Campamento

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Han caminado por más de 4 horas, era medio día y todos estaban cansados, a Soyeon le dolían tanto los pies que parecía que caminaba en cristales rotos.

-ya casi llegamos solo unos 30 minutos más—habló ellie.

A todos les cambió la cara, estaban tan cerca del campamento, por fin descansarían un poco más tranquilos.

Dicho y hecho ahora estaban en la entrada de aquel campamento, era una enorme torre de 3 pisos aunque parecía que antes era más alta, su estructura era vieja pero firme además de que tenían un extraño símbolo en sus puertas.

Rápidamente entraron encontrándose con mesas llenas de comida, nadie perdió tiempo y se lanzaron a comer y beber hasta llenarse.

Soyeon tomó asiento al lado de ellie, le quería preguntarle muchas cosas y ahora que estaba en el campamento sería la mejor opción; ellie ni siquiera le miraba ella estaba totalmente concentrada en la comida que devoraba eso le causó un poco de ternura al omega ya que parecía un pequeño cachorro hambriento.

Soyeon comía tranquilo y en silencio pero una mirada estaba sobre el; Hakim no dejaba de mirar al omega, para aquel hombre Soyeon era la obra más magnífica que la naturaleza había creado, sólo había hablado una vez y se quedó maravillado con su belleza.

Pará sus ojos el era todo lo que necesitaba en su vida, lindo rostro, buenas curvas, amable y sencillo. No le preocupaba nada más, el pequeño bebé simplemente para el no existía, sólo era soyeon un perfecto omega; nada era impedimento para que  Soyeon continúe siendo el centro de su atención.

-si lo sigues viendo así te juro que lo vuelves a dejar embarazado—hablo un beta a su lado.

-¿Qué tonterías dices?—respondió Hakim desviando la mirada y concentrándose en comer.

El beta sólo soltó una carcajada y continuó comiendo, dejando un poco sonrojado a Hakim.

Cuando terminó de comer se fue directo a una habitación vacía, busco entre sus bolsillo aquella pastilla que le evitaba problemas, pero su asombro es que no la encontraba por ningún lado.

«tal vez se cayó» pensó y de inmediato salió a buscar disimuladamente pasillo tras pasillo.

Pero no la encontraba y el tiempo se le estaba yendo, en su búsqueda pasó por una elegante puerta, estaba entre abierta el iba a pasar de largo hasta que una suave y acaramelada voz le obligó a parar su andar.

Aquella linda vocecilla la reconoció de inmediato, Soyeon estaba dentro de esa habitación y la curiosidad le carcomió al beta quedándose cerca de la puerta para espiar.

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Soyeon había terminado de comer y comenzó a seguir a ellie, necesitaba saber unas cuantas cosas que le inundaban su mente.

En busca de respuestas vio cómo ellie entro a una lujosa habitación; la puerta de caoba estaba finamente tallada a mano, pero de nuevo aquel escudo apareció; esta vez pudo verlo a mejor detalle, era un triangulo y en el centro tenía una enorme rosa la cual estaba entre una espada y un arma de fuego.
Sinceramente parecía una base militar, tal vez era propiedad de algún antiguo líder, no le tomó importancia y entró asomándose viendo como elle estaba en el escritorio leyendo algunos documentos.

-ellie ¿puedo pasar?—pregunto un poco temeroso.

Al escuchar esa voz la beta dejó los documentos en el fino escritorio y le dio una seña al omega.

Este al recibir ver la aceptación se acercó rápidamente dejando entre abierta la puerta por accidente.

-¿Qué necesitas?—dijo ellie recargándose en aquella cómoda silla.

-necesito respuestas—respondió rápidamente soyeon.

-solo contestaré las que pueda—dijo un poco desinteresada.

-¿por qué me ayudaste? –comenzó a preguntar.

-alguien me lo ha pedido—respondió inmediatamente.

-¿quién es? –soyeon estaba un poco intranquilo, ansioso por saber.

-lo sabrás cuando te vaya a entregar—dijo calmada.

-¿por qué mataste a omega de dong?—habló sin rodeos.

-el trabajaba para mí y me traicionó—habló con resentimiento—los traidores la pagan.

-¿por qué ayudas a la personas?—estaba realmente interesado en los motivos de aquella mujer.

-mi infancia fue dura—respondió con simpleza.

Dejó de mirar al omega y de nuevo tomó aquellos papeles, pero Soyeon  inconforme continuó.

-yo he tenido una vida dura y no por eso mató personas—reprochó soyeon.

-¿y que?—preguntó.

-no te arrepientes—aseguró Soyeon al ver la cara de ellie—eres igual a ellos.

-mira si no fuera por mi—se levantó amenazante y comenzó a caminar en dirección a Soyeon—tu estarías viviendo una vida miserable hasta que te asesine o mueras en el parto, por que a dong ni a ningún otro alfa le importan los sentimientos y la vida de otros que no sean ellos mismos, muchos omegas que están en tu situación están ahora siendo golpeados, deseando ser rescatados y vienes a mi a cuestionar como mierdas hago mi trabajo, ¡NO VENDO DULCES CARAJO! ¡RESCATO PERSONAS! Se que no es un buen trabajo pero ayudo mas a la sociedad que ganando dinero en cualquier trabajo que me permitirían hacer, entiéndelo—tomo fuertemente el brazo del omega y lo estrujo por 5 segundos.

Soyeon no dijo nada, se sentía patético y vulnerable. Ellie camino sosteniendo al omega del brazo y lo sacó de aquella oficina cerrando la puerta en el rostro pálido de Soyeon.

En silencio el omega comenzó a caminar en dirección opuesta a la del beta que estaba petrificado viendo al omega; Soyeon no estaba de humor para nada y se marchó en silencio sin percatarse de la presencia de Hakim.

Camino varios pasos hasta que una chica beta se le cruzó deteniendo su marcha.

-omega Luna, déjeme guiarlo a su habitación—sin esperar respuesta lo tomó de la mano suavemente.

Esa chica lo hizo entrar a una enorme habitación, en ella tenían estaba 3 literas, miró alrededor percatándose de las  nuevas caras que conocería.

Entre esas caras vio una conocida, nada más que Regis, este estaba en una de las literas recostado mientras masajeaba su enorme vientre.

-Regis—habló acercándose a la dirección de mencionado.

-hola pequeño—respondió mirando como el otro omega se le acercaba lo más rápido que podía.

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