Ya estaba bien entrada la mañana cuando empezaron a despertarse los que no habían venido a la discoteca. Los primeros en aparecer por la cocina fueron Harry y Ron, el pelirrojo miraba con verdadero interés la encimera repleta de comida. Su rostro se iluminó cuando le confirmé que toda la comida era para ellos, de inmediato empezó a servirse un cuenco de cereales con leche. Harry fue más educado, me dio las gracias por haberme molestado en tenerlo todo listo para ellos y se sirvió un cacao caliente mientras me preguntaba si deseaba acompañarlos. Me pareció un gesto de lo más encantador.
- ¿Qué tal habéis dormido? – Les pregunté mientras les hacía compañía tomando un café.
- Muy bien, gracias. – Me sonrió Harry. – Ni nos enteramos de cuando llegaron de la discoteca, señora Deveraux.
- Lara, querido. – Le corregí – Déjalo en Lara. – Guiñándole un ojo, divertida. – Pues llegamos un poco tarde, ya estaba amaneciendo. – Respondí sonriendo. – Me parece que tardarán en despertarse.
- ¿Che lo pacharon bien? – Preguntó Ron con la boca llena.
- Bueno… es difícil de concretar. – Dándole un sorbo a mi café. – Tuvimos un ligero contratiempo.
- ¿Qué tipo de contratiempo? – Preguntó Harry, dándole un codazo a Ron por su mala educación.
- Llegamos a la discoteca, bailamos y luego nos atacaron unos cuantos vampiros. – Encogiéndome de hombros. – Nada del otro mundo. Acabamos con todos, lo que pasa es que vuestros compañeros fueron testigos de la matanza, Pansy no se lo tomó muy bien. – Haciendo una mueca de disgusto, sirviéndome otra taza – Bueno, en cierto modo la comprendo. Supongo que vernos en acción es un poco impactante, aunque parecía molesta con Draco sobretodo.
- Pero… están todos bien, ¿verdad? – Preguntó Ron – Mi hermana no habrá sufrido ningún daño, ¿no?
- Tu hermana está durmiendo plácidamente enroscada en los brazos de mi hermano, no te preocupes. – Lo tranquilicé. – Ya te digo que la que peor lo ha sobrellevado es Pansy. Está durmiendo en su cuarto después de que Draco la hechizase.
- ¿Por qué? – Harry me preguntó receloso.
- Bueno, al parecer no le gustó ver cómo Draco jugaba con el corazón de uno de los vampiros que nos atacó. – Bebiéndome mi café – La verdad es que podría haber jugado un poco más, se limitó a espachurrarlo. Lástima de camiseta, era su favorita. – Me encogí de hombros. – Creo que hoy podríamos aprovechar para que las chicas y yo salgamos de compras, ¿creéis que les gustará la idea? – Cambiando de tema. – Creo que Hermione tiene que renovar parte de su vestuario.
- Un momento… -Harry dejó su taza en la mesa de la cocina y se apoyó con ambas manos para sostenerse – Repítame eso de Draco y el corazón, porque creo que no lo he comprendido.
- Puede que te sea más fácil de comprender con un ejemplo práctico. – Tomé una manzana del frutero cercano y la destrocé en mi puño – Esto mismo, pero con un corazón. – Sus rostros se tornaron lívidos. – Pero lo que puede que no entendáis es que o los matábamos a ellos o nos mataban a nosotros. Es lo malo de ir con Tony y Julia, siempre terminan siendo un imán para los problemas. – En ese momento bajaron Cho y Lavender. – Buenos días, chicas. Tomad lo que queráis para desayunar. – Invitándolas a entrar.
- Lara. – Isa apareció en la puerta, desnuda y con la espada en la mano. Miré un segundo a los chicos, si ellos estaban tranquilos es porque ella estaba creando la ilusión de que llevaba ropa. – La fida'i me llama. – En ese momento escuché el suave lamento de la muchacha, era un simple susurro, pero al estar charlando con los muchachos no me había dado cuenta. – ¿Qué ocurre en el cuarto de tu vástago? – Exigió entre dientes.
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Entre las sombras
RomanceDraco sufre un grave accidente y su única manera de salvarse es convertirse en un vampiro, de todos modos desea regresar a Hogwarts y terminar su último curso... pero lo va a tener muy difícil.