Cap.40 Declaración

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Narra Len:

Empecé a caminar, pero una voz me detuvo.
-Hey, señorita -era uno de los guardias, el de cabello rosado.
-Ah, ¿si? -dije volteando nervioso.
-Bueno... ¿Cómo se llama? -preguntó el chico sonrojado.
-Me llamo.... Rui, ¡si, Rui! -dije ocultando mis nervios.
-Oh, tiene un bonito nombre.
-Gracias.
-Ojalá y pudieramos vernos otro día -dijo agachando la cabeza sonrojado.
-Si claro. Bueno, adiós -me despedí con la mano y el solo me contestó "adiós". Caminé ahora si saliendo de la ciudad siguiendo el camino y viendo a Rin, Kaito y Haku junto con Kiyouteru convertido en ninfa. Pronto llegaron mis hermanos mayores y todos juntos caminamos.
-¿Dónde se supone que está la cabaña? -preguntó Kaito mientras todos seguíamos caminando.
-Está cerca. En unos diez minutos llegaremos.
Seguimos caminando hasta llegar a una zona donde no habían casas y solo se veía un campo con parcelas. Las atravesamos y finalmente llegamos a la nada.
-Es aquí... Esperen un segundo.
Haku dió un chasquido y ante nosotros apareció una cabaña.
-Esté será el pequeño truco. Solo nosotros podemos verla -dijo y entramos a la cabaña. Dentro estaba algo polvoriento y habían muebles y libros cubiertos de tierra, y había un olor fuerte a humedad. A pesar de eso la cabaña era bastante grande y se veía tenía varios cuartos.
-Bien, supongo que tendremos que limpiar -dijo mi hermana.
-Si.
Todos nos pusimos a limpiar sin descanso, y después de unas horas dejamos todo reluciente. La cabaña era de dos pisos, abajo había una sala con tres sillones y una mesita de centro, una chimenea y un estante con viejos libros, a un lado de eso estaba una cocina y una mesa para ocho personas, y en una esquina estaba un baño. Al lado de ese baño había un pequeño almacén que tenía cosas como escobas y varios frascos con miel. Detrás de la cocina había una puerta y dentro había una pequeña oficina y un escritorio. En el segundo piso habían cinco habitaciones, y una un poco más pequeña, con dos baños. Teníamos un gran patio trasero cun un gran árbol y podíamos usarlo para cosechar verduras. Escogimos cada quién su habitación, y Rin me devolvió mis cosas así como yo las suyas. Me metí a cambiarme y le devolví su ropa, y ella también la mía. Bajé al piso de abajo y estaban Lenka y Rinto.
-¿Y los demás? -pregunté sentándome en uno de los sillones cafés.
-Haku y Kaito están buscando algo para comer, Kiyouteru salió a un lugar desconocido y Rin está en el patio trasero -me contestó mi hermano.
-Ah, ok.
Me levanté y fui a donde estaba Rin. No quería interrumpirla pero de todos modos quería ver mejor el patio trasero. Estaba sentada debajo del árbol con los ojos cerrados. Me le quedé viendo y mejor decidí irme, supuse que estaba dormida.
-Ah, Len, eres tú... -me dijo abriendo los ojos- no te vallas.
-Perdón por despertarte.
-No te preocupes, no estaba dormida. Solo cerré mis ojos.
Caminé al árbol y me senté a un lado suyo.
-Las cosas nos han salido bien después de todo -dijo y puso su cabeza recargada en mi hombro.
-Supongo que si...
-Me alegra que haya salido así.
Voltee a verla de reojo y en sus manos traía unos guantes, los mismos que le había regalado hace cuatro años, y que ahora eran rojizos debido a la sangre.
-Creo que últimamente eh estado realmente triste -dijo con un toque de tristeza en sus palabras- pero, ya no estoy dispuesta a continuar.
Rin se enderezó y volteo a verme, dejando los guantes de lado.
-Ya no quiero sentirme triste.
-Yo tampoco.
Nos quedamos viendo.
-Ahora que ya no tengo mi maldición me gustaría poder ver la vida desde la perspectiva que nunca pude verla.
-....
-Len...
-¿Qué ocurre?
-Si te dijera que por culpa mía alguien preciado para ti se fue, ¿cómo reaccionarías?
Me quedé pensando mucho a esa pregunta, y solo pude responderle "aún así no te culparía de nada".
-Hum...
Estaba realmente muy confuso. Sentía tantas mariposas en el estómago que vomitaría pronto si no decía lo que sentía. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, hasta que lo solté.
-Rin....
-¿Ah?
-Quiero decirte que... Desde hace un tiempo yo eh sentido muchas cosas por ti, cosas que un amigo no debería sentir.
-¿?
-Quiero decir, tu me gustas... Estoy enamorado de ti desde hace un tiempo.
Sentía mis mejillas arder, y mi corazón latía fuerte que sentía como se me podía salir del pecho.
-Se qué tu no me vas a corresponder y lo entiendo, yo tampoco me enamoraría de un patán ignorante como yo, solamente quería decirlo porque ya no lo soportaba, así que si vas a rechazarme no te preocupes porque...
-Len...
-¡Si! Perdón, me emocioné un poco -dije agachando la cabeza con una sonrisa.
-Yo también siento algo por ti...
Cuando dijo eso pude sentir latir mi corazón mucho más fuerte y voltee a verla, ella estaba igual de sonrojada que yo.
-Sin embargo, el recuerdo de Gakupo aún sigue en mi corazón y yo no puedo dejar de pensar en él -apretó los guantes con sus manos.
-... No te preocupes, está bien así. No puedo obligarte a que me quieras.
-Gracias por entenderlo -dijo y se levanto para irse.
-¡Espera! -grité deteniéndola del brazo- perdóname a mi...
-¿Por qué?
-Por el pasado... Te traté mal y nunca me disculpé.
-No te preocupes, eso es el pasado.
Solté su brazo y ella continuó su camino a la cabaña. Yo me quedé ahí sentado.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora