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Me nació por escribir este capítulo, porque para mi es muy especial esto. Este capítulo en si no es especial, más bien es un retroceso en el tiempo para conocer más de la infancia de Len, Gakupo y los demás, retrocediendo ocho años. ¡Disfruten!

Narrador omnisciente:

En una pequeña casita, en el pueblo de Zen, un pequeño niño de seis años estaba almorzando junto a su padre y sus hermanos un tamal de rajas con atole de guayaba (le puse eso porque era lo mismo que yo estaba almorzando ese día). Estaba aún un poco disgustado por la discusión que habían tenido el día anterior, pero no se atrevía a decir nada, solo comía. Al menos ayer había hecho un amigo, Gakupo. Habían quedado de verse en el bosque ese mismo día para ver de nuevo a la "niña misteriosa", y corroborar que ninguno de los dos halla alucinado. Sin decir ni una palabra, el niño dejó el plato y vaso en el trastero.
-¡voy a salir!
-¡No te metas en problemas! -le gritó su padre.
-¡Y llegas temprano! ¿Escuchaste, Len? -su hermana le gritó.
-¡Si! ¡Adiós!
Len salió de su casa en camino al bosque. Pero antes, pasaría a la casa de el señor Hatsune para entregar un pedido de pescado. Fue a la pescadería y se desvío a la casa de los Hatsune. Tocó la puerta y quien abrió fue la hija, Miku.
-Hola Miku.
-Hola Len.
-¿Está tu papá?
-No. ¿Lo necesitas para algo?
-Nop. Solo venía a entregarles el pescado.
-Está bien -Miku recibió el pedido- ¿No quieres quedarte a almorzar?
-No gracias. Ya almorcé.
-Bueno.
-Adiós -Len se despidió con la mano de Miku y salió de la casa.
Len ahora si se dirigió a el bosque. Seguía el camino al lado del lago, era algo que su padre siempre le decía. Finalmente y luego de casi tres horas de camino llegó a el lugar acordado: el mismo árbol donde ayer habían pasado el rato, el que estaba a un lado de el lago. Len sin nada que más hacer y esperando a su amigo, se sentó en la sombre de ese árbol. Pasaron casi dos horas y no había señales de Gakupo. " De seguro no pudo venir". Justo cuando se iba a ir, escucho unos pasos y una pequeña voz cantando una canción que el de algún lado reconocía. Se escondió detrás del árbol para que la niña no lograra verla. La pequeña se sentó en el árbol y sacó unos libros y los comenzó a leer, mientras que Len seguía escondido sin hacer ningún ruido. Al pasar casi una hora, la niña cerró los libros y tomó un pedazo de pan y se dirigió al lago para alimentar a los peces. Len seguía mirando la escena con mucha curiosidad. Pasaron unos minutos y Len agarró valor y salió de su escondite llamando la atención de la niña.
-¡Hola! ¿Eres tu la niña que estaba en la casa abandonada? ¿Cómo te llamas?
La niña se le quedó mirando algo asustada. Sin decir nada, la pequeña salió corriendo del lugar, olvidando sus pertenencias. Len la siguió corriendo detrás de ella, hasta que la perdió entre los arbustos. Decidió ir de nuevo a la mansión donde seguramente estaría la niña, pero extrañamente no recordaba el camino. Todo era realmente extraño, en el lugar donde se suponía debía estar la casa no estaba, en su lugar solo habían hierbajos y pequeños brotes, nada que indicara que algo estaba ahí. Dándose por vencido, Len decidió regresar de nuevo a la aldea. Justo cuando iba por el árbol de encuentro, ya siendo el atardecer, él posó su mirada en una pequeña canasta, y unos libros tirados. Los recogió de el suelo y los puso en la canasta.
-Esto es de esa niña.
Len tomó los libros, viendo las portadas e intentando descifrar lo que decían.
-Canisienta, no, Conicienla, ¡ay! Debí aprender a leer.
Después de unas dos horas llegó a su casa, en donde su padre y hermanos lo esperaban.
-¡¿Por qué llegas tan tarde?! ¡Estuvimos muy preocupados -Lenka le gritó mientras lo abrazaba-¡Eres un tonto! ¡Papá fue incluso a buscarte! ¡Y nos asistamos más cuando vino Gakupo a preguntar por ti!
-Ya basta Lenka. Déjalo respirar al menos -el padre de los niños habló finalmente interrumpiendo los regaños de Lenka hacia Len-¿Qué estuviste haciendo todo el día?
-Bueno... Muchas cosas realmente.
-¿Qué es eso? -Lenka señaló la canasta que Len traía en sus manos-¿De dónde lo encontraste?
-Etto... Bueno... Es que estuve en el bosque -Len puso su mano detrás de su nuca y soltó una risita.
-¡¿Qué?! ¡Estuviste en el bosque! Sabes lo peligroso que es eso Len -esta vez habló su hermano mayor Rinto, que venía entrando luego de haber estado buscando a Len.
-No me pasó nada y no estuve muy adentro del bosque.
-¿Seguro?
-Sip.
-¿Y entonces que son esas cosas?
-Me las encontré.
-¿En dónde?
-Bueno....
