Cap.35 Rescate

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Narra Len:

Camino a mi habitación me topé con Nero, el me saludó y me dijo que viniera con el. Ahora mismo estábamos sentados en una mesa que estaba en la biblioteca.
-Sabes, creo que no te lo había dicho antes, pero no me gusta realmente la lectura -dijo soltando el libro que estaba leyendo en la mesa.
-¿A si?
-Todo el tiempo eh leído historias fantásticas, románticas o misteriosas, sin embargo nunca en mi vida e terminado de leer una sola historia...
-No sabía eso -dije sentándome correctamente en la silla.
-Supongo que solo es un pequeño refugio para mi...
-No entiendo a que te refieres con refugio.
-Mi infancia no fue muy buena que digamos... Mi madre era muy difícil y mi padre era un mujeriego alcohólico. Nunca estaba en casa y solía golpearnos a mi y a mis hermanos. Al ser el menor, me veía forzado a estar encerrado en la casa, y encontré un refugio en la biblioteca. Luego cuando mi padre murió me sentí feliz, aunque parezca raro. Mi madre era muy apática conmigo y siempre desde que recuerdo estaba ocupada. Pero aún así no me gusta la lectura, solo lo hago por mera distracción más que por gusto.
-No sabía eso -dije sorprendido por la revelación que me acababa de decir.
-Pero bueno, esas solo son circunstancias de la vida y de la gente. No me siento muy mal, simplemente pienso que a la mayoría de personas le pasan cosas similares.
-....
-Incluso ahora siendo un adulto, tengo mucho remordimiento de mi madre... Siendo sincero, la odio.
Se quedó en silencio mirándome como esperando a que dijera algo.
-No deberías odiarla. Aunque halla sido la madre más horrible deberías celebrar que la tienes a tu lado...
-No celebro nada, simplemente es un sentimiento. Si sigue aquí no es ni por mi ni por Neru, es simplemente porque es la reina temporal. Si pudiera, la mataría con mis propias manos.
-....
-Te quedaste asustado, perdóname por eso. Solo digo lo que en verdad pienso.
-....
-Cambiando de tema, me di cuenta de algo. No te conozco mucho realmente pero ya se que no sabes leer, o al menos tu nivel es algo bajo.
-¿Cuándo te diste cuenta? -pregunté alarmado.
-Desde que llegaste, y no te preocupes, no se lo diré a mi madre.
-Gracias.
-Se que lo hiciste por tu hermana, por eso no pienso delatarte.
Me quede en silencio volteando a otro lado, me sentía muy asombrado. Algo llamó mi atención en ese instante, una ráfaga de viento se asomaba por la ventana. Pasó de largo moviendo las cortinas y dejando entrar un poco de polvo. Entonces recordé lo que había dicho Kaito en la mañana y supe rápidamente la señal.
-Nero, tengo que ver a mi hermana ahora mismo, lo siento -dije saliendo rápidamente de la biblioteca siguiendo la ráfaga de viento. Avanzaba rápidamente y yo corría con todas mis fuerzas. Corrí tanto que salí incluso de el castillo al jardín principal. Corrí demasiado alejándome y perdiendo de vista el castillo. Llegué a algo que parecía ser un quiosquo. Y ahí se detuvo la ráfaga de viento. Entré al quisoco intentando ver donde debía buscar. Pasaron casi treinta minutos de estar pensando donde podría estar Haku, o donde se suponía debería estar el escondite secreto. Miré a todos lados y no vi a nadie ni nada, hací que ya me iba a ir de regreso al castillo. Todo cabreado salí del quiosco pero tropecé con un escalón de madera. Este se rompió y pude ver que había dentro: estaba hueco. Quité los restos de madera y me adentré con cuidado de no morir aplastado. Estuve dentro del agujero y ahí estaban unas cuevas con un olor horrible a tierra y humedad. Delante de mi había un largo pasillo el cual seguí. La oscuridad reinaba en el lugar y tenía que fijarme por donde iba, hasta que volví a tropezar con algo, pero está vez tardé en llegar al suelo. Seguramente eran escaleras. Me levanté adolorido por la madriza que me metí y toqué mi nariz: había sangre. Como pude seguí caminando lentamente hasta que algo frío se golpeó con mi cara: una puerta probablemente hecha de hierro. Toqué y nadie me contestó, toqué aún más fuerte y una vez nadie abrió. Toqué más fuerte y al no abrirme nada golpee la puerta con todas mis fuerzas, aventandome desde lejos. Era muy pesada, hasta que sentí algo impulsarla, era una ráfaga de viento que me ayudaba, seguramente proporcionada por Haku. Pasé mucho tiempo empujando la puerta con ayuda del viento, hasta que logré volarla. Entré muy agotado y me encontré con una habitación muy grande, muy bien arreglada, con un comedor, unas sillas y sillones y unas puertas. Sentada en un sillón verde estaba una hermosa mujer de pelo blanco, que al verme se levantó.
-Parece que han venido -dijo acercándose a mi- estás muy lastimado chico, déjame curar tus heridas.
-No hay tiempo, debemos irnos cuanto antes -dije yo evitando el tema y haciéndome ademán de que saliera por la puerta.
-Si... Espera un momento. ¡Kiyouteru, ven rápido!
Al momento de decir eso un hombre algo mayor con pelo café y gafas salió de una de las habitaciones.
-Veo que ya han venido a rescatarnos, bien, muchas gracias -agradeció el tipo con una sonrisa en su rostro.
-Salgamos.
Caminamos rápidamente fuera de la puerta de hierro y subimos las escaleras. Impulsé a Haku ayudándola a salir y luego Kiyouteru me ayudó a salir a mi. Luego Haku y yo lo ayudamos a salir y corrimos de regreso al castillo para ir por Rin.

Narra Rin:

-Que mal... Bueno, entonces será mejor que empiece a hacer mi trabajo -dije pero justo cuando iba a retirarme Meiko me detuvo.
-Espera, necesito hablar contigo.
Meiko me jaló bruscamente del brazo y me guió a una habitación desconocida para mi. Abrió la puerta y me empujó dentro junto con ella y cerró la puerta con llave. Dentro de la habitación había una cama, una puerta que supongo que era el baño y un armario. Me comencé a asustar mucho y a sudar frío.
-Rin, eres una chica muy buena -dijo acercándose a mi- inteligente, hermosa, educada -de su bolsillo sacó un cuchillo muy conocido para mi- pero a pesar de todo, eres muy ingenua y estúpida.

Dame Tu Mano (Rin X Len Kagamine) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora