Capitulo 5

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Guilly: Señorita Eliad--dijo del otro lado de la puerta.

Eliad: Si, Guilly--dije acostada boca abajo en la cama mientras miraba el bosque de Ámsterdam.

Guilly: El señor Garritsen llama por usted--aun en la puerta.

Eliad: Dile que no nesesito nada y que no quiero verlo--dije aun en la misma posición.

Guilly: Pero el señor Garritsen, desea que lo acompañe a desayunar.

Eliad: No tengo hambre Guilly--dije tomando mi Ipod y tomando mis audífonos--dile una disculpa de mi parte pero no tengo hambre.

Guilly: Si señorita--dicho esto no se escucho ningún ruido, segui recostada en la cama boca abajo, mirando el gran y frio bosque de Ámsterdam.

Martin: ¿Acaso quieres morir de hambre?--dijo cuando entro a la habitación, dejando un plato con fruta y un emparedado de jamón.

Eliad: Si es una de las tantas formas para no salir de la habitación y mo verte entonces, creo que si--dije aun en la misma posición.

Martin: ¿Porque actúas como una niña?--se sento un lado mio--¿Porque no solo aceptas el destino que fue hecho para ti?.

Eliad: Porque soy mujer y porque esto no fue destino, tu fuistes quien arruino mi destino--me coloque los audífonos.

Martin: Sea como sea ahora eres Mia-- se levantó para ponerse detras de mi, recargando sus brazos a los costados de mi cintura-- Y no sabes como espero con ansias el dia que te entregues a mi, en todos los sentidos posibles--dijo para despues rozar su miembro en mi trasero y su aliento chocar con mi cuello.

Me quede callada, sin emitir ningún ruido, queria gemir, queria soltar un gemido, pero mordia mi labio, para poder evitarlo.

De alguna u otra manera, Zachary me había contagiado su forma tan perversa de tener sexo, nunca habia tenido sexo, pero siempre encontraba las formas de darme placer a mi misma y esa forma era la masturbación.

Era obvio que de alguna u otra forma llega la tapa de la pubertad, la malo es que Zachary y yo nos pego muy fuerte, con suerte Zachary busco el metodo en la chicas, pero yo, no queria perder mi virginidad con un tipo cualquiera.

Pero ahora que Martin me habia comprado, supongo que no tengo alternativa que tener mi primera vez con el, bueno suponiendo la idea que nunca me iba a dejar libre.

Tenia muchas ganas de decirle que me hiciera suya, pero no era momento para hacer y tenia que darme mi lugar.

Eliad: Pues entonces seguirás esperando--dije en la misma posición, tomando un pedazo de fruta y resbalarlo por mis labios--Porque no voy a descansar hasta que me dejes libre--Querio saber hasta donde es capaz de llagar para tener sexo.

Martin: Entonces sera una larga vida para ti--dijo para después dejar una nalgada en mi trasero.

Eliad: Auch--dije con una pequeña voz chillona.

Martin: Si con solo una nalgada y me gusto esa voz, imagina cuando me pidaz mas--decia sin perder ese porte de elegancia y clase.

Eliad: Pues es lo único que te queda, imaginarlo, porque eso nunca va a pasar--segui comiendo la fruta.

Martin: Ya lo veremos--se acercó para dejar un beso en mi cabeza--Me tengo que ir, voy a la oficina, regreso mas tarde--dijo para acomodar su saco y caminar a la puerta--No hagas travesuras Bebé--dicho esto, cerro la puerta de la habitación.

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