voy a perdonar... Yo no quiero saber nada de ti -dije y acto seguido me levanté de la silla y salí de la habitación. Estaba furioso y fastidiado, pero sabía que un día tenía que verla otra vez, y todavía faltaba rescatar a Haku. Salí del castillo y caminé a casa de Rin. Toqué la puerta y me abrió Rinto, o algo así se llamaba. Me dejó entrar y me senté en la mesa. Lenka, la mayor, se me acercó y me puso una toalla en la cabeza para que me cecara. Luego de unos minutos Rin salió de una de las habitaciones de la casa se sentó a mi lado.
-¿Estuvo todo bien?
-Si. No te preocupes.
-Bueno, ¿quiéres darte una ducha? Te vas a resfriar -Rin frunció un poco el ceño y me dijo que había calentado agua. Yo acepté después de todo y me metí a bañar.Narra Len:
Salí de mi cuarto y vi a Rin sentada a lado de Lenka en la mesa con una taza de chocolate. Me acerqué a la olla donde tenían el chocolate y en una taza me lo serví y me senté al lado de Rin.
-Supongo que les debo una explicación -Rin cruzó los brazos suspirando.
-No tienes que decir...
-Será mejor que se los diga de una vez -Rin sujetó las manos de Lenka y las mías- Esperemos a que llegue Rinto.
Rin soltó nuestras manos y volvió a su pose original. Pronto salió de su cuarto Rinto, con una pijama, al igual que todos. Lenka le dijo que Rin tenía algo importante que decirnos y que se sentara. Rin entonces se enderezó en la silla y se preparó para hablar.
-Se que tienen preguntas pero, pienso aclararlo lo más que pueda. Verán, este chico llamado Kaito...
-Es de mala educación hablar de alguien a sus espaldas, ¿o me equivoco?, señorita Rin -Kaito se hizo presente en la escena y Rin sonrió un poco ante ese comentario.
-No te creas tanto, Kaito. Solo era una mención honorífica -Rin soltó una pequeña carcajada y Kaito también, pero este, a falta de lugar se quedó recargado en una pared.
-Bueno, entonces creo que no debería meterme en este tema. Sin embargo, no puedo permitir que digas algo de mi sin mi consentimiento. Mi información y vida es confidencial.
-Ok. Bueno, como les decía antes de que llegara Kaito, voy a responder algunas de sus dudas -se levantó un poco de su asiento y volvió a acomodarse de nuevo. Al parecer estaba nerviosa- Hoy cuando Meiko me mandó llamar, era para ofrecerme un trabajo dentro del castillo. El trabajo consiste en enseñar de modales a su hija mediana Neru, básicamente me pidió que..
-Fueras su niñera -completé yo con una sonrisa baja- que tonto...
-Si, eso mismo. Por eso mismo...
-¡Es una gran oportunidad! -Kaito exclamó enderezándose y acercándose a nosotros.
-¿Podrías dejar de interrumpirme?
-Si si. Lo siento -Kaito se volvió a recargar en la pared- solo pensaba que era una gran oportunidad para rescatar a Haku.
-¿Rescatar a Haku? -preguntamos Rinto, Lenka y yo al unísono.
-Eso era lo que quería decirles... Gracias, Kaito -Rin rodó los ojos y cruzó los brazos- digamos que aquí nuestro querido invitado bakaito es un viejo, muy viejo amigo de Haku, la amiga que estaba buscando ¿la recuerdan?
-Si.
-Pues, el asunto es que Meiko la tiene presa en alguna parte del castillo, no sabemos donde, pero es verdad.
-Pero si está presa es por algo, ¿no? -dijo Rinto dirigiendo su mirada a Kaito.
-Son circunstancias que tu no entiendes -Kaito habló- Haku no es un criminal, lo que pasa es que ella y Meiko no se llevan bien por unas razones.
-Haku está encarcelada injustamente, y está es una oportunidad de oro para rescatarla.
-¿Y qué tienes planeado?
-Bueno, el plan principalmente era que aceptara el trabajo de Meiko y liberara a Haku, pero eso no es realmente prudente, y menos en un lugar tan grande rodeado de guardias. Meiko me aprecia mucho, y hará todo lo que diga con tal de que trabaje para ella, así que si le digo que contrate a alguien de nosotros aparte, no dirá que no.
-¿Planeas convencerla de contratar a uno de nosotros para ayudarte con tu búsqueda?
-Si, eso mismo.
-....
-....
-....
-¡Safo! A mi ni me miren. Rin, cariño, sabes que te amo con todo mi corazón, pero tu misma sabes que yo soy tan torpe y ciega que no podré...
-Tu ya estás descartada desde ahorita Lenka.
-¡Yei!
-Por eso, pensé que era mejor opción Rinto. El es más fuer...
-No puedo hacerlo... Creo que no lo sabes porque nunca te lo e dicho, pero yo estoy mal de la vista -Rinto se negó moviendo su cabeza.
-¿Y eso qué?
-Podría dificultar el trabajo en vez de ayudar. Y por si no lo sabes, acá mis ojos también es muy fuerte -dijo mi hermano girando sus ojos a mi.
-Hum.
-No. No puedo. Yo no pienso ir -dije moviendo mi cabeza indignado.
-¿Por qué no?
-No lo has pensado, ¿qué tal si nos descubren? ¿Y si termino en prisión? O peor aún, pueden ejecutarme por espía. Además, el que debería ir en todo caso sería Kaito.
-Kaito no irá, se vería muy sospechoso, considerando que lo vió hoy.
-Hum...
-Anda, ven conmigo Len, por favor. Te juro que solo será por un tiempo, me ayudarás a sacar de ahí a Haku y después de eso haré lo que tu quieras, no lo sé, limpiaré tu cuarto, haré tus tareas, cocinaré postres para ti...
-Ok, ok. No es necesario que me ruegues tanto, no quiero nada a cambio, lo haré. Solo necesito que me contestes una pregunta, ¿por qué este tipo si puede tocarte? -dije apuntando con mi pulgar a Kaito.
-Eso no debería importarle, Len -dijo Kaito imitando lo que le había dicho esta mañana- en todo caso, niño, te lo diré. Después de todo, Rin también hace esto por mi. Verán, no soy un simple mortal, soy más bien una especie de hechicero, al igual que Haku, soy totalmente inmune a el hechizo o maldición que tiene Rin, ¿contento? -Kaito me observó seriamente.
-Creo que es suficiente... Bien, te ayudaré -dije un poco molesto ante el comentario de Kaito. Este chico si que era más irritante que yo.
-¡Gracias Len! Bueno, supongo que ya les dije todo, así que ¡a cenar! -Rin sonrió abiertamente, una sonrisa real que en mucho tiempo no se había manifestado. Ante este gesto, no pude evitar sonreír.
La cena la pasamos tranquilamente hablando, incluso el tal Kaito decía una que otra cosa. Aún así, no podía dejar de sentir celos por él. Era totalmente inmune a lo de Rin, y eso significaba que el tenía más oportunidades con ella. Me reprendí mentalmente por pensar tal estupidez, de seguro Rin no se fijaría nunca más en ningún chico, era tonto de mi parte pensar que se enamoraría de él o de mí. Al acabar la cena, cada quién se fue a hacer lo suyo y Kaito se quedó dormido en el sillón. Yo fui a lavarme los dientes y me metí a mi cuarto, pero Lenka me interrumpió.
-Hey, ¿podemos hablar?
-¿Ahora?
-Si, ahora.
-Bueno, pasa -Lenka entró en mi habitación y yo detrás de ella cerrando la puerta- ¿de qué quieres hablar?
-Tengo algo que preguntarte.
-Ajá.
-Hace un tiempo, cuando pasó la muerte de Gakupo, cuando regresamos aquí a Mitsaki, dijiste que ibas a regresarte a Zen.
-Si.
-Entonces, ¿por qué te quedaste? Digo, no me mal entiendas, no es malo que sigas aquí, pero solo quiero saber, ¿qué te hizo cambiar de opinión?
-..... Sabes... En realidad, me quedé aquí por alguien.
-¿Por quién?
-Por Rin... Yo la verdad quería regresar a Zen, pero cuando murió Gakupo y vi a Rin tan triste... Me sentí mal y culpable.
-¿Culpable?
-Si. Cuando la conocí me comporté muy mal con ella y la hice sentir mal... La hice llorar incluso... Tal vez suene ridículo, pero de algún modo tengo que reparar mi error.
-¿Pero qué no ya hicieron las pases?
-No formalmente. Si las hice fue a regañadientes. No fue realmente porque quisiera o me sintiera culpable. Por eso me sentí mal de dejarla sola. Sentí y sigo sintiendo la necesidad de protegerla aunque no necesite mi ayuda. Por eso decidí quedarme, no quería dejarla sola.
-....
-Incluso si crees que es mentira...
-Te creo. Eres mi hermano y se que estás diciendo la verdad.
-...
-Pero se que no es solo por eso.
-¿Por qué lo piensas así?
-Len... Te gusta Rin, ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADA
Fanfiction•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• Rin toda su vida ha vivido sola encerrada en una casa sin poder salir, ya que su madre la quiere "proteger". Sin embargo, un día, su madre muere y ella se entera de una terrible verdad y tendrá que enfrentar su realid...