Capitulo 4

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Eliad: ¡Tu!--lo mire--¿Tu que haces aquí?.

Mario: princesa no seas grosera con el joven Garritsen--se acercó a tomar mis hombros.

Elena: princesa tenemos algo que decirte--Elena se acercó a mi.

Mario: de ahora en adelante viviras con el joven Garritsen...

Eliad: ¡Que!--grite.

Elena: es por tu bien mi niña, nos preocupamos por tu futuro--dijo muy tranquila.

Eliad: ustedes desde cuando se han preocupado por mi, ustedes quienes son para decir mi vida--grite cuando me separe de ellos--ustedes no son nadie para decir por mi.

Mario: no me levantes la voz señorita, somos tus padres y pedimos respeto-- me miro enojado.

Eliad: ustedes no son mis padres, nunca estuvieron conmigo, me abandonaron cuando tenia cuatro años, nunca estuvieron para mi, nunca estuvieron cuando mas los necesite, siempre me nesesitan cuando es por dinero--mis ojos se cristalizaron pero no solté una lágrima.

Mario: eres una mala gradecida-- levantó la mano para darme un bofetada.

Martin: no la toques--dijo de la nada-- nunca vuelvas a tocarla--se puso de pie y miro a Mario--Vamos--tomo mi brazo y empezó a avanzar hacia la salida.

Eliad: no yo no tengo nada que ver contigo--me galonie, hasta que me solte-- yo no me ire contigo--lo mire.

Martin: no te estoy preguntando-- volvió a tomar mi muñeca y me saco de la casa.

Eliad: sueltame--jale mi brazo-- sueltame--me solto para que despues un tipo me cargara en su hombro-- bajame, sueltame--golpeaba su espalda y pateaba para que me bajara --bajame, sueltame--arañe se cara y me solto.

Me di la vuelta para mirar a Mario y Elena, estos solo me dieron la espalda para despues entrar a casa, me quede quieta mientras esperaba algo, alguna palabra de parte de ellos, pero nada.

Martin solo me miro desde las escaleras, esperando a que dijera algo o hiciera algo, pero solo... Solo baje la mirada y me di la vuelta para subir a la camioneta negra y mirar hacia bajo y asimilar las cosas, mis lágrimas empezaron a caer.

No hice ningun ruido, ningún sonido, absolutamente nada...

La camioneta empezó a moverse, ya un poco mas calmada, me recarge en el asiento, abroche el cinturon y solo mire por la ventana.

Al llegar al aeropuerto la camioneta se detuvo, un Jet privado estaba listo para ser abordado.

*****: Baje señorita Eliad--dijo el conductor.

Eliad: Lo siento--le dije.

*****: No se preocupe, es lógico que haya reaccionado haci--me miro por el retrovisor.

Eliad: Gracias... Un gusto, soy Eliad-- estire mi mano.

*****: Ya lo se señorita, Soy Napoleon pero digame Napo, sere su chófer y guardia de seguridad personal-- estrecho mi mano.

Eliad: Mucho gustó--le di una pequeña sonrisa.

Napo: Bueno señorita, es hora de salir --asenti y bajo de la camioneta.

Mire hacia bajo, solte un suspiro, quite todo rasto de lágrimas de mi cara y mire por la ventana, Martin estaba esperando con Napo, el piloto, y otros tres hombres que vestian de traje.

Eliad: Creo que es todo, mis padres no me querian, mi vida debe de seguir--suspire por última vez y sali de la camioneta.

Martin me miro, he hizo una seña con la cabeza para que subiera al Jet.

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