-¡Lo sabía! ¡Fuiste a la casa abandonada!
-¡No! Te digo que me los encontré por ahí.
-Si si como tu digas.
-Bueno bueno. Ya no lo regañen tanto. Sabes que no deben de ir al bosque y mucho menos a la casa abandonada -el padre de Len acarició la cabeza de este-Será mejor que te des un baño y vengas a comer, debes tener hambre.
-¡Si!
Len obedeció lo que su padre le dijo, y al cabo de unos minutos después de bañarse salió y el le sirvió un chocolate caliente y pan muy suave.
-Pan suave... ¿Lo compraste?
-En realidad Lenka los cocinó para todos.
-Saben bien.
-Olle hijo, ¿estás aún molesto conmigo?
-No realmente. Gakupo me dijo que no debía estar enojado contigo y que de seguro lo hiciste por mi bien.
-Jajaja. Ese chico es muy buen tipo. Me alegra de que no estés enojado conmigo.
Len y su padre platicaron un rato más, sus hermanos ya estaban dormidos en sus cuartos. Se levantó, lavo los platos y se fue al baño a lavarse los dientes. Salió de el baño y se fue a su cuarto, en dónde subpadre le esperaba. Len se acostó en su cama y su padre lo arropó.
-Papá ¿es verdad que en la casa abandonada hay un fantasma?
-Los fantasmas no existen, son solo productos de tu imaginación.
-¿Entonces la niña era un producto de mi imaginación?
-¿Niña? ¿Te encontraste a alguien en el bosque?
-Si... Vi a una niña. Salió corriendo cuando le hablé y olvidó la canasta con sus cosas.
-Así que la niña del bosque, eh. Tu también la has visto.
-¿La conoces?
-Si. La vi un par de veces hace mucho tiempo. Tu, Lenka y Rinto también la conocen. Ustedes eran muy buenos amigos.
-¿A sí?
-Si. Cuando eran bebés jugaban todo el tiempo.
-No la recuerdo. ¡Qué mal!
-Jejeje.
-¿Entonces si ya me conocía por qué salió corriendo?
-La asustaste. De seguro ella también se olvidó de ti.
-Hum... Qué triste.
-No te sientas mal. De seguro que la volverás a ver.
-A lo mejor.
-¿Intentaste regresarle sus cosas?
-Si, pero no encontré la casa. Parecía haber desaparecido.
-Qué raro.
-¿Me puedes leer entonces uno de esos libros?
-Si. ¿Cuál quieres que lea?
-El que sea está bien.
-Voy a leer el libro de..... ¡Hansel y Gretel!
-Está bien.
-Bueno.... Había una vez, un leñador muy pobre que tenía dos hijos. Vivían en una pequeña casita.....
El padre de Len siguió leyendo hasta que esté se quedo dormido.
-Y los niños abrazaron a su padre y fueron felices para siempre ¡fin!
A la mañana siguiente, Len se levantó un poco tarde, el día estaba algo nublado. Almorzó como de costumbre, ese día ayudaría a su padre en su trabajo como pescador. Len acabó el almuerzo y salió de casa en compañía de su padre.
-¡Tengan cuidado! -Lenka les gritó a ambos.
-¡Ustedes también!
-Probablemente no pueda llevarles el almuerzo hoy.
-No te preocupes.
Caminaron un rato hasta llegar a la gran presa, para la cual había que caminar unas dos horas. Llegando Len y su padre saludaron a sus amigos y compañeros y se pusieron a trabajar. Pasaban los horas y ambos seguían pescando. Era un buen día, les estaba llendo bastante bien. Con suficiente ganancia ese día, ambos, padre e hijo se fueron de regreso a la aldea para llevar la mercancía a el vendedor de pescado. Mientras el padre de Len hacía trato con el vendedor, el niño puso su mirada en alguien, una hermosa mujer de cabello rosado. Sus pertenencias se habían caído de una canasta que llevaba. Len se acercó a ella y la ayudó a levantarse y a recoger sus cosas.
-¿Está bien?
-Si, no te preocupes pequeño. Muchas gracias.
-No hay de que.
-Toma, en agradecimiento por ayudarme -La mujer de su bolsillo sacó una rosa amarilla y se la dió-consérvala.
-Muchas gracias...
-Me llamo Luka, y tu debes ser Len ¿o me equivoco?
-Si. ¿Usted como sabe mi nombre?
-Te conozco desde hace mucho tiempo.
-Señorita Luka, ¡tanto tiempo sin verla! -el padre de Len se acercó a ellos-¿cómo ha estado?
-Bien, espero que ustedes igual.
-Claro.
-Bueno, tengo que irme. Ojalá los vea otro día. ¡Adiós!
-Adiós.
Caminaron un rato más hasta perder de vista a la mujer.
-¿Quién era esa señora y por qué me conoce?
-Hay cosas que todavía no sabes.
-Esta rosa es muy bonita.
-Lo es. Es como tu madre.
-Papá, ¿tu crees que mi mamá esta conmigo?
-Si, siempre está contigo, en todas partes, en el viento, la lluvia, el bosque, hasta en esa rosa.
-¿La rosa es mi mamá?
-Si, la rosa es tu mamá.
Siguieron caminando tomados de la mano, hasta llegar a su casa.

Bien, con eso termina el capítulo-flasback (no se como llamrlo) pero bueno, aquí termina el retroceso a la infancia. El próximo cap será ya todo normal. Muchas gracias. Bye.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora